Playa y pueblo de Vega (Ribadesella)

Textos:
-Dibujo de Alfonso Iglesias.
-Poemes n´asturianu.
-Historia de jovino.
-"Noragüena"
-Tenreces amorosines.
-El cantu ´l romeru.
-El dios de Pepa la Coxa.
-Conxuru.
-Asturias.
-Al río Rey.
-Al paso de los años.
-Teixu de Bermiego.
-El sino del hombre.
-Fruela.
-"La primavera"
-El poema que cayó a la mar.

Dibujo de Alfonso Iglesias

Vega. Lugar de la parroquia de Leces (Ribadesella). Situado  a 8 km al oeste de la capital municipal, se encuentra en un amplio valle rodeado de praderías junto al mar y magnífica playa, la más extensa del concejo, presenta una amplia superficie dunar en la zona oriental de la misma, de gran interés botánico por la presencia  de una planta conocida como masquita dorada exclusiva de este lugar. Todos estos factores hacen que el conjunto  se encuentre incluido dentro de la red nacional de espacios protegidos. Dentro  de su patrimonio monumental y cultural se han de destacar además los agrestes acantilados al este de la playa, donde se aprecian numerosas icnitas, huellas de dinosaurios que en remota época  poblaron la zona.  Diccionario Geográfico de Asturias.-




Poemes n´asturianu


Non m’acuerdo quien dixo Que yera la igualdá moza sin rixo, Por que la ñuez non yera En fegura y sabor como la pera. Todo eso que dixo tá bien dicho Si se miren les coses Po la parte d’afuera d’algún nicho Sin cuidase d’entrar au tán les foses Pa discutir el caso Ye mester salir por campo raso, Y falar en concencia, Pos si ye de monada non tien ciencia
Tá bien que algún fartuco Non i-apetezca ver al que tien fame Y que diga muy cuco, Que lo de la igualdá ye cosa infame. Ta bien que dixés eso, Pos yera del monton de l’abundancia, Y son los q’al progreso Lo llamen el potaxe sin sustancia; Pero fale ufano Y al mió ver en sin xuicio, Del rétulo más güeno y más humano, Ye baxar de cabeza’l precipicio. Nadie dixo que yera Lo mesmo que la parra, la figuera, Nin ye lo mesmo el monte Que les agües que vierte cualquier fonte; Nin lo mesmo ye’l pito Que los cuernos picudos d’un cabrito, Nin la cresta d’un gallo Ye lo mesmo q’el rabo d’un caballo… Querer facer les coses Iguales en fegura Ye querer que de zuecos salguen roses O que saquen de fierro, la mestura. Igual naceu desnudo, Famiento y en sin cencia, El fíu del peludo Q’el fíu del siñor de l’Excilencia. Igual cuatro tapinos Los cubre e’ nel pozo Al fíu del criau de los Molinos Q’al fíu del Marqués del Tentemozo. Igual los fay natura Al fíu del mandón como al plebeyo. Lo mismo p’al nacer, la sepoltura Yos da les mesmes ropes’ nel pelleyo. La igualdá de los probes Que tienen tres o cuatro rapazucos Non ye comer les sobres Que dexen los que fienden de fartucos. Si la tierra d’abondo Pa que todos comamos a fartamos ¿Pa qué dalgunos tá tan fondo Que, cuasi, de famientos naleamos? La igualdá de vevir Ye lo qu’apetecemos los probinos Y non ye la igualdá que fay sofrir Con cargues del Gobierno a les pueblinos. La igualdá de la ley Non cuela ‘nesta tierra de llambiones Que yo de sobra sey Que fayen d’ella un trapo los mandones La igualdá non se merca E’nes tiendes, palacios, nin congresos; La igualdá tá más cerca: Tá dentro de nosotros, tá nos sesos, Tá dentro del esclavo Del taller, de la mina y el terruño; Allí ta la igualdá de cabo a rabo Mercada ‘nes espaldas con un cuño. Los probes que trabayen tienen fame Y quieren fartucase ‘niste suelo; Al rico no-i-da más q’el pueblo clame Llibertá, igualdá, paz y consuelo. La igualdá de los probes Que tienen tres u cuatro rapazucos Non ye comer les sobres Que dexen los que fienden de fartucos. Poemes n´asturianu. Gaspar Muñiz Arias (1910-1912).
Pa´siñor cura de Ribadesella


Non hay fiesta en sin tarasca y en sin que toque un gaiteru; pa que non falte esti aquí faré de músicu vieyu, y anque desafine un pocu y estorbe en esti conciertu, con el roncón de la gaita y soplando en el punteru voy a acompañar el cantu que hoy me sal del garigüelu y que tien por estribillu, o por remate de versu: “Siñor Cura, Siñor Cura, Yá puede usté tar contentu”.


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Les rapaces más guapines, De flores un garapiellu,


Gayasperes, melguerines, Güeyos de color de cielu,


(dexo fora a les mios fíez Metides en esti empeñu)


Como xanes afanoses, en sin folgar un momentu,


entamar esta fiesta a fin de atrapar dineru pa les obres empezades d’esi magníficu templu que orgullosu va a adornar la plaza vieya del pueblu.


Cipriano Álvarez Pedrosa.
Historia de Jovino 
Mireo, pues te place Que sepa el caro Delio Mi profesión, mi nombre, Mi patria y mis sucesos, Aplícate un instante Á ver este diseño, De ingenio y arte escaso,  Si de verdades lleno. Cifrada  en breves puntos Mi historia verá Delio;  Verála sin asombro, Pero también sin tedio. Dile que en la ancha orilla  Del mar Cántabro un pueblo Sobre otros mil levanta Su erguida frente al cielo. Mil timbres le ennoblecen, Ganados en el tiempo Antiguo, cuando cuna Sus altos muros fueron De claros capitanes Y heroicos semideos. De aquellos santos reyes Que á España redimieron Del yugo berberisco  Fué corte y real asiento. En él nací, del sumo Rector del universo Sin duda  descendido;  Que á tanto Dios debieron,  Si no mintió la fama, Su origen mis abuelos.
Jovino me llamaron  Desde los años tiernos Las ninfas gijonenses; Y allí  do va el sereno Piles al mar de Asturias Sus aguas refluyendo, El nombre de Jovino  Con resonantes ecos,  Náyades y tritones Mil veces repitieron. No aun mi blanca barba Manchara el pardo vello,  Y ya del nombre mío Volaba  el dulce acento, Llevado por las auras Al complutense suelo. Minerva despiadada  Firmó el cruel decreto 
Que me pasó á Compluto  Desde el hogar paterno,
Mezclado á los ilustres Hijos del gran Cisneros;  Allí me vió Dalmiro, Al margen  por do el viejo Y sabio Henares fluye Con pasos graves, ledo. Allí me vió Dalmiro; Dalmiro, cuyo ingenio, Ya entonces celebrado, Daba con vario efecto Cuidados á las ninfas, Y á los pastores celos. De allí (quizá aguijado De tan ilustre ejemplo) Trepar osé al Parnaso  Por cima de escarmientos. Imberbe aún, y falto  De inspiración y fuego, Tenté del sabio Apolo Subir al trono excelso. Luego  al intenso numen Enderecé mis ruegos,  Y aunque de tal descaro Mostrarse pudo  ofenso,  La juvenil audacia  Me perdonó,  y risueño  Me dió de alumno suyo  El nombre y los derechos. Bajo de tal auspicio  Viví mil días bellos.
Gocé mil dulces dichas Y obré mil altos hechos. Bebí de la armoniosa Corriente del Permeso. Después la de Hipocrene,  Y en fin,  á tragos luengos En el raudal Castalio  Sacié mi afán sediento. Montéme en el Pegaso, Y en él volé ligero
Al elevado Pindo Y al muy más alto  Pierio, Donde las nueve hermanas  Favores mil le hicieron  De Erato, aunque voluble,  Fuí fino chichisveo; Que en mi favor con ella  Tal vez intercedieron Teócrito, Virgilio, Catulo y Anacreon. La corte hice a Talía También por algún tiempo, Y entonces la taimada, Con aire zahareño, Enmascaró  mi rostro, Y al pie, que del proscenio  El polvo nunca hollara, Calzó el humilde zueco. La grave Melpomene En tanto con severo Semblante me miraba; Quise obligarla atento;  Rogué, seguí sus pasos, Y huyóme  con desprecio. Mas ¡oh natura extraña Del hombre en sus deseos,  Que el fuego los entibia, Y los enciende el hielo! La fuga de la ninfa  Irrita mi deseo; La sigo á todas partes, La busco entre los griegos, Y sólo  hallé sus huellas, Que ya al latino pueblo Del ático pasara. Corrí al país que un tiempo Fué trono de las musas,  Y ya sobre su suelo, De sangre, de despojos Y ruinas  mil cubierto, La ninfa no habitaba. Desde uno al otro extremo  Crucé la sabia Europa, Y al fin la hallé en los pueblos  Á que uno y otro margen Del Sena dan asiento. Con culto majestuoso La ninfa vive entre ellos,  Tenida en gran estima. Allí  escuchó mi ruego, Y dió á  mis inquietudes Y largo afán  el premio,  Subiéndome al heroico Coturno desde el zueco.¡Oh cuántos ricos dones A sus influjos debo! Dióme  que en largos hilos  De los humanos pechos Mil lágrimas sacara, 
Mil quejas y lamentos. Dióme que hacer pudiese 
Amables los senderos De la virtud,  por más que  El fraude, el odio negro Y la traición los pinten  Penosos y molestos.  Dióme que al hombre hiciera, Con sabios documentos, De lealtad amigo Y á vil  perfidia adverso;  Que á los potentes reyes 
Mostrase el fiero ceño  De la fortuna airada,   Y á los sufridos pueblos El celo vigilante Con que un poder supremo Refrena los designios De príncipes aviesos. Dióme  …….Pero no digas  Cuánto me dió, Mireo. Sus dones no divulgues; Que Astrea tendrá celos. Astrea, que hoy me tiene  A sus cadenas preso, Me trata con ley dura, Y con tirano imperio Pretende ser la sola  Señora de mi ingenio. Mal de mi grado cede 
Mi corazón al peso De ley tan inhumana, Y no sin gran tormento,  A tan severo numen Ofrece sus inciensos.  ¡Ay, Dios, los bellos días  Pasaron! ¡Pasó el tiempo De holgazana,  de venturas  Y de contentamientos! Pero, pues ya mis dichas Y glorias perecieron, ¿Por qué no fué  mi nombre  En hondo olvido  envuelto? ¿Por qué me habéis dejado, Cruel diva,  en el recuerdo De tan sabrosos gustos Tan amargo tormento? ¡Oh, cuán dulces instantes, Qué días tan risueños Los que pasar solía  Al margen del Permeso! ¡Cuántas veces mi nombre  Y el de mi Enarda fueron  Escritos de consumo  Sobre los olmos tiernos,  Que ya encumbró  á más alta Región el raudo tiempo! De hiedra  y verde mirto Ornado, el suave  plectro ¡Cuántas veces tañía,  Y al dulce son atento, Cantaba mis venturas,  Que duplicaba el eco! ¡De Enarda  cuántas veces La gracia y dulce ingenio Loaba, y sus encantos Encaramaba el cielo! Cantaba de sus ojos  El rutilante fuego,  Su frente hermosa y grave  Y los cabellos luengos, Qué airosos abajaban  Sobre su blanco pecho…….. Perdona, ¡oh, Santa Temis! Perdona estos recuerdos;  Mireo los exige, Y los conduce á Delio;  A Delio, aquel que supo Con tan sonoro plectro  La integridad augusta  Loar de tus decretos;  A Delio, que, inflamado Con el divino fuego Que les inspiró  tu numen,  Extiende por el viento El triunfo de los sabios Ministros de tu templo;  A Delio, al hijo ilustre, Imagen y heredero 
Del gran León, tu alumno, Tu gloria y tu recreo.
¿Oh genio peregrino!¡Oh inimitable Delio! ¡Oh  honor,  oh prez, oh gloria De los presentes tiempos! Ya las hispanas musas, Que en hondo  y vil desprecio  Yacían, por ti vuelven  A su esplendor primero. A ti fué dado solo  Obrar tan alto hecho;  Y pues tamaña  empresa Te reservaba el tiempo, El triunfo  que á tal gloria  Levanta el pueblo ibero, Será del plectro mío  Perenne  y grave objeto,  Y de uno al otro polo  Resonará en mis versos. 

Gijón 6 agosto de 1891.  Gaspar Melchor de Jovellanos. -

" Noragüena"
                                                                           A El Oriente de Asturias
¡Bien haya, rapaz, to nombre!
  ¡Bien haya, nino, la madre 
Que te parió y a sos tetas
  Quitóte la primer jambre! 
Gaceta del mio llugar, 
 Campana del mio llinaxe, 
Papelín d’espliegu, dime, 
 ¿Quién te llevó a bautizate 
Con ropón cuayáu de cintas, 
 Marmota llena d’encaxes 
Entre mantiellos de seda  
Con aguyetas d’estambre? 
¿Fo’l to bautizu solemne?  
¿Hebo nél cruz y ciriales? 
¿Quiés te posieren el nombre? 
 ¿Quiés el credo te rezaren? 
¡Bien haya, rapaz, la hora
  En que te parió to madre! 
¡Bien haya, nino, la villa
  Que recudió tos pañales!

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Ven, periodiquín hermosu, 
 A cuntanos los afanes 
D’esa perlla que jallada  
De los Tazones en Sable
Hoi se conoz en el mundiu  
Col pelativu de Llanes. 
De parllanos d’esi ñeru  
Tos lletras nunca abocanen; 
Pórtate como quien eres
  Agora que ya trunfasti 
Pa que tou el que te vea 
 Pueda dicir al istante 
Qu’eres astur y en tos venas 
 Cercula llanisca sangre. 
Yo, anque escasu de saber,
  Podiera conseyos date, 
Que no se sabe por diañu  
Lo que por vieyu se sabe; 
Pero temo que, al jacelo, 
 Podiera algunu tachame 
Y por eso solu vó,  
Rapacín, a soplicate.
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"Noragüena"
  Trainos, por Dios, cuando vengas
 A aportar a estos llugares,
Engüeltos en tos dobleces 
D’esos regatos los ayes,
Los sones de las campanas,
 Los escuchos de los llares,
El rutir de los cachones 
En la llastra al estrellase,
De las juentes los bulleros, 
Los murmullos de los árboles,
Del xilguerín y el miruellu
 Los cánticos celestiales,
El runcir del saltapraos 
Y del grillu el son constante,
Y, en fin, los ecos de todo,
 Que hai aquí quien se rellame
Cuando–y jablan de la tierra 
En so nativu llinguaxe.
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Párllanos tamién, morenu,
 De l’Iglesia y sos altares:
Dinos cuándo la novena, 
De los Dolores se cante,
Cuándo empieza el Miserere
 Y cuándo entonan la salve;
Si canta tovía Marcelo 
Con so vozona de chantre
Qu’igual no tevo na Villa
 Ni tampocu n’otra parte,
Pos de todas estas cosas 
Son nuestros recuerdos tales,
Que’l corazón en el pechu
 Gozosu al oírlas llate.
Dinos si van a la mar 
Las lanchas y lo que traen;
Si están las añadas güenas, 
Si no cabe en los llagares
La sidre, si las panoyas 
Sálense de los disvanes.
Párllanos del Samartín 
Y l’escapulla con arte;
Dinos algo del mercáu, 
Si hay muncha xente na calle, 
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"Noragüena"
A cómo val la mantega,
  Si el quesu é de güena clase, 
Cuántu val el de Porrúa  
Y a cómo está’l de Cabrales; 
Qué piden pol celemín 
 De jabas, a cómo valen 
Los prunos y las cerezas  
Y si se venden por pares 
Entovía las ablanas  
Y el tocín val a dos riales. 
Cúntanos si va la xente  
A la Vega a solazase, 
Y, cuando al son zalameru  
Del tambor haya quien baile 
Un pericote llaniscu, 
 Únvianos en p’acá un ¡Válame!
Y al mesmu son bailaremos 
 Lo mesmu chicos que grandes, 
Qu hai aquí vieyos, mui vieyos,  
Que no son con so badaxe 
Y pa char un ¡ijujú!  
No hai tovía quien yos gane. 
Asina mesmu te pido 
 Que de las fiestas nos parlles, 
Con sos majos pelegrinos, 
 Con sos llogos y xigantes 
Con sos ramos y jogueras, 
 So salea y sos cantares. 
No se t’olvide, tampocu, 
 El decinos lo que jacen 
La xente d’Ayuntamientu 
 Con sos escribas y alcaldes;
Y repréndilos, morenu, 
 Cuando quieran apartase 
Del camín que seguir debe 
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Quien de gobiernar s’encargue. 
 Sé mayuelu d’apellique 
Qu’en arpeyos sin iguales  
Lleve pal mundiu los sones 
D’esas llosinas sin pares; 
 Y si lo jaces así, 
Fasta una oreya apostare 
 A que tendrás más veceros, 
Como premiu a tos afanes,  
Que puntadas en so vida 
Tien dadas Xuanín el sastre;
  Que han de sobrate lletores 
Que te veneren y ensalcen, 
 Quienes, a un impulsu mismu 
Y a una misma voz, unánimes
  Bendeciremos to nombre, 
Besaremos tos carates 
 Y más y más cada día 
Nuestru amor será más grande 
 A medida que a to jueu 
Nuestru corazón s’inflame.

 Angel García Peláez (Ángel de la Moría)
                                    México, Abril de 1885.-
Tenreces amorosines 
“Non pongas escarapela,
  mira que me das muerte;
abonda pena me diste 
cuando  te tocó la suerte.”
Así cantaba na llosa 
Pepa de Xuan de Vicente, 
tan y mientes que tendía, 
 nos escayos  de la sebe,
la ropa de la colada,  
blanca como ye la lleche
Tá vertiendo cuando canta  
llarimines  como pelres, 
que-i abaxen  silencioses 
 nos papinos per-ú cuerren, 
pa dir esbária  qu´esbária  
nel ricu  sen á escondese,
porqu´ el sen ye un abriguero y, 
al abrigo, más que xele.
¿Por qué llora Pepina? Porque
 tién abondes penes 
que-i arranquen les entrañes,  
y tá el corazón que i tiende.
Y´el rapaz por quian sospira,  
que la quier como se debe 
pa casasa, si la Virgen 
 yos ayuda nes querencies,
por quian tá Pepa sin sombra, 
sin saber qué-i  asocede 
Ye quinto el probe Colás;  
non tien desención, nin perres, 
ni más remediu  que dir
  caminín de Uviedo el xueves,
pa filiase de recluta 
 del servicio permanente, 
nel cuartel de Santa Clara, 
 casarón qu´el moco i fiede…..
porque mialma  que se
 fila  delgaduco nos cuarteles.
……………………………….
Colasín tá muncho triste. 
Fais´ empero  que tá alegre 
pa non dai penes á  Pepa, 
 pa non dái  á Pepa penes,
pa que todos nel conceyu 
digan d´él  que ye valiente,
que nin tién miedo á la guerra, 
 que les bales no les teme, 
y que va servir al Rey porque
 quier facese célebre.
Así ye que na quintana, 
na pación, é nes  caleyes, 
tá Colás col ijiujú na 
garganta munches veces,
canta que te cantarás: 
“Pepa, non te desconsueles, 
que me tó casar contigo
 cuando cumpla  y me licencien”
……………………………..
Óilo  Pepina y sospira 
 como quian  les penes texe, 
remellando los güeyinos  
pa una trenza fosa y verde 
que trái fecha una llazada 
 na montera,  muncho  terne, 
Colasín, porque se fale  
de la xixa qu´él escuende.
Tán  mirando ún pal otro,
 sin falar, porqu´empapiellen ………..
Por de postre y despedida
 tres besinos é na frente
dánse, y marcha Colasín 
por camberos y veredes
chando el ijujú, y cantando, 
como canten  nes andeches:
“Non te desconsueles, Pepa, 
 Pepa, non te desconsueles,
que me tó casar  contigo 
cuando cumpla y me licencien.”
Y por non ser menos ella,  
tamién canta muncho séle:
“Non pongas escarapela, 
 mira que me das la muerte; 
abonda pena me diste  
cuando te tocó la suerte.”
Tambor y gaita. José Benigno García (Marcos del Torniello).-

EL CANTU 'L ROMERU


Yera fresquillina La nuichi, 
el romeru
Lloñe de sos campos Perdióse dafechu,
Y llegó á la bardia Del floridu güertu
Semadu de flores, 
De roses y ensueñu.
Echó una tonada 
Con gran sentimientu
Pidiendo descansu, 
Por Dios, pal so cuerpu;
Caleció á la Ilume,
 Tastió de lo aneyo, 
Dixo los cantares Que-i 
deprendió 'I cielu;
Mentanto á la neña 
Que-i tizara 'I fuebu
Tres veces les llárimes 
Moyároni el pechu,
Y elli entrastayada  
El alma de duelu,
Cantando yos diba: 
 L' adiós del romeru.»
Apenes el alba 
De lluz y contentu
Rodiara la ería 
Afuxó' I romeru,
Como I' arandina 
Al llegar l' hibiernu.
Colaron los dis 
Y axelóse 'l riegu;
Ñacieron les fueyes, 
Esmucióse 'I vientu;
Una mañanina 
De sol abriliegu
La neña moría, 
Arrecendía el güertu, 
Y allá pe los campos 
 Cantaba 'l romeru.
Enrique García Rendueles.-
El dios de Pepa la Coxa
     Xuanín de Vicenta de Antón de Bernaldo naceo na mesma  parroquia de Cardo, de padres agudos lo mesmo que rayos, que fonon los probes la vida pasando llabrando la tierra como unos esclavos, mayando tarrones, segando ñarvaso, semando pataques y fabes de Mayo,  llindando les vaques, comiendo morgazo, berces, boroña,  de sopes y ñabos. Na vida coyeron mazo pa año;  llacón y morciella jamás l´olfatianon;  mas fonon la vida los probes pasando á fuerza de fuerces, sudor y  trabayos,  na so casería,  que yera del amo,  y asín les vaquines  non daben pal gasto.
………………………………
            Xuanín el su fiyo,  (¡Juasús, qué babayo!) naceo fech´ un bobo  del pelo p´abaxo Morieno-i los padres, quedó sin hermanos,  de modo y manera que fói mayoralgo. Casó en Santolaya de Niembro, de Lluanco, fará por Xunico cuarenta y dos años,  con Pepa la coxa de Mingo Rebalgo, que andaba pidiendo  panoyes nun saco.  D´entós á  la fecha se fala pel barrio  que non hay nel mundo  más burro mozaco que Xuan de Viente de Antón de Bernaldo. Así ye que todos i-fayen escarnio,  sin ver que á los bobos, más bobo que Falo, debemos querelos por ser desgraciaos.
……………………………………….
               Mas hay opiniones de vieyos ancianos  que, mialma la miga,  si non dan nel clavo, pos dicen que á veces tán cuerdos los fatos: y á Xuan de Vicente de Antón de Bernaldo llegói un día el turno de chála  de sabio,  si ye de sabiondos  falar á lo bárbaro. A media Cuaresma, nel tantos de Marzo,  llamólo el so cura pa desaminalo na santa dotrina  que deb´ el cristiano  saber pa salvase  del xuego del diablo. Xuanín  de Vicente vestíuse muy majo,  y fói á carreres  pa en casa del párroco. Quitó la montera pa bien saludalo. - Xuanín, dixo el Cura, quián ye Dios, sabráslo. - Sí, padre: yo mesmo. - ¿Qué dices, mazcayo? -Yo mesmo. -¡Borrico! - Yo mesmo. Verálo: fai ya que caséme  non sé cuántos años con Pepa la coxa de Mingo Rebalgo,  y xuntos dormiémos  de ivierno y verano,  porque un sergonzucu tan solo afayamos. -¿Qué dices con eso? - Verá el pleito claro:  la mió costiellina,  Pepina en cenando  y al tiempo de chase,  y así bien temprano, presíñase  y reza. - ¿Qué reza? - Non caigo;   mas siempre diz ella, falando muy alto: “Con Dios yo me echo,  con Dios me allevanto” ¿Quién s´echa con ella?  ¿Soy yo? Pos, ¡canario! Juanín de Vicente de Antón de Bernaldo y´ el dios de la cosa,  si yo no m´engaño. 
…………………………………..
             A tal ocurrencia  soltó  el cura el trapo,  y dixo:  - Tás fresco.  ¡Valiente mazcato! Lo pior ye que hay munchos que pasen por sabios, y tá son más besties que Xuan de Bernaldo.  
Tambor y gaita. José Benigno García (Marcos del Torniello).-
Conxuru

Trébol de cuatro fueyes:
fai qu´alcance  esta nueche 
les mios estrelles
……………
Camisa de culiebra:
dai voz a esta palabra 
que nun me medra
……………
Cuquiellín de mayo:
dexa que salga ´l sol 
de la mio mano.
…………..
Cuervu de mal agüeru:
ofrezme enantes qu´agua
sede y deséu.
……………….
Agua bendito:
nun me descifres nunca 
qué ye tar vivu.
Aurelio González Ovies - Tardes de cal viva y brea. 
Asturias 
          Asturias, si yo pudiera,  contarte. Si yo pudiera decirte, y pudieras tú escucharme. Por donde quiera que miro, por donde quiera que paso,  no veo más que vacío, no piso más que pasado. Montañas que nos aíslan, caminos prejubilados, bosques enfermos de sombra,  campos que ya no son pasto. Herrumbre,  ruinas, raíles; carrizos, barro y barrancos.
           Aldeas donde el olvido sangra por todos sus caños, veletas desorientadas en el vano del tejado. Rosas silvestres  que afirman  la soledad de los marcos; gallinas que picotean  del abandono los granos. Manzanos vivos de muérdago, vestigios de espantapájaros. Corredores  donde esperan  a sus difuntos gatos. Bardales, zarzas,  retamas; rodadas, berros y cardos.
          Paneras donde agonizan  las vértebras  de los carros.  Razas rurales que arriendan  su identidad y sus sábados. Riqueza traicionada  por subvenciones y pactos. Región para cazadores  y dos osos amaestrados.  Linderos que no limitan  sino con los avellanos.  Ríos de seca corriente, por más que sigan bajando. Abrevaderos, tritones, águilas, cuervos y grajos.
           Comarca  musitada  en trinquetes y urogallos. Verde poeta a derroche en dípticos calendarios. Tierra para telarañas y lamentos de venados. País con la lengua rota,  trozada  por artesanos. Tradiciones  enristradas en vigas y diccionarios. Aire por el que ni surcan las crines de los caballos.  Barrenas, frío, barbecho, terrones, cuadras y páramos.
           Jóvenes aves que vuelan  en pos de un cielo más claro. Espacio que no soporta  su tanto espacio parado. Concejos que nadie habita  más que la luz de los tábanos.  Ancianos que se adormecen en asilos urbanos.No sé , tal vez me equivoco, quizás fui  siempre un romántico.  Tal vez no pasan ni miran, por donde yo miro y paso. Asturias, si yo pudiera. Te vale más no escucharlo. 
(La Voz de Asturias, 13-09-08) Aurelio González Ovies. 

Al Río Rey
Río Sella,  quién pudiera  pasar siempre
hacia su propio destino  sin parar.
Quién fuera tan transparente  un día y la vida entera 
sin cansar, y atravesara los años 
manso y ajeno a la muerte sin edad 
Río Sella ¿qué  siente el agua 
cuando se moja en los pliegues de la mar,
qué murmuras, qué expresas  
con ese idioma corriente de humedad?
¿Cómo mirarán  las cuencas de tus ojos
nuestra existencia de tiempo,
carne, tierra y nada más?
Son tantos  nuestros afanes
para tanta eternidad. 
Quién pudiera, Río Sella
nacer siempre y pasar siempre 
por donde siempre y jamás.
Transcurrir  siempre y por siempre y nunca 
sin dejar de ser el mismo ser igual.
Aurelio González Ovies. 
AL PASO DE LOS AÑOS

Cuando te conocí era todo hermosísimo como esta tarde, hoy. Asomaban gaviotas por detrás del ocaso y los prunos brotaban como si abriera marzo. Ya estaban las mimosas, como ahora, inflamadas, y nuestros cuerpos, jóvenes, con su insaciable instinto. Cuando te conocí sentía tantas ganas de verte a cada instante que los días se hacían terriblemente largos. Te soñaba en los sueños, te veía en la lluvia, te tocaba en la brisa, te notaba en la luz. ¡Cuánto nos aguardaba desconocido y grande! ¡Cuántos momentos, cuántos; cuántos inolvidables! ¡Cuántas fechas certeras! Miro atrás y comprendo: no ha pasado el amor. Han pasado los años.
Han pasado los años, pero eso nos permite ser más libres en todo, pisar con más firmeza en cada paso dado. Y hablar desde el silencio cuando a nadie interesa lo que vas a decirme, cuando solo queremos entendernos nosotros, cuando nadie es capaz de saber qué expresamos. ¿Qué importan tus arrugas, tus manos ya manchadas, mi cuerpo entumecido, mis noches en vigilia o el caer de mis párpados? ¿Qué mis tantas manías y todas tus costumbres, si a todo cuanto ocurre y a cuanto nos rodea estamos, más que nunca, acostumbrados? No ha cesado el cariño. Han cesado el verdor, el fulgor, la frescura, como ocurre a los árboles y a mis expectativas o al brillo de tus labios.
Deseos, espejismos, fortaleza, coraje, sí, es cierto que han menguado, pero ello nos consiente estar más tiempo así, sin distancias ni asombros, sin menos y sin ‘mases’, sin dudas ni reparos; ello nos deja ser como en realidad somos, dos seres que se admiran, dos almas que se buscan, dos nombres que van juntos como el fondo y el mar, como el sol y el verano. Ello nos facilita subir a cada noche más serenos y cómplices y en plena oscuridad vernos completamente sin apenas mirarnos.
Es cierto que la piel y el gesto y la sonrisa también han agrietado, pero reconocemos mejor el dolor de la tierra y el sentido del mundo. Percibimos, sin más, la belleza grandiosa del instante acabado. Y agradecemos una y otra vez la dicha de amanecer y oír la quietud del rocío y el canto de los pájaros y sentimos que sí, que han cedido las fuerzas y se acorta el camino, pero queda el amor con toda su heredad, con todo lo que existe desde mi corazón hasta tus brazos.
8 Feb 2016. Aurelio González Ovies.-

Teixu de Bermiego  
Cuánta humildad ha visto mi corteza, 
 cuánta sombra ha prestado 
 esta espesa techumbre. 
 Siglos y largos siglos
protegiendo estos campos
 de escanda y escasez,
de cariño abundante,
 de ganado y aldeas.
Años y muchos años 
  ofreciendo cobijo
a los que conocieron el
 hambre y el esfuerzo, 
la sencillez y el luto,
los padres de los padres, 
los hijos de esta tierra.
Desde aquí se dominan 
la sierra de la vida 
y las hermosas cumbres
de la naturaleza. 
Soy guardián y soy faro
de las blancas ermitas que coronan 
      
estos parajes de hayas castaños, 
aire puro y camperas.
 Soy sur del norte,
raigambre de Bermiego, 
enseña de Quirós,
identidad y fuerza.  
Y en estas ramas sangra todavía
la sangre del pasado,
 el dolor de los nuestros, 
su arresto y su bravura,
 su raza y su nobleza.

Cuánta historia grabada
 en este tenaz tronco
que hace aún homenaje 
a las grietas profundas
de estos pueblos, 
a los rostros cuarteados
del paisaje y sus valles 
de labriegos y abuelas.
Cuánta memoria 
viva en el corazón ancho
de esta viva madera.
Aurelio González Ovies. ( 08-12-2015)

EL SINO DEL HOMBRE

Dicen que crece el hambre y sé que no es mentira, pero en mi tierra están las frutas caídas por el suelo. Y los huertos callados y olvidados sus lindes y abatidos sus muros. Nadie baja al otoño con cestos deseosos de bayas y sabores. Nadie prueba el almíbar de cada primavera ni recolecta el bien de sus libres arbustos. Tan sólo la alimaña se regocija y nutre del festín opulento de la naturaleza. Apenas los más jóvenes conocen las espinas del erizo ni han probado la carne de los escaramujos. De pronto hemos pasado de la nada al exceso. Y ya no recordamos la humildad de las uvas ni el tacto del membrillo ni el fragor del saúco de acostumbrarnos tanto a fingidos productos.

Dicen que hay hambre y sé que eso es muy cierto. Aquí, en cualquier calle, muy cerca de nosotros. Mas en cualquier paraje se pudren las ciruelas al borde del camino y las tiernas castañas y los piescos maduros. No apetecen a nadie las manzanas ni el higo ni las moras ni el apio ni el orégano tímido que perfuma el verano. Nadie mira las nueces ni recoge las guindas. Nadie aprecia el arándano ni el fértil avellano ni los solos madroños ni el rubor de los prunos. En mi región parece que nos sobra de todo o que aquello que abunda se desecha o se tira; y es más fácil comprarlo adulterado y falso. Y pisamos bellotas y añoramos su harina, descastamos el fuego y pagamos por humo.
Dicen que terminamos con todo lo que existe. Que es el sino del hombre. Que su instinto es así. Porque apenas cuidamos lo mucho que perdura con su verdad de siempre, con su paciencia inmune. Y me extraña que aún se prenda la luciérnaga. Y que sigan los cuervos con su vuelo de luto. Me admira que madruguen las ardillas y el Sol y que canten contentos el raitán y el cuclillo o que ahueque la noche la insistencia del búho. Me asombra que nos amen el perro y el caballo y todavía nos cedan su lana las ovejas y que no hayan cansado las aspas de la brisa ni se hayan obstruido las arterias del mundo. Me sorprende que el cielo no se haya desplomado o que la mar permita que profanemos más sus túneles cobalto. Me desconcierta el hombre, a veces, con sus poses. Porque dicen que hay hambre, pero somos un péndulo entre miseria y lujo.
Aurelio González Ovies.
(La Nueva España, 30-10-2014).-
Fruela


Qué raro que tarde tanto……..,
qué raro que no volviera,
se dejó las zapatillas 
como otros días a la puerta.
Si se marchara de viaje, 
me limpiaría la caseta 
y me daría comida 
y un bote de agua fresca.
Hace un mes que no aparece; 
ya olfateé  en la taberna, 
no lo han visto ni en el pozo
ni en el bosque ni en la era.
Voy a esperar unos días 
y a ver si alguien me orienta.
Voy a recorrer le pueblo
y a llegarme hasta la iglesia.
La última vez, me parece, 
cuando le dolían las piernas
lo llevaron dos señores 
de una furgoneta negra 
Y allí está noche tras noche
ladrando y aullando Fruela,
entre un blanco cementerio 
y una sola y vieja escuela.
El príncipe de los Mirlos. Aurelio González Ovies..-
“La primavera”




En bicicleta llega 
la primavera 
y trae un mandilón 
y una pamela.
Azul el canesú
como los lirios
y los bolsillos rojos 
como las fresas.
En la pamela tiene  
un lazo y una cinta,
amarillo  con blanco
de margarita.
En bicicleta viene
la primavera  
y su bici es tan verde 
como la hierba.
Como los girasoles
son las dos ruedas 
y por donde ella pasa 
saldrán violetas.
El príncipe de los mirlos
 Aurelio González Ovies.-
El poema que cayó a la mar


Un poema estaba tan abandonado, 
se sentía tan solo,  tan triste y tan mal,
que marchó del libro que sobre  unas rocas 
olvidó algún  hombre después de pescar.
Se puso de pie sobre las mayúsculas,
se arrancó  dos oes, armó  unos prismáticos
y miró  asombrado aquel folio azul
por el que,  a lo lejos, pasaban dos barcos. Y sin darse cuenta de que estaba alto, y que un cangrejo enano lo intentó picar,  se agachó a rascarse  la última estrofa y cayó en picado al fondo del mar.
Desde entonces dicen que a veces los buzos  ven peces metáfora,  adverbios coral,  delfines esdrújulos, pulpos monosílabos y algas muy poéticas con rimas de sal. Verbos caracola,  tildes oxidadas,
peces parecidos a la acción de amar. Y que la tinta que va destiñendo bebe el chipirón  y bebe  la jibia;
bebe el calamar. Desde entonces  cuentan que en la arena siempre  hay restos vocales, consonantes nácar,  huellas del tacón de la A y la K y que algunas olas traen versos sueltos  que mojan los pies a la soledad. Afirman que el fondo no es tan embustero, 
desde que el poema se cayó a la mar. Que los caballitos son más estilosos  y que el pez espada dejó de cortar. Que alguna sirena  se hizo gargantillas 
cosiendo  burbujas en gramatical y que con los puntos suspensivos labran  perlas para sueños en profundidad; y que las esponjas  absorben ansiosas 
sumas y adjetivos  al desayunar y que con un ritmo más plateado los bancos de anchoas  salen a nadar.
Parece mentira,  pero un poema inunda la vida de sinceridad, cala las mentiras, ahoga las penas. Un poema solo, fíjate,  uno solo, puede ser plural. El poema que cayó a la mar (poesía infantil)
Aurelio González Ovies. 
"Vió que allegaba la güestia de la martona gadaña
con unes andies al hombro,  nes andies una mortaxa,
y na mortaxa el calabre de aquella rústica fala

.......................
Y dicen qu´estuvo  a punto  d´esmorecese de rabia,
porque non vio nel corteyo que diba tras de la caxa,
nin un astur tan siquiera  con la montera quitada"
Sociedad y literatura bable (1839-1936)
Miguel Ramos.-
"Y ansí la revolución que calle el picu, canastu
que por munchu que predique  aquí no hemos de fer casu; que si comemos boroña,  ganámosla  trabayandu, sabemos que con mentires de les suyes,
ñon medramos y en cambiu que sepia ella,
por si lo tien olvidau que solo con que gritemos:
Válame el Señor Santiago,  cierra España,
viva Asturies todo se pon arregladu"
      Sociedad y literatura bable.....(1839-1936)
Miguel Ramos.-

"Non mires solo pa riba, Mira pa baxo y pa ´l mediu.

¡Cuántos quixeren tener les tos vaques y ´l to´steblu!

¡Cuántos probes impedíos lleven en el brazu un cestu!
..........................
"¿Onde vá fuxendo  onde vá la neña
D´un sitiu pa utru triando  la ñeve
Per la escura ´ldea?¡Pide pa so güela!
P´aquella vieyina qu´stá ya fai tiempu
Na camina ´nferma. ¡Ente toa la xente
Que blinca contenta!........
¿Non vá ver un alma  qu´a la rapacina
un garitu i dea?"
Sociedad y literatura bable (1839-1936.
Miguel Ramos
.-

"Cantaba nes esfoyaces co les rapaces a gritos; caba co los marqueses,y mayorazgos, y primos de los siñores del pueblo  a los ñarvatos y mirlos; rezaba co les cofrades de San Antonio bendito, y asín a gusto de todos,  llevaba don Agapito la vida más sosegada que si tuviés en el Limbo. Xintaba con el Alcalde, cenaba con el Menistro de la xusticia, fumaba cigarros de los legítimos

.......................................

Los güevos y les gallines,  los tucos y los chorizos,

entraven a tonelades en ca de Don Agapito, como regalos de Antroxo de los cristianos vecinos."
Sociedad y literatura bable (1839-1936)
Miguel Ramos.-

"El probe que xime y llora Na miseria, si lu reza, De la Virxen Redentora Algama ´l bien que i´mplora

Dilixente y con presteza.
... ... ... .... ...
Y el que lu reza seguru Puede andar que ´l cumplimientu
Fai, y que non tenga apuru Que si aquí non tien ni un duru
Ya i dará la Virxen cientu."
Sociedad y literatura bable (1839-1936)
Miguel Ramos.-

"¡Ay de mí! ¿Cómo no, si abandonaos

per quintanes, parroquies y mercaos

mil rapazucos anden,  que d´escuela

non yos fala nin padre, tía o güela?
¿Qué ye el neñu? Una planta que olvidada
de malva´n  ortigal se ve trocada,
llegando cuando mozu a ser escayu
y entos non lladrón será babayu."
Sociedad y literatura bable (1839-1936)
Miguel Ramos.-

¿Cómo quies que Dios ayude en estos tiempos tan malos de mentires y d´errores  y de vicios  y pecaos

El mundu tá pervertíu po los so cuatro costaos los hombres non tienen fe  nin tampoco los rapazos;

nunca piensen en el cielu siempre piensen p´aquí abaxo

..................................
"A mín lo que ás m´enrrita de los que vengo oservando son eses modes tan rancies que se vienen propagando; les sayes, a la rodia; a medio vestir los brazos; les medies con furaquinos que mejor taben tapaos
............................
no digo ná del escote nin de los papos pintaos."Sociedad y literatura bable (1839-1936)

Miguel Ramos.-
La emigración  se convierte en un hábito, sin más, que reporta una grata compensación económica:
"Empobinen los mozos pa la siega
A xornal  pe les tierres de Castía,
Y dimpués d´un trimestre d´agonía
Golvien co los uchavos de la brega."
...................................................

"El  trabayar la tierra ye la vida del mundo la más perra, que m´enrrita la sangre y la emponzoña En fartucándose uno de boroña, de pataques solteres y de arbeyos aseguren los viejos que ya non falta nada, ni un oricio, y que si uno se quexa ye de vicio. ¡Valientes mentecatos! Tá son más animales que los xatos si descurren asina con esa melecina mecida con saín de les formigues, quiciavis que se curen les vexigues; pero que trabayando sin tomar el sorbín de cuando en cuando, asina Dios me salve, ye mentira."

Sociedad y literatura bable (1839-1936)

Miguel Ramos.- 

Se inicia una labor de propaganda  contra la huelga de 1917 y desprestigio de la misma.  Utilizando argumentos  de sobra conocidos, pretende hacer creer  que los trabajadores  fueron a la huelga sin saber los motivos de la misma,  siendo manipulados por los mandones, tras los que, en definitiva, se oculta el diablo:


--Entós ¿por qué facen eso  los menestrales?

-Parezme que ye porque yos lo manden

-¿Y quián los manda?- El cornín que diz qu´entre payes duerne,

"-Entoncies esos güelgistes, al exponer les pelleyes,

¿pedín que se abaratasen a causo les susistencies, 

o más jornal?

"-Non te digo que fueron hasta la muerte por órdenes que yos daben los que se llamen los jefes, sin más razón que falalos como rebaños de oveyes, dimpués d´esconder les manes los que tiraron les piedres."

"Lo que me oyes, atiende: La probe patria española,

que ye del globo terrestre la que más val, la más guapa de todes, pa que t´enteres tuvo estos díes si daba  la probe les bocadielles." "-Pos mira les güelgues, la miyor d´elles  non dió deyures nel mundo herba nin vianda  que preste. La güelga da xunco y malo, el xunco  ye pa cordeles, y con cordeles se ahorca  desesperada la xente."

..............................................................

- Se burla de los sectores de izquierdas, acusándoles de ignorantes:

"Pero agora los pensares, con el fruto de la idea, 
diz que surten del celebro, pa torcer a man izquierda;
y por eso tanto necio  fala en bable  nesta tierra, 
sin que sepia, dau el caso  per u sal o per u entra."
- Presenta a los que atacan a la Iglesia  y a la concepción chovinista de patria como unos libertinos  a quienes no interesa la existencia de esas instituciones, pues les obligan a cumplir con su deber. Al menos es honrado  Marcos del Torniello al reconocer que son muchos los que defienden ideas renovadoras y por ello hace una llamada a las fuerzas de la tradición para que se unan, 
"Que non fai maldita falta nin la Patria, nin la Iglesia, 
dicen muchos que se precien  de vevir a la moderna,
porque asina queden libres  de gozar a rienda suelta.
...............................
y non ye lo pior del caso que descurran d´esa mena
demasiados españoles,  que ya pasen de la cuenta.
Lo más malo ye que, a veces,  de la xente que goberna formen part´esos mazcayos  con los sesos d´estorneya,  que non saben los magüetos presiñase tan siquiera, y traten de arrincar la doctrina de la escuela. Contra esos i los otros de la boca  muncho puerca, que pasien pe les cayes  gomitando la blasfemia, debe dir l´Aición Católica  pa zurrayos la pelleya: non con esos armamentos  que se lleven a la guerra, pa matase como  mosques en el campo de pelea; sinon solo col sufragio co la pluma i co la lengua. con que, arriba, ¡a la lucha! que la xente non se duerma;  cada un que valga uno y entre todos por milenta. Si así mesmo lo facemos, la victoria será nuestra cuando España enxorrecida  po les glories vieyes güelva."
Sociedad y literatura bable (1839-1936)
Miguel Ramos.-
Una vez un paisanu  que taba baldáu de les pienres, nun podía nin andar, un curanderu mandó-y que garrara un formigueiru  que creciera al llau  d´un roble albar, hai roble albar y  roble turcu, que llamamos, y que lu ferviera, el furmigueiru, y diera vahos a les dorilles que tenía males y el paisanu  sanó y llegó a andar. Melecina máxico-tradicional n´Asturias. Alberto Álvarez Peña.-
Medicina máxico-tradicional en Asturias
En Grau, nel barriu  de Villar, anguañu de Rañeces, una tal  Xosefa  Tamargo creyíase  que taba endemoniada, andaba dando apellidíos y glayaba  pel monte, engarametada nos árboles y nos teyaos de les cases.  Al final súpose por boca d´ella, que diba echar al mismísimu  Diañu el día de San Pedro, 29 de xunu, de 1820.  Esconxurárenla y, ente cagamentos y corcovos, echó pela boca "al degoriu"en forma d´ochavu segovianu, que foi  parar a una xofaina d´agua bendito, y de secute espetáronlu con clavu na puerte la ilesia. 

En dellos csos, si un enfermu  nun alicaba  anque ya lu hubiera visto ´l mélicu  y el curanderu, creyíase que taba endemoniau, asina que llamaben  un exorcista. Entraba na casa, facía  cruces pelos requexos y soplaba  enriba d´ellos. Dempués, al entrar onde taba l´enfermu, decía:

Víbores, alacranes y mures,
ir de veyures.
Si equí  ta ´l Diañu,
que los ánxeles  lo peguen
cola Santa Cruz.

Llevantába-y  el párpagu  al enfermu  y soplába-y en güeyu. Cierrába-ylu  y esfregába-y un pedazu.  Entós decía:
Apártate, Satanás.
Si nun quieres,
ya saldrás.
qu´equí vien San Miguel
cola espada y cola Cruz.
Padre Nuestru, amén Jesús.

L´exorcista manda, entós, que-y preparen otra cama pal enfermu y,  mientres lo faen, diz-y al agua de la palangana:
Asi foi  en Jerusalén
onde Cristo morrió pol nuesu bien
y asina se faerá
nesta casa y  nesti llugar.

Entós,  cuando tán pasando al enfermu  d´una cama pa otra, tíra-y agua perriba, de sópitu. Cuando alenda de la impresión, considérase que ´l degorriu ta saliendo y dizse:

Vaite deyures, so creminal,
ya busca casa  na Sierra Monreal.
Melecina máxico-tradicional n´ Asturies
Alberto Álvarez Peña.-
El sabugu llámenlu el flor de Benitu. Coyíase por San Xuan, porque decín  que mexaba San Xuan por él y por eso valía y tenía propiedades melecinoses.  Pero si lo coyíes dempués ya nun valía, porque mexaben les bruxes por él.  Usábase en secu,  dempués fervío con lleche pa requemaos,  pal catarru y la tos, un pocillín enantes d´acostase. 




La flor de sabugu, madre,  ya la tengo recoyida del serenu de San Xuan,  que sirve de melecina.











































































































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Comentarios

  1. Al público en general: podéis darme ideas de pueblos de Asturias que pueda añadir a este bloc.

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