Poreñu (Villaviciosa)
Textos:
-Carta de Pepe Sanchi á la señora Dolores Pisandera.
Depués de mil trabayos
y cuatro mil belenes
que pasan per el mundiu
los hombres que no tienen
con qué mandar á un ciegu
que cante, toque ó rece,
por fin allegué á ésta,
´onde, pe la presente,
todos estamos güenos:
yo, Juan, los dos Manueles
(el Pintu y el Rabucu)
y el tiu Perico Lepe.
Todos mandan memorias
pa´tí y pa´la so xente.
Me alegraré que, cuando
estas letras alleguen
á to poder, te jallen
tan saludable y juerte
como la noche aquella
(jecio ocho dies ayeri)
que me mandesti al cuernu
por mor de……. ya me entiendes.
No quiero renombralo,
pos jora eso molete
sin gana y sin sustancia;
de aquello no te acuerdes.
Yo siento muy de veras
lo que pasó; y las pestes
que dixi y me dixisti
el demoniu las lleve,
dexándonos querenos
como Dios manda. Des ´que
golví la espalda á Asturias
y no vi mas el verde
de praos y de cuetos
no tengo dia alegre.
Ni canto, ni jerrincho,
ni pienso más que en esi
rinconucu del alma
y en cuándo podré vete.
Como las arandinas
que van per ´onde quieren
y ya suben, ó abaxan,
dan güeltas y se pierden
de vista, ó como un rayu
con sos alinas güelven
al nidu que en to casa
baxu el alar jecieren,
así el mio pensamientu
vase per ´onde vieni
y arrebalga los rios,
y disprecia las puentes,
y salta las montañas,
y como un rayu métese
pe la to puerta á dase
el alegrón de vete.
Pero allí no te alcuentra;
y viendo que no puede
saber ´ónde te jallas
el probetucu güelve
más negru que la noche,
más triste que la muerte……
¡Dolores, Dolorinas;
por Dios, que no cortejes
con esos de la Habana!
¡Si lo jaces, me pierdes!
Dayos un güen bufidu
si acasu te acometen,
(que, cuando se te antoxa,
güenos se te aprevienen),
y así veraste libre
de todas esas xentes,
y yo estaré tranquilu;
y cuando el tiempu allegue
diremos pa´ l´iglesia
xuntos, á que nos eche
la bendición el cura,
unciéndonos pa siempre.
Adios, jembra; te pido
que daque vez te acuerdes
de esti hombre, que no piensa
pa´nada en ´ as muyeres,
juera de so Dolores.
Jasta la tuya.
Pepe.
P. S.
Memorias á to madre.
á Quica la Culiebre,
al tiu Ramón el Bígaru,
á Nati, Sunción, Treni,
Colasa, Teresina
y al tiu Juan el Pecebre,
de parte de to amigu
que lo e´de veras.
Pepe.
Yo Manuel de la Caleya
declaro aquí muy formal
que se repartan mis bienes
de Oviedo en la vecindad,
del modo que yo prescriba,
pues tal es mi voluntad,
que es preciso se respete
como ostensible y legal.
Así, pues, dejo á Lindango
de mi vivienda el portal,
por si quiere establecerse
ó desea trabajar
elevando á quien le plazca
carta alguna ó memorial;
A Juaco Bueno le dejo
la plazuela del Fontan,
incluso maiz y fabes
que de venta en ella hay,
con mas la acera derecha
de la calle del Rosal,
para que pueda por ella
si ´le acomoda pasear;
A Uchavin tampoco puedo
en este instante olvidar,
y al efecto he decidido
se le ceda el manantial
que surte de agua á les Dueñes,
pues juzgo muy regular
no vaya á la Corredoria
si se le antoja nadar;
Item: á Xuanin el Bobu
le regalo el hospital,
para cuando se le antoje
en su recinto habitar;
y por si llega á cansarse
ó de allí quiere marchar
dejo para su servicio
todo el Estanco de Atrás;
Al Corzo y á los dos Dichas
tengo resuelto dejar
el Paseo de Porlier
con el de la Catedral;
á Pichirrichi el Bombé;
al Castaño el castañal
que en Balduno se distingue
por el gran lucro que dá;
al Dichosu de Fontica,
á Vus-madre el gran llagar
que en la Ribera de Abajo
reedificándose está;
al Tiesu la Tenderina
con lo que pueda alcanzar
su vista desde el Monticu
al norte y al vendabal;
al Fermin crédito abierto
para que pueda empezar
por vestirse como un lord
y comer como un bajá;
al Feu las medias suelas
que en mis zapatos están;
á Lorito los calzones,
la chaqueta al Aleman,
y al Mesmu por ser el último
que al papel vino á parar,
el vaso que tantos años
me sirvió para sacar.
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