Arenas de Cabrales

Textos:
-Beatus Ille".
-Perlingando.
-Mio neñu, llevanta.
-Mientras llueve.
-El curuxu apitalláu.


Arenas de Cabrales. Villa y parroquia de Cabrales. Incluye los pueblos de Arangas y Arenas, con un total de 879 habitantes. Situada entre los ríos Cares y Casaño. Arenas tiene una población de 797 habitantes. Hay numerosas casas de los siglos XVII y XVIII, concentradas la mayor parte en el viejo barrio del Castañéu. El más notable es el palacio de las Mestas y Cosío, del siglo XVII. Una actividad artesanal que en los últimos lustros ha adquirido  gran relevancia económica, es la elaboración del afamado quesu cabrales, del que se celebra un certamen el último domingo de agosto. 




























“BEATUS ILLE”
Dichosu’l que, viviendo separtáu
de too lo que cansa la mollera,
como fizo la xente d’otros tiempos,
cuida non más que de cavar la tierra
que–y vieno de so pá, llibre d’usures,
por sos gües ayudáu na faena.
Non lu fai alteriase col toquidu
que llama a los soldaos la trompeta,
nin el mar, cuando bufa tan furiosu
y mete’l resoplíu na pelleya;
nin–y gusta con pleitos y camorres
andar pelos xusgaos y l’audencia;
y a los palacios de los señorones,
que tán tan altos, enxamás s’allega.
Pero dacuando al álamu más altu
ata les rames llargues de la cepa,
o mira desde lloñi qu’en el prao
cuerren les vaques por ente la hierba;
o con la foz cortando ramos ruinos
otros meyores en seguida enxerta;
o la miel apertada del caxellu
coye en tarreños llimpios mui apresa,
o porque ve quiciavis qu’está flaca,
se pon a tosquilar dalguna oveya.
Y cuando pelos campos del otoño
apaez arrodiada la cabeza
de manzanes sabroses, ¡cómo entoncies
coye gozosu la enxertá pera
y el recimu encarnáu más que sangre,
pa ofrecételu a ti, dios de la güerta,
“BEATUS ILLE”

Príapo, como a ti tamién, Silvano,
que de sebes y finsos lleves cuenta!
Delles de veces d’un carbayu vieyu
el tirase a la sombra munchu presta,
o si non, recostase descansáu
tamién da gusto so la grama espesa;
el agua de los ríos mientres tanto
despeñándose vien de l’alta sierra;
los paxarinos canten en el monte,
quexándose d’amores machu y fema,
y fontes clares, al manar gorguten,
y sele el sueñu así venir se dexa.
Y dempués, cuando Xúpitre lo manda,
qu’el agua y ñeve del invernu allega
o saca los mastines, pa qu’escorran
al xabalín hacia la trampa puesta,
o con vares delgaes sostién la rede
pa que los tordos al engañu vengan
o en trampa coya a gusto y con ganancia
llebre tiemblona, o grulla forastera,
¿quién del amor los cuidos y llaceries
non olvida, si ve casa tan güena
y si al empar gobierna casa y fíos
una muyer homilde compañera
(cuála ye la Sabina, o la casá
col sufridu Pullés, qu’al sol pertuesta,
al ver venir al home fatigáu,
la llume enciende con curada llena,
y cierrando’l ganao nel corripu,
desacúpa–y la ubre qu’está enllena,
“BEATUS ILLE”
           
y escancia vino dulci d’esti añu,
d’aquel barril guardáu na bodega,
y, con pan y compango too de casa,
en un instante prepára–y la mesa?
Entoncies los mariscos de Llucrino
un milagru será que yo apeteza,
nin rodaballo, nin tampoco escaro,
si quiciavis a aquesti mar allega,
porque dende les agües de Llevante
el inviernu los unvia na tormenta.
La gallina que críen en Marruecos
nunca xamás se m’apetez comella;
ni el ponderáu francolín de Xonia
probalu’l mio gaznate más–y presta
que grandes aceitunes escoyides
del árbole na rama más espesa;
o porque pelos praos la hai abonda,
d’algunu d’ellos la sabrosa agrieta;
o les malves qu’el cuerpu enfermu sanen
o de los terminales la cordera;
o’l cabritu arrincáu–y de les uñes
del llobu, que famientu lu coyera.
Habiendo eses viandes ¡cuánto gusta
ver cómo cuerren una y otra oveya,
que dan vuelta pa casa, mui contentes
de fartucase bien con pación tienra;
ver los gües que, colgando del piscuezu
el llaviegu lu arrastren yá con flema;
y el llar rodiando limpiu los esclavos,
que son del amu la mayor riqueza.
Un aldeanu diba ser dafecho
Alifo l’usurerón que tal dixera,
todu’l dineru recoyó nos Idus
pa golver a prestallo nas Kalendas.
Justo Álvarez Amandi.-

                          (Antología del Bable, T.I)

Tranquilamente corría como os iba antes diciendo,

el siglo de Carlos de Austria, cuando se observó en el pueblo que de un día para otro, había gente de menos y uno a uno  y cuatro a cuatro iban desapareciendo, sin que nadie adivinase en dónde se iban metiendo. Un día faltaba un cura, otro día un zapatero, otro día un estudiante, un sastre, un picapedrero, un médico, un boticario, un abogado, un tendero. En fin, que en cosa de un año aquello  quedó un desierto, quedando Luarca más triste que una noche de Febrero. ¿Qué desgracia está pasando?¿Pero, Dios mío, qué es esto?,

decían las pobres viudas y los desgraciados huérfanos y los padres sin sus hijos, y, en fin,  el contorno entero. ¿Adónde estará mi padre?¿Qué habrá sido de mi abuelo? Lo extraordinario del caso era que nadie había muerto, al menos que se supiese, ni en la playa ni en el puerto, aparecían cadáveres y sí sólo  algún chaleco, algún par de calzoncillos, tal cual zapato o sombrero, pero ni una sola vez apareció un esqueleto. Los que quedaban en Luarca, que cada día eran menos, en averiguar la causa se devanaban los sexos, hasta que la Virgen pura, Madre del Dios del Carmelo, tuvo piedad de la villa y les explicó el misterio hablando desde  el altar un día a misa del pueblo:

-Devota Luarca, dijo, basta ya de sufrimientos;

quien roba la gente toda que fué desapareciendo,

es una guaxa maldita  arrojada del infierno.
que en la Cueva de la Blanca se cobija hace ya tiempo. Si queréis que marche pronto de su infernal agujero y quedaros libres de ella, y para siempre contentos llevadme a mí en procesión por detrás de So-Riveiro hasta el Pico la Atalaya por el Penedín subiendo. Bajad después el camino o más bien despeñadero que hacia las Reas conduce; vosotros con fe en el pecho, con capa de coro el cura y con hisopos el clero, entremos sin vacilar al espantoso agujero cantando la letanía y rezando el Padre Nuestromy diciendo ¡ marcha guaxa, deja ya en paz este pueblo!

Así se verificó con un esplendor inmenso, pues acudieron en masa las parroquias y su clero, con cruces y ciriales, con los pendones más nuevos y engalanada la gente cual lo pedía el suceso. Salió por fin la procesión siguiendo el mismo trayecto que la Virgen indicara, y al llegar todo el cortejo a la boca de la cueva, mujeres,  niños y viejos entonan la letanía y se dirigen adentro. La cueva que estaba oscura, cual boca de lobo hambriento, de pronto se iluminó con celestiales reflejos, y un silbido penetrante con relámpagos y truenos y un estrépito horroroso oyóse hacia el otro extremo. Era que la indina guaxa 
sorprendida en su aposento, para siempre abandonaba su palacio de misterios, pero sin poder llevarse por no haber tenido tiempo, nada de lo que allí había, que era curioso en extremo, y que sólo al recordarlo, siento  espanto, tengo miedo:Las paredes de la cueva, y creedme, pues no miento, estaban empapeladas con pedazos del pellejo de las gentes que matase y que faltaban del pueblo. Como lámparas colgaban de aquel fantástico techo, oscilando en el espacio, veintisiete cráneos huecos. Las sillas y los sofases tenían como pies, huesos, y en todas partes había piernas, manos, ojos, dedos, costillas y calaveras, y en fin, otros muchos restos de las infelices víctimas que sirviera de alimento 

a la maldecida guaxa durate muy largo tiempo. Horror causa recordar aquel arsenal inmenso de desolación y muerte, de descoyuntados miembros,

de pantorrillas roídas, de brazos, muslos y pechos.

Por mandato de la Virgen se desalojó al momento la horripilante caverna sitio del atroz suceso: se repartieron reliquias entre la gente del pueblo: uno lleva una costilla, otro un mechón de cabellos, algunos unas narices, otros lenguas y otros dedos
que se conservan aún, a pesar del mucho tiempo, en casi todas las casas de Barcia y de Concillero, de Otur, de Riva de Cima,  de Santiago y Portezuelo que, es virtud de su poder  de milagro y de misterio.

sirven para el malde ojo, para el flato y el histérico, para dolores de muelas, para aberturas de pecho, para destetar los niños y reanimar a los viejos,

para que el ganado medre, para ahuyentar el mal tiempo, para librar de pedriscos los trigos y los centenos y para muchas otras cosas que ni astrólogos ni médicos saben curar  a las gentes llevándolas el dinero. La villa y alrededores, sin duda gracias a esto, disfrutan buena salud, tienen el ganado bueno

y cogen pingües cosechas y las protegen los cielos

Hoy, ya cerrada la cueva y conocido el misterio y despeñada la guaxa en los profundos infiernos,

¡todavía óyense a veces salir ayes lastimeros de las entrañas del monte, dando al más valiente miedo!
El tesoro de los lagos de Somiedo. Mario Roso de Luna.-1872-1931.-

Escúchame, reitanina, te lo ruego hermosa páxara,

avísame con tu canto la presentación del alba, porque pasé con la neña hasta poco ha na esfoyaza y si el amor puede mucho,  más puede el sueño reitana. 
Cuando canta en el árbol la paxarina ye que llora sus penes la provitina;  ye que llora cantando las sos peninas que también tienen penas las probitinas.
Manolín de la Caleya. El Tesoro de los Lagos de Somiedo.
Perlindango
Vivan los alfileteros, las agujas y dedales;  vivan también las tijeras que saben romper ojales. ¿Qué tenías anoche María mía, que llamabas al Cristo de la agonía? Al ten-perendengue, allá voy con mi serendengue.....mTú, que diste las zapatillas, ayudáimelas a calzar, ¡Váyase al diañu el gran sarnoso, que conmigo quería casar! Buenos Aires, Buenos Aires; buenos aires, buen querer.....
¡Cuántos van a Buenos Aires,  que non parecen volver!
El tesoro de los Lagos de Somiedo.-
¡MIO NEÑU, LLEVANTA!

¡Xilguerín preciosu!
¡rei de la quintana!
¡abre los güeyinos,
ve a catar la vaca,
que yá los lluceros
marcháronse a casa,
y ta’l sol sorbiendo
la fresca xelada!
¡Anda, neñín guapu,
que yá la mañana
fai tiempu que vienu,
y ta mui galana
vestida de mayu
con golor a grana
y xentil t’aspera
huera na corrada!
¡Dispierta, mio vida!
¡Mio neñín, llevanta!
Si huera yo rica
dexárate en cama
colos anxelinos,
hasta bien pasada
esta lluz llechosa
que trai l’alborada.
Pero yo toi sola,
soi probe y toi mala,
y non tengo a naide
que pa ná me valga.
¡MIO NEÑU, LLEVANTA!

¡Dispierta, ricura,
paxarín del alma,
que yá se ximielga
nel corral la vaca!
¡Dispierta! que pronto
tiendrás quien lo faga.
Va golver to padre
que ta na montaña,
fugáu de los hombres
que con tanta saña,
lu busquen, y xuren
face–y so desgracia.
Yá va pa seis años
qu’entre montes anda,
qu’entre zarces muere,
qu’entre sebes suaña.
Y too por ser güenu
y fiel a la causa
de los que no tienen
más que la esperanza
de llograr con sangre
tolo que–yos falta:
xusticia, trabayu, 
respetu, educancia.
Por querete muncho
fiyiquín del alma,
y suañar que hueres
un hombre mañana,
cabal, reutu, huerte,
llibre y con templanza,
por eso to padre
ta hoi na montaña.
Pero de los montes
entovía se baxa,
y serás dichosu,
¡rei de la quintana!
Tiendrás pan y llechu,
tiendrás paz y calma,
llibros y maestros,
llibertad y prestancia.
¡Dispierta!, mio neñu,
mio anxelín, ¡llevanta!
¡Abre los güeyinos,
ve a catar la vaca!
Pachu ´l Péritu.-

           
    !MIO NEÑU, LLEVANTA!
¡Xilguerín preciosu! ¡rei de la quintana!
¡abre los güeyinos,ve a catar la vaca,
que yá los lluceros marcháronse a casa,
y ta’l sol sorbiendo la fresca xelada!
¡Anda, neñín guapu, que yá la mañana
fai tiempu que vienu, y ta mui galana
vestida de mayu  con golor a grana
y xentil t’aspera huera na corrada!
¡Dispierta, mio vida! ¡Mio neñín, llevanta!
Si huera yo rica dexárate en cama
colos anxelinos, hasta bien pasada
esta lluz llechosa que trai l’alborada.
Pero yo toi sola, soi probe y toi mala,
y non tengo a naide que pa ná me valga.
¡Dispierta, ricura, paxarín del alma,
que yá se ximielga nel corral la vaca!
¡Dispierta! que pronto tiendrás quien lo faga.
Va golver to padre que ta na montaña,
fugáu de los hombres que con tanta saña,
lu busquen, y xuren face–y so desgracia.
Yá va pa seis años qu’entre montes anda,
qu’entre zarces muere, qu’entre sebes suaña.
Y too por ser güenu y fiel a la causa
de los que no tienen más que la esperanza
de llograr con sangre tolo que–yos falta:
xusticia, trabayu,  respetu, educancia.
Por querete muncho fiyiquín del alma,
y suañar que hueres un hombre mañana,
cabal, reutu, huerte, llibre y con templanza,
por eso to padre ta hoi na montaña.
Pero de los montes entovía se baxa,
y serás dichosu, ¡rei de la quintana!
Tiendrás pan y llechu, tiendrás paz y calma,
llibros y maestros, llibertad y prestancia. 
¡Dispierta!, mio neñu, mio anxelín, ¡llevanta!
¡Abre los güeyinos, ve a catar la vaca!
(De Sol en los pomares)
Matías Conde.  (1896-1982).-

     Mientras llueve
Como llueve a mares,  “Bárbara y Celesta, 
“en sin arreparos”, en un portal entran,
Sacuden las sayas, el mandil “solmenan”,
-“¡llueven los demontres tala llovedera!”-
y allí se “engurruñen”, contra a “paréa”,
Algo las escama una chica entra, y “trai mandil blancu”,
pero, piensan ellas:” Aunque non mos mira de buena manera, pasa, y non gorguta”……..y “atechades”, quedan. Pican, “pa un cigarru”, envuélvenlo en “fueya”, guardan los residuos en la faltriquera, y, abierta, la mano a la nariz llevan y “suerben”el polvo.
¡Son de ver, sus muecas y los estornudos variados que suenan! “¡Ye tan saludable, la estornudadera…………..!” -¿”Prébense, los baños?” -“¡Mete miedu, neña! ¡Cómo  un reló, quedo con los de carquexas!” -“Pues, yo, la “salmória”,  ¡muncho bien me sienta! ¡cómo con la mano, quita la cipela!”
-“Renáz y cadriles, dábenme gran guerra,  -pero, quedo sana  como un coral de ésta….!” A impulso  de enormes  chupades, tremendas, arden los pitillos, “como una teyéra” y aquel transeunte  que hasta el portal llega,  piensa, horrorizado, que la casa, quema.
¡Tal cantidad de humo sále por la puerta! Pero, no hay  tal cosa; “Bárbara” y Celesta, hablan, “enclicádas” como allá, en la aldea! ¡Lléven los demontres tala llovedera…..!”
José Lín. “Notas gijonesas”. Mientras llueve. 
Asturias, payares de 1921.-

El curuxu apitalláu
Regüeyu yera un curuxín  traviesu  y desobediente  que non facía casu a los conseyos que-y daba la madre,  y refunfuñaba malapenes  el padre-y llamaba l´atención por dalguna cosa que nun taba fecha como debía tar.  Yera l´ únicu  fíu  de la parexa  que xuncín el padre Güeyones y la madre Güeyinos, un matrimoniu de curuxos que ya había  tenío más feos n´otros años, pero nel que tamos cantando  nun tenín más qu´ ún.
Güeyones y  Güeyinos  habín criyao aquel fíu  col cariñu  profundu  que tienen  los padres y enseñáolu a portase  como debe facelo un páxaru  bien educar. Pero resulta  que Regüeyu, bien sea por tar demasiao mimáu , o por otres  circunstancies , ya de  piquiñín había dáo-y por ser torcíu y, a pesar  de les advertencias  de los padres , posiblemente  non mui severes,  tratando  poles buenes de llevalu  pol senderu  del bien,  aquél siguía  dando-y al dengue  con sos refalfíos  y desobediencies. 
Un día  enteróse  Güeyinos  de que s´alcontraba  per aquellos alredores  un raposa afamiáu, a la piesca  de dalgún  probín  descuidáu  que sirviere  pa llenar el bandullu. Sabiendo  que Regüeyu yera  mui curiosu  y barruntando  que si-y lo dicía como  con  avisu,  bastaba  pa qu´  aquésti empecipiare  a esmolguiase  tou por  alcontrar  al raposu y resultes del  alcuentru, el pelleyu  de Regüeyu diba quedar  fechu  repla, encomenzó  la probe curuxa  a pensar,  temblando  como una fueya,  de qué modu  y manera daría pa que ´l  so fíu  non apelligrara.
Como  non podía  quedase tol día nel ñeru  pa cuidalu, pos tenía qu´ayudar
a  Güeyones  a buscar  l´alimentu  de tolos dís y dexalu  solu al fíu  ensin dici-y  ná yera  exponelu a grandes consecuencies, a la probe  Güeyinos non-y  cabía ´l alma nel cuerpu  al non alcontrar  paluxamientu p´ aquel enguedeyu.  De momentu quedóse  nel ñeru  asperando a Güeyones y, cuando  aquesti allegó, expunxéron-y el casu. Güeyones, que tenía más zuna que una burra vieya, y una  tranquilidá a toa preba, quedóse  pensatible un momentu  y, al ratu,  axuntanto  ´l so picu  col de la muyer,  en señal de contentamientu, fíxo-y  una seña  col güeyu  p´ alexase del ñeru. Punxérense  nuna rama  onde podín falar a soles,  y allí entamó Güeyones esti discurrimientu:
-Creo , Güeyinos del alma,  que ye ésta  la oportunidá  pa facer  un escarmientu col nuestru fíu, que-y valga  la leición, non solamente  nesti casu, sinon pa toles mamullase que-y  puedan apaecer  d´aquí n´adelantre.  Hai que sacar toles xigomencies que tien,  de un modu que, cuando-y toque acostinar con dalgún  peligru sepia  defendese:
-¿Y cómo  vamos facer?, preguntó-u Güeyinos.
-Metiéndo-y el mieu nel cuerpu, comtestó-y aquél.
Quedóse mirándolu  atentes la muyer, como preguntándo-y, y  entóncenes Güeyones dixo:
-¿Alcuérdeste  d´aquella  caretona  de llobu que yo ponía  cuando diba a cortexate, pa escorrer a los otros galantiantes  que teníes?, agora va valime pa enseña-y al nuestru fíu a ser  correutu.
Dicho y fecho.  Volvieren pal ñeru  y al ratu alexóse Güeyones.
Quedóse  Güeyinos  encamentándo-y al fíu  non asomare ´l  focicu  fuera del ñeru  pa que ´l raposu non-y diese ´l zaperazu. Pidió-y  que fuera buenín  y obediente y, en fin, díxo-y  toes eses coses  que falen les madres  a los fíos pa que tengan  buen comportamientu.  Foise Güeyinos, asperó un pocu Regüeyu, y al ratu,  tou esmolíu,  salió del ñeru con ánimu de conocer al famosu  raposu.  Non había  saltao dos rames  cuando alcontró  de frente una carona  que lu miraba ensin  apestañar,  y en silenciu.  Empecipiaren  a tembla-y  les pates al  Regüeyu y malapenes  algamó  a dase vuelta y metese  nel ñeru como una centella.  Cuando allegó su madre taba tou  apitafláu y temblorosu.  Cambió-y la  madre  ´l  culeru,  hizo-y un té de flor de benitu pa paluxa-y  el mieu y non  s´ aseparó  dél hasta  que lu vio  apiadando.  Cuando  despertó,  ya más tranquila, y queriendo  facese ´l graciosu, contó  a los padres qu´había visto al  raposu, pero que non-y paecía cosa  del otru mundu.
-¿Quiés volver a velu?, preguntó-y  el padre.
-Non por ciertu!, contestó-y el fíu.
-¿Por qué?, dixo-y la madre,  sonriéndose.
-Por si acasu-y  crez el cuerpu, ma.
Y desde esi día non hubo fíu más buenu.

Cuentos pa neños. Poesíes. Enrique Pérez Álvarez.-Villaviciosa 1909.- 












































































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