Playa de Barayo
-Nuiches d´otoño.
-Hospitales de leprosos en Asturias.
-La Fonte de fescura.
-Ijujú. Ventura Ruiz Aguilera.
-La leyenda del calvario.
Reserva Natural de Barayo , cuya superficie es de unas 30 hectáreas, se halla en la costa occidental asturiana entre los municipios de Navia y Valdés, es uno de los paisajes costeros menos alterados de Asturias. Junto a la margen izquierda del río Barayo, en el límite del municipio, quedan restos del primitivo edificio de una malatería medieval. El complejo playa-estuario está catalogado como punto de Interés Geológico; las especies botánicas más representativas son las propias de la vegetación de marisma y el bosque de ribera; fauna de este importante espacio ecológico la constituyen la nutria, el ostrero y el cormorán moñudo. La playa de Barayo es una playa situada en el occidente del Principado de Asturias (España), entre los concejos de Navia y de Valdés, España. En ella tiene su desembocadura el río Barayo,que divide a los Concejos de Navia y Valdés, perteneciendo a Valdés la mayoría de la playa. Está en la Costa Occidental de Asturias, en la franja que recibe la catalogación de Paisaje Protegido de la Costa Occidental de Asturias.2
Los enamorados de la aldea
Mientres Tuxa la de Antona,
Paraxismera y melgada,
Ena fuente del llugar
Llenaba la so ferrada,
Antonin el de Pachona
Que ciegu la enquillotraba,
De sos desdenes quexosu,
Y prendadu de so cara,
Estes plátiques y dixo
Con voz aquexodumbrada:
-“Penosina de la Peña,
Rosa de la mió quintana,
La de les rises melgueres,
La de la voz regalada,
Más cuca que por San Xuan
La cereza colorada,
Y más que la flor de mayu
Coida pe l´ alborada;
Que non me mires por Dios,
Tan gayaspera y lliviana,
Que maten les toes mirades
Como tus enoxos matan.
Desque te vi aquella noche
A la lluz de la llumbrada,
Embelesu de los mozos
Y la flor de la esfoyaza,
Co les sartes de corales,
Co la melena rizada
Y la cintura ceñida
De la cotilla floriada,
Tuviérate de la fuente
Por la misteriosa Xana
Para guardar los tesoros
D´algun moru alli encantada,
Si non supiera que fuiste
Para miós cuites criada,
La moza más desdeñosa,
Como yes la más galana.
Tu cantes, riste y treveyes,
Vas y vienes de la danza,
Sin date pe los miós penes,
Nin siquiera una corbata.
Si te digo que te quiero
Y que yes prenda del alma,
Non faces casu y respuendes
Como una simple rapaza.
Fálote yo de mios cuites
D´isti fuebu que m´abrasa,
Y tu vaste del mió lladu
O non respuendes palabra.
“Quixera que me dixeres
Si t´acomoda mió casa;
Si t´´afayes en mió andecha,
Si mió platicar t´agrada;
Si é nos prados non t´atopes
Donde allendo la mió vaca,
Y si quiciás no te saben
Los ñisos que te regala
El mozu q´anda amoriadu
Rondando la to quintana.
Pero tu riste y yo lloro
Y pareces axelada,
Cuando una foguera tengo
E nes corades llumada.
Non hai feria nin romería
Que yo d´ella non te traya
D´ablanes y de rosquies
La montera atapinada.
Míresles: conozco yo
Que les comieres con gana,
Y déxesles por ser mies
Y por non vete obligada.
Pos non sé donde barruntes
Atopar meyor posada;
Que ya me miré na fuente,
Y non tengo mala cara
“¿Por quien pienses que yo pongo
La mió montera rizada,
Y medides de Candás
Cuelgo de la botonada,
Y traigo medies azules
Y la faxa colorada,
Y escapularios de seda
So la camisa abrochada,
Y el ramu de siempre vives
E na montera terciada?
Pos todo esto ye por ti,
Para miráte amansada;
Que de otru modu anduviera
Primero á la pata llana.
Y meyor me fuera así:
Puedes crelo, mió rapaza,
Q´á les penes que me dás
Non afayo gustu en nada.
“Nin sé cuando un ¡ixuxú!
Salió de la mió garganta:
Nin el galan d´ esta villa
Canto ya pe la quintana,
Nin danzo nes romeries,
Nin me vez é na esfoyaza,
Nin salto pe les fogueres,
Nin topo en nada folgancia.
Más quiero yo na to puerta
Llamáte mió namorada
Y purrite dos claveles
Y ponélos tu na falda,
O cozcáme cabo ti
Y facéte una goyada,
Que todos esos treveyos
Y otros de mayor folgancia.
¿Y no me mires siquiera?
¿Qué dices, Tuxa del alma?
¿Quies que me vaya y te dexe
Y más non vólvia á tu casa?
Pos farélo: y si lo apures
Y si to xeniu lo manda,
Nin siquiera asomaré
Por toda aquesta rodíada.
Verná de San Xuan la noche
Templadina y estrellada,
Y el carbayu non pondré
Arrimadu á to ventana.
Ni á to puerta cantaré
Con el paxarin del alba,
Ay, por el agua corría
Ay, por el agua manaba.
Toparémonos en monte
Debaxu de la enramada;
Tendré mirándonos roxos,
Salpicados d´orveyada,
Y non te diré siquiera:
Pos toma una enfilandrada.
Y pasaremos los dos
Como si non fora nada,
Y non te diré al pasar:
A Dios, mió Tuxa del alma.
“Sola has de dir á la fuente
A coyer la to ferrada,
Que non toparás a Anton
Qué te la ponga enramada.
Y tendrás sallu y coida,
Y ofrecerás una oblada
Y non te dará por eso,
Los figos y la cuayada.”
Iba proseguir Anton,
Que llorando la miraba,
Enredando distraidu
Co les pliegues de so saya,
Y ella los güeyos melgueros
Y la voz amortiguada,
Vergonzosa y llagrimando,
Más encendida que grana,
Dexó cayer la cabeza
Metános xunto á so cara:
Echói sin saber que fia,
Un brazu per tres las espalda,
Y dixoi la probequina
Soltándosei una llágrima:
-“¡Ay Anton! Non soi de piedra,
Ni el to cariñu m´ enfada.
Si supieres…..(non lo digo)
Lo q´ acá dientro me pasa?
De otra manera falares
D´otru modu me tratáras:
Que, si sé queréte bien,
So vergonzosa y rapaza,
Y bien sabes que no estó,
Al galanteu avezada.
Toma, toma esos ferretes
Y esa cinta colorada;
Ye de abrochar la cotilla
Para dir á la esfoyaza,
Cuélgala del to chalecu,
Y si quiciaves topara
Otra ñeña to cariñu
Q´el que me debes robara,
Mírala en tiendes i di:
Esta cinta colorada
Diómela Tuxa d´Antona
Vergonzosa y amoriada,
En pagu del mió cariñu
Y en prueba de enamorada.”
Calló la ñeña y Anton
Tienru y llorando l´abraza,
Y otra vez torna á decilla
Con voz gasayosa y blándia:
-“Penosina de la Peña,
Rosa de la mió quintana,
La de les rises melgueres,
Lo de la voz regalada,
Más cuca que por San Xuan
La cereza colorada,
Y más que la flor del mayu
Coida pe la alborada……..
Que non me mires, por Dios,
Tan gayaspera y melgada:
Que maten les tos mirades,
Como tos enoxos matan.”
José Caveda y Nava.
Poesías selectas en dialecto asturiano.
La leyenda del calvario
El cielo estaba nublado,
densas nubes le ocultaban,
y el mar potente y bravío
funde sus ondas de plata;
cual si un brazo misterioso
hacia el centro le empujara,
deseando que la vida
terminase sus sonatas.
Allá, lejos, el abismo
de insonsable fondo marca,
ruge fiero e imponente
como el león que no sacia,
la furia inmensa y bravía
del fuego de su mirada,
que muestra su poderío
de lucha intensa y titánica.
¡Aquesta es hora de lucha!
-Musita la voz humana-
donde la tristeza espanta!
Y acullá, vese a la gente,
que ponen en sus gargantas,
la voz quejumbrosa y triste,
la voz dolorida y blanda.
¡Oh, Señor de las alturas!
¿Qué mal quisieron tus ansias
que así quieres que perezcan
los que tus dones acatan?
Inispirada en la leyenda que oí
relatar a un anciano, referente al
Calvario que existe en la cueva del Talero, en Llanes,
El pueblo impávido y mudo
la galerna ve que avanza;
las frágiles barquichuelas
por las olas son tumbadas,
mientras que el llanto a raudales,
por las mejillas resbala:
y madres, hijos, esposas,
dando salida a sus lágrimas,
rezan con fervor divino
por los que en la muerte se hallan.
…
Un grito… después lamentos…..
Allá las sombras levantan
como una visión que busca
el horizonte que danza.
Y mientras que las barquillas
son al fondo sepultadas,
dos mujeres, doloridas
en el pecho y en el alma,
dejan el mundo de penas
por otro mundo de gracia.
….
Desde entonces los marinos,
cuando al Calvario dan cara,
dejan de bogar y rezan:
-¡Señor, por aquellas almas!
Mariano Gago Aparicio. Llanes 1916.
Revista Asturias. -
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Respuesta de Don Nuno a los Pantasmas
En nomme de Dios del cielo,
yo quiero vos pescudare;
animas, duendes o trasgos,
o quienes quier que seades,
que querais a min descir
que pedis o a quien buscades.
Ellos, como quien no entiende,
sigueron sin le mirare.
¡Vive Dios! que yo vos fio
si non vais a replicarme,
animas qu´en pena andais,
o miserables joglares,
quienes quier furedes vos,
que mal lo abredes passare;
les dixo, e cerró con ellos
en tal guisa e con tal arte,
qu´a no auer sido pantasmas
l´ovieran passado male.
Todos fuyeron qual sombras,
ninguno non fue a quedare,
dexando al desparecer
un olor muy singulare,
otra vegada tornaron
mas lontano a divisarse.
Vien vezado era don Nunno
a sin myedo en lidia entrare;
pero en días de su vida
non viera cossas atales;
e ansi de cordojo lleno,
fuyó tambien por su male.
Quanto mas don Nunno corre,
van ellos mas de vagare,
siempre viniendo hacia él,
siempre a sus ojos estane,
siempr´ oyendo á las vegadas
quedo, muy quedo sonare,
tun, tucu-tun, tun,
tucu-tum, tun,
el atambor redoblare.
Ya cata en somo una pena
con las ánsias de llegare,
el palacio de Dosinda,
la fija del conde Thagle,
mas vido apos otrosi
la procession hy vagare.
Siete veces lo rodean,
siete veces por su male;
don Nunno tuerce la vía,
e al su castiello se vae,
d´a tan estrannas visiones
para mejor se celare.
El cavallo de correr
ya fadigado se hae,
e por sus labros arroja
espuma mescida en sangre,
e acoitado el cavallero
non sabe ya por do vae;
mas los de los luengos mantos
siempr´ a sus ojos estane;
don Nuno correr, correr,
ellos siempre de vagare.
Esora el buen cavallero
su castiello foe a topare;
e quando iva a entrar en él,
todos vanle a rodeare,
e a compas del atambor
todos dancan un dancare,
dancan la danca tamblona
para mas le congojare;
e con los sus ojos hueros,
e asaz mala voluntade,
remirandole de gancho
tremer facen las sus carnes,
qu´ a miradas en tal guisa
palidesciera Roldane.
Ya le miran, ya le miran,
mas non lexan de dancare,
cedo, cada vez mas cedo,
solo se va a divisare
un aro de luz lusciente
que non fa si non girere.
Ellos en aquesto estando,
con el talon fueran dare
en el suelo, e por las nuves
el aro viose rodare,
siempre cresciendo, cresciendo;
apos comenco a menguare,
et cayendo, de don Nunno
al cuello se foe a agarrare,
e los ojos le cegaba,
e le afogaba la sangre.
Voces dava el cavallero
que al cielo querien llegare,
e amortescido cayose
del su castiello al umbrale,
de donde lo levantaron,
perdido el sesso, sus pages.
Muy de mannana a otro día,
don Nunno foe a despertare,
llamando a sus servidores
que vestir le quieran dare;
e desque fecho l´ovieron,
mas legeiru que no ´l ayre,
foese para los palacios
donde su Dosinda estae,
la sennora cuyo el es,
la fija del conde Thagle,
por la fé al partir jurada
complirle como leale.
Topola… en somo del lecho
finada ya por su male;
arreada de albos pannos
que dava pena mirare;
demudada la color,
el su rostro blanco estae,
mas que non la blanca cera
qu´ardía por la velare.
¡Dyz que d´amor e tresticia
finara la noche antes!
Cient´ poncellas la plannian
et su padre mucho mase…….
Vierades hy al cavallero
plorando con grant pessare,
por la so coita embargado,
desta suerte voces dare:
¡Quien dixera, mi sennora,
qu´´avrie de verte atale!
Mas me valiera aver muerto
face tiempo en lit campale
por una mala lancada
d´algun perro mussulmane,
ca ansi, syin los tus amores
non viviera ny un instante.
Ya non volver he en mi vida
tus palacios a ruare,
nin saldras tu á la finiestra
tus coitas a me contare,
nin me ceñir has la espada
al partir ya nunca masse.
Bien mi pecho lo descia
coidando tan grant pessare.
Siete vueltas los pantasmas
foeron tu palacio a dare;
siete vegadas mi pecho
quiso de dolor quebrarse……..
Plorando siguió don Nunno
e aun asmaba d´ ascuchare
luenne, muy luenne el tambor,
el atambor redoblare.
Don Nuno de Rondaliegos . La Ilustración Gallega y Asturiana. Madrid 8 de Diciembre de 1881. Nº 34. Tomo III.-
Xunt´ al fueu Muncho pueden gociar los siñorones De tayaes fartucos y cevera, Tumbáos en blandinos almuhadones Sin trabayu que rompa la mollera; Pero más gozu ye cabar tarrones Non faltando boroña na masera; Y apenes atapez oyer un cuentu Sentau ente los fíos muy contentu. "Acúrrete, Xuanín, crucia les pates, Non tomes el llar solu, ponte á un llau, Mira á ver si ya fierven les corbates O si ´stá sosu ´l pote ó muy salau; ¡Ximiélgate! ¿ non quies? anque te mates Non prebes de boroña hoy un bucau, Y gracies á to güela allí sentada, Non t´apurro por vagu una mocada. "Enriestrai dos panoyes, rapazucos, Quitai á eses castañes los pelleyos; Esfoyai dos docenes de tarucos Y non vos pieslle ´l suañu ya los güeyos: ¿No ´stais viendo contentos, como cucos, Y sin apigazar homes más vieyos? Trabayai ó si non con dos civielles Puede que vos caliente les costielles. ¡" El diablu los pelgares! siempre cháos Faciendo sin cansar la manguanada; Contentos solamente, espaviláos, Cuando van ´a coyer la so platada; Seriones por demás, enfocicáos, Pa que naide ios mande facer nada... Trabayáis ó si non vereis quiciáes Trocáse les fariñes en lloriáes. "¿ Qué sacais de folgar? ¿Hay meyor cosa Que mirase la xente trabayando, Y non enguruyada, triste, uciosa, De fastidiu quedar apigazando? La xente que trabaya ´stá gozosa Y el tiempu, sin sentir se va colando, Si un home de saber y de memoria Cunta con gracia verdadera historia. " Si contentos, magar cuece la cena, Aplicáos estáis en ós llabores, Una vos cuntaré de bona mena Que yo oí rellatar á miós mayores; ¡Escuchalla d´afechu causa pena... ! Hay batalles, trompetes y tambores.... ! Pero non trebeyeis.... non quiero ruidu, Ye menester tener atentu el oídu. Teodoro Cuesta. |
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