Bada y San Juan (Parres)

Textos:
-Romance del caballero alto.
-Lo tuyu y lo míu.
-Pilarín, Periquillo y todo lo demás.
-Diablo.

Bada. Lugar de la parroquia de San Juan de Parres (Parres), distante 7 km de Arriondas y 3 de Cangas de Onís. Su población es de 79 habitantes, y se sitúa en una llanada cerrada al noreste por el monte Vista Alegre, que lo separa de la cuenca del Sella, donde desemboca el arroyo de Güeyuprietu, que corre al sur de la población. Posee un patrimonio  arquitectónico de gran belleza: La Casona o palacio de La Prida o Robledo; casa solariega del siglo XVIII, restaurada recientemente y acompañada por diversas estancias auxiliares como cuadras, pajares, panera y una buena pradería de frutales. La casona de la Pedrera, situada sobre un altonazo; rectangular y maciza, comenzó su construcción en el siglo XVI siendo reformada posteriormente; su fachada posee dos entradas , una adintelada y otra que abre con un arco de medio punto. La capilla de San Roque, obra del siglo XVIII de traza tradicional que cuenta con un pórtico abierto sobre columnas de madera talladas. Un dicho popular alaba la belleza de Bada:"En Arriondas nace el sol, en Castañera la luna, en el lugarín de Bada nace toda la hermosura".  


Romance del caballero alto
El caballero era alto,
el caballo era negro
y ambos parecen, de noche, 
la sombra de un solo cuerpo.
¿De dónde vienen -preguntan
las gentes-? Vienen de lejos;
pero nadie sabe a dónde 
van de noche y en silencio.
El caballero era alto
y el caballo negro-negro;
vienen de tierras lejanas
de allende los Pirineos,
de luchar contra los moros,
por la Cruz y por el pueblo…….
-el pueblo  donde le cuentan
que le robaron su feudo……
El caballero era alto, 
el caballo duro y recio. 
De noche siguen; de noche
van caballo  y caballero, 
unos dicen que a Noreña,
otros que a Pola de Somiedo…….
Vienen de lejos y van 
entre los suyos más lejos……
El caballero era alto,
y el caballo,  de tan negro, 
era como era la noche
del caballero en el pecho….
Ambos van por el camino,
ambos salen de regreso
dejando atrás las montañas
de Belmonte y de Somiedo; 
dejando Noreña y todo
donde contaron su feudo…..
¿Adónde van?¿ Por qué huyen?
-Sólo contesta el silencio.
El silencio de la noche
y el silencio de los perros.
No huyen, no; que regresan
a luchar, por Cristo y ellos,
contra los moros infieles
y a olvidar penas más lejos…..
Y el caballero era alto
y el caballo negro-negro;
van de noche,  como sombras,
van como sombras,  huyendo,
unos dicen que a la muerte, 
y otros dicen  que al destierro……
Pero lo cierto de todo,
de todo ello, lo cierto
es que llevan en las ropas 
sangre de dama y plebeyo…..
El caballero era alto,
el caballo, negro, negro…..
No huyen, pero se alejan
de lo que fueron sus pueblos.
Ella, la dama, su esposa,
fue hallada con el mancebo,
yaciendo ambos la noche
que llegaba el caballero…….
El caballero era alto,
el caballo duro y recio
y ambos salen y se alejan 
de los contornos del pueblo…….
Salen de noche,  llevando
la justicia y el silencio;
en una mano la espada
y en la otra el realengo…..
De las bridas va el caballo
como la noche de negro….
el caballero no habla….
no dice nada -El silencio
va señalando la historia 
que va quedando a lo lejos…….
Hazaya la sefardita. Albino Suárez.-

Lo tuyu y lo miu
La to quintana y la mía
por mor de tar averaes, 
al cantar los paxarinos,
allegres, po les mañanes,
cantaben pa tí y pa mí
siempre los mesmos cantares.
Les rames de la figal
de to casa ´l  estirase
venín mecese a mio casa
co les de les mio figales.
Y puestos a comer figos
non deferenciaba naide 
cualos yeren de los tuyos
o yeren de la mio parte.
Yeren los mismos rayinos
de sol los que callentaben 
el to cuerpu y el mio cuerpu, 
la to carne y la mio carne.
Y asina fuimos pasandu 
de rapacinos a grandes, 
averaos el ún al otru
como taben les quintanes.
Y aquellu  qu´entoncies yera 
asuntu  de vecindaes
acabó por enredanos
del mesmo modo que taben 
mecíes unes con otres 
les rames de les figales.
Y hoy,  pal mio bien y pal tuyu,
secáronse los bardiales
que taben pa desllindar
d´una parte y la otra parte,
onde acaba lo tuyu
pa que lo míu entamase.
Hoy tou ye de los dos
porque yos dió por xuntase
al to corazón y al míu
axenos a propieaes 
que non seyan les ñacíes 
d´isi  gran gociu d´amase. 
Cantando a Asturias. Bernardo Guardado Rodríguez.-


Pilarín, Periquillo y todo lo demás 
…..allí en aquel barranco, entre coches destrozados  yacían sepultados y convertidos en una masa informe de barro, carne y sangre los cadáveres de las dos muchachas….” Yo me había perdido, y no sabía de qué habían muerto las pobres; pero el Ruiz me lo explicó  cuando salimos. Es que,  por lo visto, las había matado la justicia divina.  Por lanzarse al mundo, ya ves; que era como un absorbente remolino que arrastraba a fiestas y diversiones.Y, claro,  cayeron en las garras del vicio y no pensaban más que en cines, teatros y bailes.  Y como al vicio se iba en tren……..Pero tampoco  hacía falta que te montaras. Con estar cerca………
Allí, sobre la vía, al lado de los raíles estaba el cadáver de un niño de unos cuatro años…. Estaba del todo desnudito.  Hasta los calcetines le había arrancado el aire comprimido…. No tenía cabeza…. La buscamos y la hallamos al fin. Iba en la rueda de la máquina…..”
Como mínimo, como mínimo, el niño debía haber escupido a su madre; que el cura no nos dijo lo que había hecho, pero era de imaginar algo así ¿no? Para que se quedara descabezado…. Y yo pensé  que la moraleja era que no teníamos que cruzar las vías del tren. Pero no; teníamos que pensar en el ferrocarril  de la muerte y que la justicia de Dios era el maquinista. O sea, una parábola. 
Con lo cual, que yo lo pensé y desde entonces me daba una angustia muy grande subir a un tren.  Y tampoco podía mirar por la ventanilla, no fuera que apareciese  una calavera. Como en el ejemplo  que nos contó Don Secundino, que unos estudiantes asomaron una calavera por la ventanilla y una señora se murió y otra se volvió loca. 
El florido pensil. Memoria de la escuela nacionalcatólica. Andrés Sopeña Monsalve.-

Pilarín, Periquillo  y todo lo demás

Otra historia que también nos gustó mucho fue una que se titulaba El huérfanito quiere ver el cadáver de su madre. 
Era un niño que se lo llevaban a casa de una vecina porque su madre estaba tísica y vomitaba sangre……
Pocos días después, el niño  estaba jugando, y aquella señora en cuya casa  estaba recogido lo llamó enjugándose unas lágrimas que corrían de sus ojos,  le quitó el delantal blanco que llevaba, y le puso otro negro. 
Así debió pasar también con el nuevo, que no me acuerdo cómo se llamaba. Que iba todo de negro; pero todo,  y los calcetines y la camisa,  que le asomaban los puños y el cuello; y eran negros. Pero yo no me atreví  a preguntarle si él también había mirado por la cerradura, como el del ejemplo:
En el suelo había un paño negro con seis velas grandes que ardían…. En medio  un ataúd…. ¡Dentro del ataúd estaba su madre del alma!”
Y no se terminaba ahí, que luego ponía que las campanas tocaban a muerto; y a mí me parecía que el nuevo se había puesto malo. Y el huérfano  llegaba corriendo  a la iglesia, gritando. Y gritando y llorando se levantó de pronto  el nuevo y salió  corriendo. Que no nos enteramos de cómo terminaba  y no pudimos extraer la moraleja, porque Don Secundino nos mandó a todos a casa. 
El florido pensil. Memoria de la escuela nacionalcatólica. Andrés Sopeña Monsalve.-

Diablo
Refranero:
Cuando y llueve y fai sol, tá el diablu ´n corredor; 
Cuando llueve y torbellina, tá el diablu  ´na cocina; 
Cuando llueve y fai sol, quema la casa el diablu mayor;
Dios y el diañu ´n un costal, non pueden tar;
El diañu duerme ´n poques payes; 
El diañu  manda facelo y él mismu lo descubre.
  Un engaño  propio del diablo: cierto campesino  va en busca  de un cabrito perdido; oye berrear, coge al cabrito, carga con él  hasta casa y cuando llega siente que el cabrito  le mea, a la vez que huye  rápido y se burla: “Ja, ja, ja, que te la pegué”.
Para hacerlo huir  exclaman  en Pola de Allande:
Jesús, María y José,
si eres el diablu
de ti reniego;
mal añu  pa tí,
doite mierda de gatu negru,
la cruz te fago,
veite pa las peñas de Fontoira.-











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