San Román- Villa- San Miguel (Piloña)
-Malatos.
-Escenas pastoriles.
Malatos
En el siglo XII, se estableció en El Cañanal, a 4 km de Llanes en dirección Oeste en términos de la actual parroquia de San Roque del Acebal, una Malatería, u Hospital para leprosos.
Esta del Cañamal, figura con el número cuatro de las establecidas en Asturias. Todavía queda hoy algún paredón medio derruído del hospital de San Lázaro del Cañamal. Cuando venían apestados de otros lugares, no acudían por el camino real, sino por el sendero de los malatos. También usaban una fuente "la de los malatos", de la que servían para beber y para hacer sus curas. Los siglos XIII y XVIII había en Asturias treinta malaterías, distribuidas por toda su geografía. Curiosas y muy rígidas debieron de ser las Ordenanzas por las que se regían estas malaterías. Los internados seguían un régimen de vida conventual, y las disposiciones relativas al aislamiento para evitar la propagación del mal fueron muy estrictas. Las Ordenanzas municipales de Oviedo del año 1274 son un claro testimonio de la severidad en este sentido. Llega a castigarse con la muerte a los malatos que reincidiesen en la infracción de las prevenciones sanitarias establecidas. La Malatería del Cañamal, una de las más antiguas de Asturias, deja de existir a principios del siglo XVI, coincidiendo este tiempo con la fundación de la "Malatería de Santa María Magdalena" en Ardisana, que llegó hasta finales del siglo XVIII. Otra Malatería muy importante fue la de Vallobal, llamada "Real Hospital de San Lázaro de Vallobal". En ella se recogían los enfermos de Piloña y también algunos de Parres y Colunga. Tiene tal hospital acreditados más de 500 años de servicios. La renta mínima pedida para el ingreso era de un copín de pan anual, que, aunque se hacía a perpetuidad en la práctica sólo quedaba para siempre en la malatería en el caso de que el enfermo falleciese en ella. Algunos enfermos curaban y volvían a sus casas; otros marchaban medio curados y volvían a reingresar después, y otros fallecían en el Hospital. Los Malatos de Vallobal no salían corrientemente a mendigar. Sólo en los casos en que los alimentos escaseasan salían a pedir limosn con su lámpara y su campanilla. Después de desaparecer la Malatería, seguían colgadas de las ramas de los árboles de los alrededores, en los cruces de caminos, ya de a pie o de carro, unas capillitas u hornacinas, puestas allí no sé si para que los malatos que se detuvieran a rezar, o para que rezasen los caminantes que pasasen por allí. Estas capillas se perdieron cuando aquéllos caminos de carro pasaron a ser carreteras. Cerca de Vallobal existe un pueblo llamado "El Mortuorio" Este pueblo nació en lo que era tan sólo una casa adonde traían a los enfermos de la Malatería que estaban en muy mal estado, y los traían a morir en ella.
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Desde el Naranjo de Bulnes se ve la niebla en el suelo, por eso los asturianos estamos cerca del cielo. |
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