Playas de Cuevas del Mar y San Antonio del Mar (Llanes)



Textos:
-¡Ixuxú!.
-"¿Contrapaso?" ?"¿Valamé?" "¿Pericote?"
-Carta.
-Á los que están allá.


Antiguas Llanes 


La playa de Cuevas del Mar, en el concejo de Llanes ​​es una playa que está considerada paisaje protegido, desde el punto de vista medioambiental. Por este motivo está integrada en el Paisaje Protegido de la Costa Oriental de Asturias.​​ Wikipedia
Playa San Antonio del Mar. Es una playa natural de impresionante belleza, su peculiar ubicación entre acantilados y sus aguas cristalinas hacen del lugar un espectáculo único.
Separada de Cuevas de Mar por Punta San Antonio es una pequeña cala de arena blanca y moderado oleaje, que se llama San Antonio. Esta playa natural, con forma de concha y que está protegida por acantilados, ha ganado una considerable afluencia en los últimos años, de usuarios que huyen de la alta ocupación que también registra Cuevas.El acceso puede realizarse a pie desde Cuevas de Mar. También se puede llegar en coche desde Nueva de Llanes, pero es necesario realizar los últimos metros caminando. Carece de aparcamiento.
Pueblo de Nueva
Partido judicial y ayuntamiento de Llanes. Hallándose dividido el pueblo en cuatro barrios:  Llende el río,  Nogalera,  Barrio de abajo y la Granda; en Cuevas del Mar existe el  palacio del conde Calderón de la Barca, cuyo edificio es muy notable por su antiquísima arquitectura. Madoz. 1845-1850.-

¡Ixuxú….!

¡No temáis! ¡Son ´os de Carrio!

¡Andan a la cortexada!

y al ir per el camín pa baxu

lo anuncian a las zagalas.

A esi ixuxú vendrán otros 

a respondei sin tardanza,

pa deciyos que las mozas, 

he fruta que está guardada….


(Se oye otro ixuxú lejano)

¡Ahí los tenéis! ¡Los de Casu!

Xente nobliza y ufana 

que dicen con esi gritu

que en la mano hay una estaca.

¿Habrá líu? ¡No diré!

Porque esa voz ye una llama 

con más juercia que una quema 

y aturruga todo el alma.

Mas no hay porqué preocupase,

pues son xente bien tresnada, 

que si reciben un palu

con devolver veinte pagan.

El ixuxú ye una cosa 

que tien Asturias clavada, 

desde no se sabe cuando,

en lo profundo del alma, 

y cuando llegan las sombras 

de sus noches encantadas, 

surxe en el aire encendida 

fulgurante como un ascua, 

cruza valles y robledos,

se esconde en las hondonadas, 

serpea en los roquedales 

y es chispa por la montaña 

y es grito de amor y guerra,

de valor y de arrogancia,

eco de tiempos lejanos 

y de ancestrales hazañas.

¡Ixuxú!, grittó la xente 

al romanu dándoi cara, 

que vió a los homes matase 

antes de ser de so causa.

Lo gritaron los primeros 

que anduvieron por la braña,

que si no fue cuando Adán,

como Adán la xente andaba.

Lo repitieron los padres

en otras noches lexanas 

y lo gritamos los nietos 

pues es voz que nunca acaba

como una bandera ardiendo

en el alma de la raza.

En el ixuxú está todo 

lo que en Asturias es gala, 

lo que  e juercia de la tierra 

lo que vive y lo que canta:

el río que se despeña

desde el cordal a la playa, 

el caballo que relincha

del Sueve en la sierra brava,

el viento en los robledos 

pone trémolos de arpa,

el ruxir de los bufones 

y el oleaje en las playas;

el balidu de la oveya

perdida por la montaña;

la pasión de los zagales 

y el amor de las rapazas,

el calor de nuestra sangre 

y el fuego  de la plegaria,

¡la energía y el ensueño

que Asturias lleva en la entraña!

¡Ay si volvieran los años 

en que yo también  berriaba 

por atayos y senderos 

un ixuxú con voz alzada!

Cuando baxaba del monte 

de rozu una buena carga,

echaba hierba al ganau

y en la cocina cenaba.

La xente desconocida 

se escurría pa la cama, 

y empuñando un fuerte acebu

que tras la puerta guardaba, 

lanzábame entre las sombras 

y por las sendas marchaba 

a ver si alguna mocina 

tenía ganas de charla.

Llenu de llocu entusiasmu,

sin saber porqué, soltaba 

del mió pechu un ixuxú

cual del herbal la calandria:

(Grita)

¡Ixuxú! ¡Ixuxú! ¡Arriba!…

Mas agora ya no puedo

lanzar ixuxú que valga, 

no hay moza que al escuchalo 

me espere en la so ventana.

Pero a pesar de ser vieyu

y no valer una paya,

a veces, cuando la noche 

está suave y estrellada,

y paez que por los campos

anda el amor de parranda,

siento en el pecho una cosa

que el corazón pon en brasa

y el ixuxú quier salime 

ardiendo de la garganta,

pa perdese por la noche 

como centella que pasa

y alargase por los aires 

buscando en la sombra un alma.

Porque si no tengo juercia 

tengo muy xoven la entraña…..

y aún lanzaré un ixuxú

cuando me meta na casa.

Porque esi gritu valiente 

de la Asturias milenaria,

habla de tiempos remotos,

de heroísmos y de hazañas,

cuando los hombres tenían 

la fortaleza de hayas 

y el corazón limpiu y frescu

ninguna sombra empañaba.

Bien lo oyeron retumbar

por Picos de Peña Santa 

y las huestes del Alavo

en la epopeya de Cangas.

Mas ¡ay! ya son otros gritos 

los que escucha a la montaña

y de trenes y sirenas 

que a Asturias roban el alma.

Suena, ixuxú, y cruza  el aire 

como flecha encandilada 

que avive los corazones

todo el fuegu de la raza, 

que al gritu del uxuxú 

dió principiu y ser España.

(Se oye otro ixuxú. Contesta Xico)

¡Escuchai! ¡Escuchai! ¡Xente!

de Asturias, la voz sagrada,

como una bandera ardiendo

en lo alto de sus montañas.

(Grita)

¡Ixuxú! ¡Ixuxú…..!

Ángel Pola. El Oriente de Asturias.

Llanes, 8 de Marzo de 1.956.-



¿Contrapaso? ¿Valamé? ¿Pericote?

El nombre de nuestro baile local (no regional), que no pasa de la antigua  parroquia de Santa María de Concejo de Llanes,  diseminada entre los ríos de Póo y de Purón hasta la barrera del Cuera y las Mañangas de Parres y Porrúa; el nombre con que hoy le conocemos, es moderno, más no auténtico, como pretendemos demostrar. Sobre ello se ha escrito mucho y hay  hasta quien le cree más antiguo que la “Danza Prima”.

Por el 1880 se llamaba “Contrapaso”. En mis tiempos de infancia era el “Valamé”. Y en Cué, “Pericote”. Prevalencia este y fue su paladín aquel patriarca de los llaniscos en Méjico, don Alonso Noriega, el cual decía que a los llaniscos se les encontraba en todas partes menos en Belém (la cárcel). 

Fué Quico Pacho (Fco Sordo Pedregal) quién impuso con su autoridad el nombre que tenía el baile en Cué, por ser un “Perico” quien hacía de varón en la danza, ya que eran tres mujeres las que le bailaban.

Creemos que sólo en Cué se daba tal circunstancia y lo atribuimos  a que, no habiendo mozos jóvenes en el pueblo, debido a la emigración, se subsanaba tal falta con una moza tocada no con montera, como la lleva ahora el mozo, sino con un sombrero de copa y un vistoso disfraz que daba carácter de Perico a la protagonista.

Las otras dos usaban saya corta y encarnada, medias azules, chaquetilla como la actual, cruzada al hombro y larga trenza de pelo extendida a lo largo de la espalda. Debemos estos datos a don Francisco Mijares; maestro, fallecido, de Cué, quien lo describe así, como testigo ocular de la última vez que se bailó de esa traza, antes de que la moda trastocara lo tradicional, y cuando él era casi un niño.

En nuestra infancia, se bailaba en la Vega de la Portilla y se llamaba el “Valamé”, sin duda por ser tal palabra el estribillo de las variadísimas estrofas que   cantaba una moza de La Portilla, acompañándose ella misma con la pandereta de gran tamaño, y marcando el ritmo casi siempre una vieja con un tambor.

Recordamos algunas de aquellas estrofas:

“¡Valamé, valamé!

mermura, mermuradora.

De mermurar ¿qué saquesti?

Meter el alma ´n infiernu…

¡Ya ves lo qu´adelantesti!”.

“El Cristo está ena Xorcada, 

San Julián, en La Pereda;

La Virgen de la Velilla

tien una rejostia nueva”

“Tengo pan, tengo boroña

y en un arca tengo nueces;

también tengo calabazas 

para ti, si las mereces”.

“¡Valamé, valamé!

Mi tíu coxu rompió un pie,

y después que lu rompió,

llevólu a San Tumedé”.

Vicente Pedregal Galguera.

El Oriente de Asturias. México, 25 de Diciembre de 1949. Nº 5.-



Carta 

“San Roque del Acebal Xuni día más ó menos del 12 de este mesmu añu.

Amigo cuñau: me alegraré muchu que al recibu de estas cortas lletras te jalles con la mayor y más cabal salú que yo pa mi deseo, la mía é güena á Dios gracias, pa lo que gustes mandar, que lo jaré con muchu gustu y fina voluntá como é de mió obligación.

Queridu cuñau: sabrás como estó casau con tó hermana Tarasina, que aunque no é de las más avisaes, no por eso dexamos de tener cuatro críos.

Sabrás que ero del llugarin…”

Aquí interrumpe el escribiente al autor de la carta y le dice: no se diz ero que se diz só: y el autor contesta, cuántas lletras sabes, bien se conoz que fuisti criau de D. Pedro Rubín; y replica el escribiente: pues qué, pensábades vos que ero yo algún  colmenu?

Sigue la carta y dice: “Sabrás que só del llugarín de San Roque que está xunta Soberrón.

Cuñau, sabrás  que só güen canteru y si umbias algo, úmbiamelo á mí que só el que mantengo á tó madre.

Sabrás como tó madre la probe está tan vieya que no pué llevantar los calcaños, y siempre está roñando.

Sabrás como el tíu Xico de la Arquera dióme una vaca en comuña, y parió una Xatina que tien dos meses.

Yacíame falta otra pa poder uncilas, y jacer la llabranza.

Cuñau, la collecha del maíz, de la yerva y jabas, está perdía esti añu, pues jizo  muy mal tiempu. También estevo perdía la costera por causa del cólero.

Queridu cuñau, ya sabes que só el que mantengo á tó madre.

Memorias de tó madre, recibilas tamién de Tarasina, el tíu Xico tamién me manda dátelas, dalas tú mías á todos los que pregunten por mí de tu cuñau que tantu te quier y ver desea.

Xuan Galguera.

El Oriente de Asturias. Sábado 31 de Octubre de 1885. Nº 31.




Á los que están allá

Permitidme, queridos paisanos de allende, que después de enviaros mis parabienes en las columnas de este nuestro querido periódico, aproveche oportunidad tan propicia, sirviéndome de él, para departir con vosotros acerca de asuntos muy del caso y para todos necesarios. Bien conozco que la empresa es superior a los escasos recursos de que dispongo para llevarla a cabo, pero me anima la esperanza de que acaso logre traer  a la palestra hábiles plumas e inteligencias persuasivas que puedan coronar con laudable éxito la obra que yo solo inicio.

Prestadme un rato de atención los que ya sois padres, a quienes en particular me dirijo. 

Vosotros no sabéis ni os imagináis  siquiera las rudas pruebas y penalidades sin número porque han de pasar vuestros hijos cuando los mandáis a América. Es verdad que casi siempre os oponéis a que vengan y que si a pesar de vuestra oposición vienen, es por que los arrastra hacia aquí esa corriente misteriosa cuyo origen apenas se concibe, que va dejando despobladas esas pintorescas y feraces regiones. Pero a vosotros  toca contenerla, porque sois los únicos que lo podréis conseguir, oponiendo a su fuerza poderosa la fuerza débil, pero eficaz, en cuya tarea deberíais ser secundados por los párrocos y maestros.

Yo estoy seguro que si constantemente exhortareis a vuestros hijos a permanecer entre vosotros patentizándoles los trabajos, los padecimientos, las calamidades no imaginables que por aquí les esperan, iriase apaciguando en ellos esa sed de inmigración que los domina, que se ha hecho ya innata y que se trasmite de unos a otros acrecentada cual alud desprendido de elevados montes. Pero sois débiles al oponeros a que vengan.

Resístese vuestro amor de padres a separaros de ellos, pero a su vez ese mismo amor os hace entrever imaginarias riquezas que os azuzan a dejarlos ir, creyendo hacerles beneficio. Va a hacerse rico, os decís, a quitarse de ser majaterrones oscuro, cual sería el destino que aquí les espera. ¡Dichoso el que con el sudor de su frente amasa la tierra que ha de producirle sustento!¡Feliz el que logra cultivar con sus propias manos el sagrado terruño que le legaron sus padres!

¡Riquezas dijisteis, y no sabéis qué difícil es adquirirlas por medios lícitos, y con cuantos trabajos y privaciones se adquieren cuando llegan a adquirirse!

¡Ay de los pobres que mueren en ignoradas tierras a manos aleves, cuyos cuerpos sirven de pasto a carniceras alimañas, sin que haya quien rece un padrenuestro por su alma, ni de sepultura a sus rapiñados huesos!

Después de mil penalidades encuentra ocupación, pero que la de tejero, y tras un mostrador desvencijado donde va poco a poco sepultando los lozanos colores de su cara. 

El Oriente de Asturias. Sábado 24 de Octubre de 1885. Nº 30.-






































































































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