Agüera-La Arena-Agüerina (Concejo de Belmonte de Miranda)
Textos:
-La luz del Robledal.
-La coruxa.
-La foguera.
-L´Andecha.
-Dibujo de Luis Pravia Navia.
-San Andrés de Agüera.
-Los sueños del probe Lín.
San Andrés de Agüera
Cuando llegamos á San Andrés de Agüera pedimos alojamiento en la casa rectoral donde el buen párroco nos recibió de la manera más hospitalaria. El curato le fue dado por el señor obispo y pasa por uno de los mejores de los que puede otorgar el prelado. La casa rectoral, de modestísima apariencia, es casi una choza distribuida con poca comodidad. Entramos en un oscuro vestíbulo de poco más de tres pies en cuadro que conducía a una pequeña cocina sobre la izquierda y a una sala sobre la derecha. La primera no necesita descripción; la segunda tiene cuatro pies sobre doce, el piso desigual, paredes blancas pero sin cielo raso ni artesonado. Los muebles consistían en una mesa de roble y dos bancos. La sala comunica con el pequeño despecho y el dormitorio, que tiene una raquítica ventana. Debajo del gabinete hay una bodega, repleta de pellejos de vino, á la que se desciende por una estrechísima y oculta trampa. Las dos criadas se acuestan en una habitación cerca de la cocina, y el coadjutor en una pieza separada de la casa para que si le llaman por la noche, se levante sin turbar el reposo del buen cura.
En cuanto llegamos nos dieron chocolate y bizcochos y por la noche buena gallina y buen vino. La mejor cama fue cedida por el párroco para el extranjero y de una ú otra manera pudo alojar á los demás.
El siguiente fue viernes, día de abstinencia; pero político y atento me sirvió gallina. En la comida admiré más su despreocupación: me hostigó a que probase las truchas del Luna, río famoso por ellas, pero el coadjutor retiró el plato y dijo:
-No puede comer pescado porque ya comió carne.
-Es verdad, respondió el cura; los católicos no mezclamos carne y pescado en día de abstinencia; pero nuestro amigo, añadió con prudencia, no está en este punto sujeto á igual obligación.
La parroquia tiene 150 vecinos, ó 700 almas de comunión además de los niños que no tienen 10 años. Los habitantes viven esparcidos en nueve pequeños lugares, de los cuales siete están situados en la montaña y dos en el valle, siendo muy trabajoso para el cura el ejercicio de su sagrado ministerio, cuando el país está nevado.
Un poco más abajo se encuentra Agüerina, donde vimos la casa del cardenal Cienfuegos y la choza donde nació. Ninguno de los cardenales actuales no pasaría con gusto una noche ni en una ni en otra.
Los hijos de estas montañas visten con preferencia del paño negro que sus mujeres hilan. Esta industria apreciable que es enemiga del lujo, no destierra la pobreza ni la necesidad más absoluta que por allí reinan.
Las tierras accesibles no están incultas, el mismo sol obliga á las mas áridas á reportar algún producto, y así en los terrenos elevados se siembra trigo dejando los bajos para el maíz. Cocida la piedra caliza les sirve de principal abono.
La extensión de terreno que una pareja de bueyes puede trabajar en un día (medida agraria del país) equivale á casi medio acre y se vende por término medio en 100 ducados u 11 libras esterlinas. Es, como se ve, poco precio y se gradúa la renta en una fanega ó cincuenta y seis libras de pan de 24 onzas la libra.
No teniendo nada que hacer, me entretuve en dibujar la vista de Agüera y Agüerina, y fui después con el cura á ver el cuerpo ó reliquias de san Fructuoso en la iglesia parroquial. Cerca de estos santos restos hallan los criminales protección contra sus perseguidores y están seguros lo que alcancen el pórtico antes de ser cogidos.
El templo los libra, pero pueden morirse en él. Asilos como este son poco dañosos, pues los asturianos son notables por su dulzura y sencillez de sus costumbres, y es aquí inofensivo lo que en otras provincias pudiera traer fatales consecuencias.
En aquellos sitios montuosos me han dicho que no solamente hay lobos, sino también osos y una especie de tigres los cuales son feroces en invierno. Entonces los pastores llevan sus rebaños, consistentes en carneros y cabras, á pasar la noche al pueblo; y cuando pasan por las montañas llevan grandes perros con férreos collares de agudas puntas.
En 5 de agosto abandonamos á Agüera muy de mañana, descendiendo durante tres leguas por la vallada á lo largo del rápido torrente, que hamos seguido desde su nacimiento en la altura de esta vasta cadena de montañas; las atravesamos hacia el Oriente y a la derecha encontramos el romántico pueblo de Belmonte. Abandonamos la rambla á poco nos encontramos con los mismos árboles de algunos días antes, es decir, el avellano, el castaño, el nogal y el roble. Viaje por Asturias de Joseph Townsend, en 1786.
¡Asturias del corazón! ¡Solar y cuna d´España! Con cuantu afán te contemplo Desd´esta tierra lejana Al través de un vasiquín Desta sidrina de casa, Desta sidre de mió tierra Que sabe á rica manzana. Véote querida Asturies Humilde y acurrucada Entre los Picos d´Uropa y el Puertu de Vegarada Que te guarden y defienden Como se guarda á una Infanta, Princesa ó doncella hermosa Po les bruxes encantada.... Y ye bono que te guarden Porque yes muy codiciada: Codicióte en otru tiempu La República Romana Y quixo facete suya, Pero tú, fusti tan brava Que non dexasti que naide En tí posara so planta. ¡Que lo diga el Sarracenu Que según la Historia narra, Con la ayuda de la Cruz y la Virgen Soberana, E nos montes de Cuadonga Quedó fechu una farrapa: Allí fundó el gran Pelayo La monarquía Asturiana Y por eso Asturies ye la cuna y solar de España... Y el milagru que jueses Por todos tan deseada, Que ye to clima tan suave Y de condición tan sana Que nin apierta el calor, Nin ye dura la invernada.... ¡Ay sidrina de mió tierra Fecha con rica manzana! Véote facer gorgoritos; Y acuérdome de la gaita Que ´n toes les romeríes Y en toes les fiestes tocaba, Angel Antón de Capita (Fiyu de Melón de Juana). Dios en so gloria lu tenga Po lo bien que la sonaba, Saludando al Mayordomu Tocando la alegre Diana, Y el coru de la Iglesia Cuando la Misa de gala, Hasta el mismu Cielu diba la Marcha Rial que tocaba,¡ Ay gaita la de mi pueblu, ¡Ay de mi pueblu la gaita! Que asemeyaba al xilgueru Cuando canta na enramada, Y al pinzón y al veranín y al pardillu y la calandria; Y acuérdome sobre todo, Del cantar de la rapaza En eses tardes d´otoñu En que llendando la vaca, Entona el "Señor San Pedro" Y la " Virgen Soberana" y " Hay un galán nesta villa" Que ye nuestra antigua danza... Y enrédense los recuerdos Como se enrieda la llana Del cadexu que mió güela Puestu na rueca filaba, Y recuerdo los cantares "La caso el Señor Cura El Trébol y la Praviana" Tengo que subir al puertu Canta com´una xiblata y canciones de pastores Pe los montes y la braña Y recuerdo versos vieyos Que de neñu recitaba. ¡Ay bable, lengua materna! ¿ Por qué fusti abandonada?... Gracies á tí sidriquina De mi tierra tan preciada Estoy soñando despiertu Co la tierrina Asturiana Y recuerdo les esvilles, Y el magüestu y la filada, Y les noches de cortejo, Y acuérdeme de mi casa Que me paecía tan grande, y ye com´ una cabaña Y acuérdome de la iglesia Donde mi madre rezaba, De la escuela, del maestro, Del señor cura, del ama, Del campu donde corría, Del sitiu donde jugaba, Al pido campu y al marro, Al chole y á la pampaina... Y con toos estos recuerdos Sidriquina de mi alma Quier salir un ixuxú Desde el fondo de la entraña Y al pasar por el gargüeru Se m´ataruga y atasca y non sé si ye sollozu O si ye una carcajada, Pero sé que de los güeyos Quier brotar dalguna llágrima Y sé que con tu color, Y sé que con tu fragancia, ¡Sidriquina de mió tierra Fecha de rica manzana! ¡Para mi siempre serás La encarnación de mi Patria!.- Carlos de la Concha y García Ciaño. "Los nuevos bablistas" 1925. (Enrique García Rendueles).-
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