Llana ´L Pumar (Urbiés)

Textos:
-Carta de José Ortega y Gasset.
-El americano.
-Carta de Juan Menéndez Pidal.
-Los fenómenos estacionales en Asturias.
-Curandeiros, compostores y otros sanadores.
-La carbonera.
-Los postiaores.






Llana ´L Pumar
Un tesoro etnográfico.  Entre el patrimonio de Turón, la aldea de la Llana ´l Pumar, allá por encima El Colleu, es quizás el tesoro etnográfico  más emblemático y mejor conservado del valle. Está integrado por cuatro viviendas dispuestas,  formando alineaciones individuales de quintana, conserva una gran panera y un quinto alojamiento, desgajado y mas elevado, formando la entidad propia conocida como Les Corraínes. Cuenta con casas de corredor volado de castaño, en su mayoría entre muros cortafuegos de sillería, destacan interiores fósiles con el llar, las calamiyeras, chimenea de grandes sillares y zona para ahumar la matanza.  En las cuadras aparece el sistema de jambas monolíticas de gran tamaño cargaderos de madera, conocido como “marco”,  característico  de la cuenca alta del valle y que se mantiene  también en algunas cabanas. (Etnografía  del Concejo de Mieres: Valle de Turón, Mieres, 2009).-

El territorio ocupado por el concejo de Mieres es de especial interés paisajístico, como lo demuestra su declaración de Paisaje Protegido de las Cuencas Mineras. Este paisaje está integrado fundamentalmente por los cordales turoneses de Urbiés y Longalendo, y la sierra de Navaliego, cuyas laderas se encuentran tapizadas por grandes extensiones de bosques de hayas, robles y castaños. También hay grandes manchas de abedules, fresnos y avellanos. Estos bosques albergan una gran riqueza faunística.
                                                                          Un estrecho valle de blando suelo, verde y húmedo; colinas redondas, apretadas unas contra otras, que lo cierran a los cuatro vientos;  aquí, allá, caseríos con los muros de color sangre de toro y la galería pintada de añil; al lado, el hórreo, menudo templo, tosco, arcaico, de una religión muy vieja, donde  lo fuera todo  el Dios que asegura las cosechas. Unas vacas rubias. Castaños, castaños cubriendo  con su pompa  densa todas las laderas. Robles, sauces, laureles pinedas, pomares, hayedos, un boscaje sin fin, en que se abren  senderos recatados, donde al fondo camina una moza  que desde el fondo  vuelve dulcemente el rostro para miraros. Sobre las altas mieses, unas guadañas que avanzan  y siegan la luz en reflejos.  Y como si el breve valle fuera una copa, se vierte en él  la bruma suave, azulada, plomiza, que ocupa  todo el ámbito.  Porque en este paisaje el vacío no existe;de un extremo a otro  forma una unidad compacta y tangible.  Sobre la sólida tierra está la vegetación magnífica; sobre ésta, la niebla, y ya en la niebla tiemblan  prendidas las estrellas lacrimosas.  Todo está a la mano, todo está cerca de todo, en fraterna  proximidad y como en paz;  junto a la pupila de la vaca se abre el lucero de la tarde. ¡Oh, admirable unidad del valle, pequeño mundo completo  y unánime que se reconcentra  para escuchar la carreta lejana, los ejes de cuyas ruedas cantan por los caminos..... !  Y el valle entero se estremece.
Ese angosto recinto unánime es Asturias. Si salimos de él habremos  de entrar en otro  parejo. Cada uno de estos valles es toda Asturias y Asturias es la suma de todos esos valles. En Asturias, opuestamente a Castilla, el campo  es el aposento, lugar doméstico de estancia y de placer.  La tierra es un regazo, donde el hombre trabaja y descansa, sueña y canta. Esta capacidad que la tierra asturiana posee de mantener al hombre en la campiña ha influido hondamente en el alma del pueblo que la habita. El florecimiento económico  va erigiendo  urbes deliciosas sobre el haz del Principado; hay en él ciudades viejas y próceres -como Oviedo y Gijón- que prolongan  una brillante tradición de cultura refinada. Y, sin embargo,  yo encuentro, más o menos oculto, en todos los asturianos un fondo rural  que perdura. Bajo los modales de la ciudad continúan latiendo corazones labriegos. José Ortega y Gasset (1883-1955). Asturias vista por viejeros.....-

                                  .....Y responde el grillu
                               desde su agujeru,
                           hágase la boda, 
                            yo seré gaiteru.-     
                                               
Antiguamente, cuando había más fieras, se procuraba que cantase el carro al pasar por montañas ó sitios desiertos, y su agudo grito ahuyentaba á los hambrientos lobos; de igual  manera que, al regresar de una fiesta, tocaban ruidosamente tamboritero y gaitero al atravesar solitarias y apartadas colladas. 
Una carreta chirreaba, 
que azotó ventisca dura, 
penosamente subiendo
cuesta escabrosa y adusta.
¡Qué sudar los tardos bueyes 
tirando con fuerza hercúlea 
por la carga en que su dueño 
suerte más próspera funda!
Si el cansancio les rendía, 
porque la carga era suma,
otra vez -siendo acicate 
que los anima y los punza-
repetía la carreta 
su triste y salvaje música 
y los mansos animales 
seguían la áspera ruta. 
Ventura Ruiz Aguilera. 

El americano! La pluma-pincel de Pereda ó de Juan García quisiéramos  nosotros al llegar a este punto para pintar con fidelidad la preparación y salida del “rapaz”, que deja la casa paterna y se embarca en Gijón ó Avilés; las lágrimas que cuesta su partida; la impaciencia febril con que se esperan sus cartas, que á veces nunca llegan; las alegrías, muy contadas, que proporcionan buenas noticias cuando “pinta la suerte”; los sobresaltos  y dolores, muy repetidos, cuando faltan la salud, el trabajo y la fortuna; la relación del trabajo penoso y duro a través de muchos años para adquirir mediana posición, siempre pensando en la tierna, en el amoroso rincón donde se ha nacido; y la vuelta, por fin, al abandonado hogar, muchas veces ya gastados dos tercios de vida cuando se llega á la nativa casa  para llorar en ella la eterna partida de amantes seres que le esperaron uno y otro día. No siempre el cuadro es tan triste cuando la ausencia fue más breve y firme alguna vez la voluble fortuna. Pintorescos son los “viajes” temporales de los americanos “para echar un remiendo a la labranza, reforzar el ganado, poner corredor nuevo a la casa, correr las romerías con vistosas alhajas, obsequiar á las rapazas, apalabrar á alguna para más adelante y retornar otra vez a la isla”. Ciertamente que por ley de lucha  la emigración americana consumió  muchas vidas; mas también fue  fomento principalísimo de la riqueza provincial, influyendo  en el estado del país de muy distinta y discutida manera. Asturias tomo I. Octavio Bellmunt y Traver y Fermín Canella Secades.-
Subí a los Picos de Europa, habitación  del ganado corredor y del corpulento  oso; y a cada cerro, a cada  monte que iba ganando, asomabame a un nuevo precipicio, a uno de estos sombríos  y medrosos abismos donde el más leve  rumor despierta los gigantes ecos que duermen en las concavidades de las rocas y huyen, al despertar de improviso, con estruendo  semejante al de un ejército  en alarma; y ascendí  adonde los vértigos giran tenaces  en derredor  de uno hasta  que consiguen  rendirle en el mareo; donde el precipicio, siempre abierto, le fascina y atrae como la boa al colibrí  pintado, y donde las ventiscas invisibles danzan sobre la nieve cual desordenadas bacantes, levantando  revuelta polvareda. 
     Llegué a las más apartadas montañas del occidente, y,  entre largas y tajadas cordilleras de negras rocas en que las eternas nieblas rastrean, vi alzarse  las adustas brañas del vaqueiro de alzada, ostentando en cada portal, como  trofeo  de todas sus empresas el repuesto zurrón,  el rústico colador de asta de buey y el amarillo odre puesto al sereno para cuajar la leche. 
   Atravesé el umbral de la mezquina puerta donde reposa tranquilo el despeluznado mastín que, armado el cuello con la carlanca de férreas puntas, vela por el bien de las familias como el dios tutelar de aquellos lares; y hablé con el vaqueiro, tipo celta, de cabeza abultada, ancha frente, ojos azules y largos brazos; estudié sus costumbres singulares, sus raras tradiciones, y en la época para él de emigración vile aprestar los ganados introduciendo  en sus orejas  gotas de cera  con la vela tenebraria para librarlos de los maleficios; y precedido de los perros, acompañado de las tribus, llevando al tierno hijo en las astas del manso buey, y que con monótono balanceo le presta en ellos blanda cuna, contempléle  dirigirse a sus caseríos, envuelto  en la manta de tosca  jerga, cabalgando sobre el pequeño y andador caballo que recuerda al panchates, célebre entre los célebres asturcones, y distrayendo las horas del camino  con agrestes cantares que acompaña  al bronco esquilón de la res que guía la manada….
    Descansé al lado de la octogenaria anciana que, encorvada como una grulla, sombreada su arrugada faz  por la blanca toca de lienzo  y agitando en la descarnada mano un ramo de laurel  para ahuyentar las moscas, iba deslizando  en mi oído, con voz temblorosa y apagada, cuentos de reinas moras y hadadas  infantinas; de nobles damas y princesas que en las fuentes del bosque tocaban con peine de oro sus cabellos, o al dintel del palacio hilaban al albo copo de lino, torcían rica seda o labraban finos paños…………
   Aislada Asturias del resto de la Península por dilatadas cordilleras de montañas, guardó incólume su independencia en otros sitios, como hasta hoy  rasgos característicos de pasadas civilizaciones  y usos de otras edades. 
   El que visite una de nuestras aldeas más apartadas, creerá  hallarse aún en plena Edad Media.  Todavía verá la casa del fidalgo  con sus blasonados escudos; mujeres que visten blanca toca, y ancianos  que aún peinan coleta, protestando no haber sido rasurados  en señal de servidumbre: oirá hablar la ruda  e incipiente habla de Berceo y Lorenzo de Segura; verá los vecinos congregados a campana tañida  reunirse en concejo para tratar el procomún; y oirá resonar en las cañadas y en los valles canciones romancescas, al moverse la tradicional danza en roedor de la bizantina iglesia el día del santo patrono……..
Juan Menéndez Pidal (1885-1915) Asturias vista por viajeros… Tomo II.- 

Los fenómenos estacionales en Asturias
Febrero: se desenvuelven los esguinos (cría del salmón)
Marzo: aparece la cigüeña; se desarrollan los carabus y los pieris; se retira la langosta del mar, y se aparean las aves.
Abril: vienen las golondrinas. 
Mayo: ya hay crías de pajarillos, de mamíferos y de los grillos y talpa en la primera quincena, y en la segunda se dejan ver codorniz, la típula, los renacuajos y el vencejo. Los salmones suben a los ríos.
Junio: salen los lagartos, y se recolectan el Cervus volans, los abejorros cicindelas. La oropéndola entona su canto de amor.
Julio: los agrion y libélulas revolotean por los juncales y charcos. Se ven algunas culebras y víboras. Empieza en la costa la pesca del bonito.
Agosto: marcha el vencejo. Desovan los salmones.
Septiembre: desaparece la codorniz, la golondrina, la cigüeña y el bonito.
Octubre: huye la sardina y sale de los ríos el salmón con los hijos del año anterior, pero dejando hecha la postura que ha de desenvolverse  en febrero.  Se acerca a las peñas de la costa la langosta marina, y aparece el besugo.
Noviembre, diciembre, enero y aun febrero, en muchos años:  no hay otra cosa que grandes rebaños de gorriones que inundan los caseríos; de grajos, cuervos y chovas que llenan los prados  revolviendo la freza del ganado, de malvises  que se reconcentran  en sitios de espinera para comer la majuela.  Asturias vista por viajeros. Tomo II.-


Dicen que Joaquina la de Perico, de Xarias, tamén sabía zarrar el pecho de palabra y d´ ella si se recoyéu el rezo completo  tal cual lo deixóu escrito:
Que vuelva a unir 
paletilla, espinilla y cuayo
como las ondas del mar
se vuelven a su lugar.

En Reiriz tamén falan d´un home chamado Domingo de Pradón que "curaba malucos, úlceras, cáncer......Chegaba él con toucín, cinza y augua y frotaba cuas tres cousas" mentres dicía:

Úlcera, lucería,
vaite que te vou curar,
qu´aquí che traigo
el augua da fonte pernal,
cinza del cinceiral
y toucín del cocho cerval.

Pral úlcera y el cáncer tamén tían palabras nel conceyo de Bual, éstas recoyidas por Horacio y  Carmen Fernández nel sou libro Castrillón aldea noble:

Úlcera o cáncer, 
¿qué vienes a buscar?
Con tocino del puerco
que te lo voy a dar;
con raíces de encina
y hojas de carbayal
te tienes que quitar.

Col toucín cocido fían nove cruces enriba del mal pola mañá y outras tantas de tarde, días abondos hasta que curase. 

Curandeiros, compostores y outros sanadores. Martin de Villar.-

La carbonera
Cuandu ´ntá non amanez
i el sol non asoma, 
ya sal de casa cantandu
con sos vecines Ramona.
Lleva del brazu  la cesta, 
va contenta y animosa; 
pos ´na cesta lleva pan 
i torreznus pa la obra.
Van sos vecines falándoi
del mozu  que tantu adora; 
peru ella desimulandu
el cariñu  que i arroban.
-Ya me dexó, - i os contesta-
ya la mió casa non ronda,
ya va facer  tres simanes
que no atravesó la llosa.
¿Non veis que soi carbonera, 
i que so prima Carola
aconseyai que me dexe
pa que se case con otra?
Carbonera sí lo soi
peru soílo   a muncha honra;
porque el saber trabayar
ye cosa que nunca sobra.
Ansí  ye que pué casase 
según i manda Carola 
con esa que ye más rica, 
peru tamién ye más boba.
¿Non la veis, si va a llavar 
al regueru ´n  pocu ropa,
que cuasimente echa ´l día 
allí azota que t´azota, 
i cuandu lo lleva a casa 
metío ´n aquella goxa, 
dícei so madre:  a fía 
¿echóse  ´nte ´llo  una gocha?
¿Non la veis, si va a sallar, 
comu cueye la fesoria,
que paez que tién les manes 
amarráes co´nuna soga,
i además  de facer pocu
tóus los maízos estropia?
¿Non   la veis si tan  demiendu 
qu´ella  ensiguida s´ azora 
i co´ nes fústies ´na mano
malditu oriciu qu´atopa?
¡Solamente val la probe
pa llevalos a la corra!
¿Non la veis,  si v´a una ´sfueya,
que tién con una panoya
hasta  que i dan la garulla 
qu´ella  ´nun  estante encloya?
Ella pa ´sfoyar non val, 
mas pa comer non ye tonta.
Ansí ye que pué casase 
con esa alaxa  preciosa
que ya ´l tiempu lu fará 
acordase de Ramona.
Con esta compersación 
allegaron a la obra;
tocó ´l pitu  i empiezaron 
a ´char carbón e´ na fosa.
Taben  contentes falandu
de coses de poca monta,
cuandu vieron acercase 
p´hacia aquel lláu  una moza
que na más acolumbrala
vieron que yera Carola.
Cuandu  ya ´staba  cerquina, 
con voz clara  qu´atolondra
i mirándola  a la cara 
empezó a cantar Ramona:
LLamástime carbonera, 
punxísteme la corona; 
anque yo soi carbonera 
náide  me llamó ladrona.
Versos.  Antón el Chiova. -

Los postiaores
Ya baxen los postiaores,
los miyores de la güeria 
co´nel hachu ´n  el costazu
i co´la cara risueña, 
co´nel cigarru ´na boca 
o puestu tras de la oreya.
Los postiaores, serenus,
sin pretensión ni fachenda,
baxen mui esperanzaus; 
pos fiaus en so diestreza
vienen a disputá ´l premiu
a tóu el que se presenta.
Saben  que tóus los minores 
que ´n  Asturies  hoy s´alcuentran 
van a topalos en Sama
´n el concurso  d´esta fiesta.
Lo mesmu los de Laviana,
de Barredus, Carrocera,
Rimaderu, Santa Bárbara,
Samuño, los de La Nueva,
de María Luisa, el Sotón, 
de Sorriego, La Piquera,
El Candanal, La ´ncarná,
El Ponticu, La Modesta,
Lláscares i Santa Olaya,
Saús i la Mosquitera; 
los mineros del Fondón
qu´hoy traen boina nueva.
Vienen también de Turón,
de Santa Rosa, la Peña,
los del Caudal, de Piñeres, 
Caborana, Boo i Moreda.
Vendrán de Riosa, Olloniego,
de Quirós i de Teberga.
De la parte de Castía 
llegarán los de Cisterna,
Ponferrada, Villablino,
de Sabero i de Palencia. 
Llegarán de tóa ´Spaña, 
pos alguna pué que venga 
de la mesma Andalucía
i de Carbones de Berga.
Cuandu ´stén xuntos en Sama
i prepará cá parexa,
vamos velas enseguida 
posar a tóus  la chaqueta,
chandu  manu a una mamposta
pa ´imprencipiar la tarea.
Cuatro golpes co´ nel hachu, 
i ya tienen la cabeza 
d´un pié derechu  ´specháu; 
deseguida dan i güelta
i arréglenlu por el pié
pa suxetalu ´na tierra.
Ponen lluéu  los piés derechus, 
la trabanca los suxeta,
miren qu´estén aplomáus
i con cuñas de maera
retaquen  la parte ´l techu
pa qu´ aquella non se mueva.
Ansina formen un cuadru; 
e´na mina la faena
hai que terminala lluegu 
pa qu´ esta quede completa
poniendoi la ´mbastoná 
pa que contenga la tierra.
Arturu Suárez que foi
el que prepuso  la idera; 
Faustino  que non descansa
basta qu´al fin  se cielebra,
alcontraron lluegu xente 
d´entusiasmo  i experiencia 
pa cuandu llegue ´l momentu 
tené les coses en regla.
Lo mesmo Nespral, Miguel, 
que Nicanor, non tien cuenta 
lo qu´ellus  espatuxarun
pa que tós les coses téan 
en so puntu: ya en so sitiu
tá prepará la maera.
Ya ´stán  allí les parexes; 
ya va ´mprencipiar la preba; 
ya los hómes del Xurau
están a pié d´una mesa.
Allí  se xunten  los práiticus
i los que ´studiarun cencia;
pos están los Inxenierus,
capataces, cietra, cietra.
Peru tóus ellus quixeren 
dá ´l premio a quien lu mereza:
quieren que la xente diga:
mereciólu ´l  que lu lleva.
Versos. Antón el Chiova.-

































































































































































Añadir leyenda




































La cocina asturiana: La cocina es habitación principal de la casa. Amplia y espaciosa en cuanto sea posible, obscura y afumada por escasa luz y difícil salida de humos, en ella brillan y se destacan diferentes enseres metálicos. El llar es el fogón, bajo, apenas levantado del  suelo; el sitio donde se tiza, el verdadero fundo de la casa  y sobre él aparecen las cadenas, calamiyeres, de la que pende el pote ó vasija de hierro, de industria del país, con tres piés, donde se cuece y condimenta la frugal comida. Otras veces se acomodan aquél, el cazu, más vasijas, la sartén, etc.,  en las trébedes puestas sobre los encendidos troncos. Al extremo superior de la chimenea se coloca el sardu  de varas o fuertes mimbres, donde se ponen para secar y curar castañas, nueves, avellanas, etc. La estancia se alumbra en la noche por el candil, antes abierto y ahora cerrado, alimentado sucesivamente por saín, aceite y petróleo; en la traviella, tabla o borde de la chimenea, se colocan los pucheros y cazuelas, tariegos, escudilles y zapicas, al alcance de la cocinera, aunque éstos y demás cacíos tienen sitio diferente en la espetera, escudillero y basal; la masera así es amasadera como despensa para alimentos más á mano; en un extremo del departamento están las ferraes, cubas abiertas para el transporte del agua, con anchos aros de hierro que semejan  de plata á fuerza de exquisita limpieza, con el canxilón, de cobre, con que aquélla se recoge en la fuente y después sirve de vaso. Tras el llar, en un ángulo de la cocina, está el forno tapado por la tabarra, para cocer la boroña ó el pan; departamento cuya curva construcción bien se acusa en el exterior de las viviendas asturianas. Se desayunan en verano con leche de vaca, tal cual se acaba de ordeñar, en la que mojan pedazos de boroña, y en invierno con sopa de leche bien caliente. A las doce, hora señalada por el sol ó la campana de la parroquia ó ermita próxima, se come el pote, llamado así por tropo la comida de mediodía.  A las ocho ó nueve de la mañana se echan en la férrea vasija habas y agua, y una hora después tocino salado, algunas veces morcilla,verdura picada ó patatas, que hierven á fuego lento hasta que reunida la numerosa familia, alrededor del llar, cada individuo espera con su escudilla de barro y tosca cuchara de madera a que el ama de la casa proceda al reparto. Para cenar se sirve el mismo  pote de la mañana, que ya se tiene cuidado de hacerlo abundante. Asturias Tomo II. Octavio Bellmunt y Fermín Canella y Secades.-
Llevántase en el llar la fogarada,
Que fai la lleñe del carbayu; 
Afumen les fariñes; enrrucada 
Tuxa col cuyarrón cabo el mió tayu, 
Reparte á cada cual la so platada,
Con la suya convídame al soslayu,
Doi á los ñeños, cómo lo que quiero, 
Y á Dios que me lo dió, rezo primero.
Caveda y Nava. 
Asturias tomo I. Octavio Bellmunt y Fermín Canella y Secades.





































































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