Llanes-Celorio (Senda costera)
Fenómenos estacionales en Asturias
Febrero: se desenvuelven los esguinos (crías del salmón).
Marzo: aparece la cigüeña; se desarrollan los carabus y los pieris; se retira la langosta del mar, y se aparean las aves.
Abril: vienen las golondrinas. Si la estación es tardía, sucede otro tanto a los fenómenos citados en el mes anterior.
Mayo: ya hay crías de pajarillos, de mamíferos y de los Grillus campestris y talpa en la primera quincena, y en la segunda se dejan ver la codorniz, la típula, los renacuajos y el vencejo. Los salmones suben a los ríos.
Junio: salen los lagartos, y se recolectan el Cervus volans, los abejorros cicindelas. La oropéndola entona su canto de amor.
Julio: los agrion y libélulas revolotean por los juncales y charcos. Se ven algunas culebras y víboras. Empieza en la costa la pesca del bonito.
Agosto: marcha el vencejo. Desovan los salmones.
Septiembre: desaparece la codorniz, la golondrina y el bonito.
Octubre: huye la sardina y sale de los ríos el salmón con los hijos del año anterior, pero dejando hecha la postura que ha de desenvolverse en febrero. Se acerca a las peñas de la costa la langosta marina, y aparece el besugo.
Noviembre, diciembre, enero y aun febrero, en muchos años; no hay otra cosa más que grandes rebaños de gorriones que inundan los caseríos; los grajos, cuervos y chovas que llenan los prados revolviendo la freza del ganado,de malvises que se reconcentran en sitios de espinera para comer la majuela,y de alguna ave viajera del norte de Europa en años muy fríos.
El reloj del Fauno se puede marcar en este país por los fenómenos siguientes:
La Alauda arborea, la golondrina y otras avecillas saludan al albor matutino;las cicindelas andan por los campos desde las nueve hasta que cae el calor en el verano.De las diez hasta las cuatro todo es silencio. A las cuatro empieza a resonar sus alas el Grillus campestris; a las seis se oye el cuco; a las siete silva el sapo; a eso de las ocho entona su triste acento el mochuelo y autillo, y poco más tarde la lechuza. En los crepúsculos sale el oso, los lobos y demás alimañas, y recorren hasta media noche los parajes de sus rapiñas.
Apuntes sobre la fauna asturiana (1859) Pascual Pastor y López.
Asturias vista por viajeros. Tomo II.-
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La viudita se quiere casar….
Con el Conde, Conde de Cabra……
¡Ay,, que dexáte neñina,
capullín d´una azucena,
capullín tímidu y fráxil,
botón de flor en promesa!
El llucerín que dexé
hoy ye esplandeciente estrella.
¡Ay, quién se viera en tos güeyos
como antañu yo me viera!
¿Por quién guardes esi lutu
que naide sabe n´aldea?
Por ti dexé yo estes tierres;
porque yeres tú tan neña
que temí que c´ol mió aliendu
tus ilusiones rompiera.
¿Alcuérdeste d´aquel besu
que te di frente a la escuela?
Dítelu, como otres veces,
comu a una hermana pequeña;
pero aquel día picóme
n´ el corazón y en la llengua.
Que non yeres rapacina
díme entonces cabal cuenta.
Los llabios tuyos quemaben.
Ya no era un besu de neña.
Aquel besu yo engolvílu
en un pañuelín de seda,
y temiendo al reconcomiu
punxe, de por mediu, tierra.
Y por todos los caminos
qu´en mió caminar hobiera
llevé siempre xunto al pechu
aquél pañuelín de seda.
Por tí golví a esti llugar.
¡Por saber d´aquella neña
qu´empezó a ser ya mocina
cuando diba pa la escuela!
Dime, viuda sin casar,
díme, mió viudina bella,
¿por quién guardes esi llutu
si entovía yes doncella?
¿Que ya el lutu vas quitar?
¿que dasme el tu mantu en prenda?
¿que yes viuda d´aquel mozu
que dexóte siendo neña?
¿qu´entovía no apagaste
el fueu d´aquella foguera?
Entóncenes, ven acá;
vamos, mió blanca azucena,
a repetir aquel besu…..
… agora frente a la iglesia.
Sol en los pomares. Matías Conde.-
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“Cogiera tres arenillas”
-Válgame Nuestra Señora
“y” la Vírgen Soberana….!
Don Pedro de Salazar,
caballero de gran fama,
pidiera la hija al rey,
y el rey no quisiera darla.
Siete años pasó con ella
en quererla y regalarla,
sin poder alcanzar de ella
ningún favor de importancia.
Un día que estaba paseando
en el balcón de su casa.
Don Pedro que la veía,
Don Pedro que la miraba.
Don Pedro Pedro que la veía
y los ojos le llevaba,
cogiera tres arenillas
del casco de una avellana,
cogiera tres arenillas,
y con una le tirara….
-Quien me tira bien me quiere,
si en los ojos no me daba,
mucho me quiere Don Pedro,
mi querer al suyo iguala…!
Mañana, día de los Reyes,
córrense toros en Pravia,
y si quieres ir a ellos,
yo te empeño mi palabra.
Llevarás caballo blanco,
la silla verde y dorada:
llevarás zapato blanco
que en el pie te navegara,
y en el ala del sombrero
una serpiente pintada
que parece que va muerta
y a los vivos amenaza…..
Preguntó el rey a los suyos:
-De donde es aquella planta?
-Don Pedro de Salazar,
caballero de gran fama,
Mandó el rey soltar un toro,
el mejor de la manada
que tenga los ojos negros,
la vista remolinada
y las astas bien agudas
para que más daño le haga.
D. Pedro se encara al toro,
D. Pedro al toro se encara,
D. Pedro se encara al toro,
D. Pedro le derribara.
-Pídeme, Don Pedro, pide,
no seas corto de habla,
no me pidas a Sevilla,
ni me pidas a Granada,
ni me pidas la corona,
que sin ella no soy nada…
-No le pido a Sevilla,
ni le pido a Granada,
ni le pido la corona,
Dios le deje bien lograrla……
Por esposa y mujer quiero
a tu hija Doña Juana.
-No me pudieras pedir
cosa que más daño me haga!
di me pidieras la reina,
diérala de mejor gana.
El amparo de mis hijos,
y el gobierno de mi casa….!
Por ser palabra de rey,
nunca será revocada,
y desde hoy te ofrezco
las entradas de mi casa,
y para el día de la boda
siete mil duros de arras;
que la reina dé otros tantos
para guantes de la dama….
Válgame Nuestra Señora
“y” la Virgen Soberana…!-
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“Recuerdos de l´infancia”
“¡Cuántu nos divertiremos
corriendo de fiesta en fiesta!
¡Agua se me jaz la boca
pensando qu´han de ser ciertas
las ilusiones qu´agora
el corazón alimenta!
Hoy comerás tú en mio casa
el prebe a la marinera,
y yo mañana ´n la tuya
llacón, pantrueque y morciella.
Diremos da cuando a níos
como ´n nuestra edá primera
y picaremos el cuayu
corriendo pe la campera.
Cuando se cuella ´l maíz
diremos a la desjueya,
mejor dichu, á l´escapulla
que se diz n´aquella tierra.
Hemos de dir a las jilas
en ´as noches que las heba,
y el domingo pe la tardi
a xugar a la bolera…….
“Diremos en compañía
el día de la malena
a bailar la giraldilla
n´esconce de la plazuela,
qu´e´donde van las rapazas
más majas que las estrellas
y enlloquecíos de gustu,
a eso de las tres y media,
axuntaremos las manos
cada llau con una jembra
y cantaremos muy altu
si estamos sin carraspera:
“Morenito es Jesucristo,
morena la Magdalena,
morenos los mis amores,
viva la gente morena”.
No dexaremos pasar
sapercibida la fiesta
de la gloriosa Sant´Ana
y danzaremos en ella
con más gustu qu´el cagoche
se calumba so la Vieya.
Y San Roque? ¡Dios me vala,
m´ampare y me favoreza!
no hay ´n el mundiu conocíu
una función como aquella.
Ya ´l día de Nuestra Señora
cuando se sal de l´iglesia
s´atopan los xigantones
al llau de l´alcarcel vieya
y suena más tiroteu
qu´hebo pocu aque ´n Estella……”
El pozu del Alloral. Angel de la Moría. Llanes 1892.-
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Los más valientes
Munchu tardas en mudate,
Pepe, calmosu te veo
pa dir baillar á San Xurde,
patrón del Valle y del pueblu.
-Non, padre, non quiero dir…….
-¡Caracas! Con tan güen tiempu,
y estando sanu …..¿qué diantre
de mal humor se ti puenxo?
¿Quiés jacer vida de flaire
y echar panza?
-Non por ciertu;
e que entovía mi dura
aquel penosu recuerdu
de la desazón que di
á un padre que tantu quiero.
-¡Ah, sí! ´n ´a pasada feria
que, xugando co´´l civiellu,
crimesti á Xicón el Trasgu
por babayu y parllateru.
Pocu faltó pa que al pozu
jora á dormir llargu sueñu,
hebo dichos y demandas……
reburdieti….. porque quiero
que entiendas, jiyín del alma,
que el valor de más apreciu
y la juercia meyor, van
gobernadas con aciertu
po´la razón y prudencia,
non po´revesinos ciegos.
Juercia que prebala veas
sin falta, á cada momentu,
ó se gasta ó desmerez,
sin acanzar nada güenu.
Mira ´l ríu cuando hay hinchente
mil estropicios jaciendo,
llenando de griju y sable
los praos, vegas y güertos,
arrincando alisas, chopos
y puentes, nin más nin menos
que si ´l mesmu Satanás
i hubiera mandau jacelo.
Míralu qué diferente
onde hay presa, qué serenu
y mansín corre pe´ ´l calce,
moyando xunclos y berros,
regando herbas y florinas,
y en otra parte moviendo
eléctrica maquinaria
pa llabores muy diversos.
Así, la juercia, Pepín,
da so frutu malu ó güenu,
según corre desbocada
ó lleva prudente frenu.
Jacer casu de un mordián
que non tien pizca de sesu,
ó del que jila simplezas
cuando ya la sidre i puenxo
los trasgos en ´a mollera
á regolver pensamentos;
Eso non e ser valiente,
ni e conocer los máleficos
trestornos que la bebida
jaz en algunos cerebros.
Y al trabayador honrau
así munchas veces venlu
pe´ las reyas de la ´lcárcel
por nonadinas y enriedos,
y pierde ´n aquella xaula
cariñu, vergüenza y creitu.
Pero si algún ambiciosu,
con diabólicos intentos
quier quitati lo que e tuyu,
ya la vida, ya el dineru,
ó la de los tos vecinos,
defiéndilo con empeñu,
que así jacen los soldaos
co´los malos extranxeros.
-Si, pero están bien armaos,
y nosotros non podemos
llevar armas; los ceviles
quítanlas; vien un magüetu,
plántase ´n una caleya
y déxanos sin aliendu.
-Ciertu, mió jiyu, debieran
permitir que hombres serenos,
que los xuiciosos y honraos
llevaran armas de jueu.
Pero tú no´necesitas
nengún d´esos estrumentos,
nin regolves ni´escopetas,
nin sables ni otros aperios.
Verbi ´n gracia: aquella tardi
en que Ramón del Restiellu
con un navayón de á vara
y los demonios en cuerpu,
júi el coco de la fiesta
armando belén y mediu.
Elli ajuracó el tambor,
y la pandereta jezo
ciñiscos, pinchó unos cuantos
y quedó del campu dueñu.
Tú, Pepín, tú solu justi
quien adomó aquel becerru,
tú, Pepe ´l de tíu Xeromo,
con un güen xorde de acebu
y esi brazu que non tembla
y e bien fornidu y bien diestru,
y cuando todos dicían
¡va matate!….. ¡Pepe!…. ¡déxalu!…..
lleguesti á pasos midíos,
muy plantau y muy serenu.
Tú i peguesti ´n ´a navaya
que jui, bien llueñe de un vuelu,
y dempués…. ¿qué llampreazos
darías en aquel cuerpu,
que ya pidía por Dios
perdón, de rodillas puestu?
Dende aquel día eres tú
el más valiente del pueblu,
y todos te quieren munchu,
y tiénenti gran respetu.
Todos son á emponderate;
mozos, mozas, críos, vieyos;
xente de juera, xusticia
y hasta los ceviles mesmos,
dixeren: en esi pillu
muy bien está ´l escarmientu;
si hubiera ´spurríu la pata
nengún llorara, por ciertu.
Y e que cuando la razón
manda al brazu xusticieru,
no´hay valentía más grande
nin juercia de más apreciu.
Ahora, Pepín, ve á mudate,
pesca ´l bárganu tremendu,
corri á la feria y al baille,
que ´n ´a prazuela del pueblu
ya cantan: viva San Xurde,
patrón de los caballeros.
Jueyinas del mió güertín. Amable González Abín- 1911.-
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El Pericote
En las noches de luna, durante el solsticio invernal, simbolizaban los danzantes el poder generador de la naturaleza, bailando alrededor de un peñasco idolátrico, saltando sobre el fuego purificador. Cuera parecería loco de rebullicio de ixuxús retumbantes en las concavidades de la montaña.
Comenzaban con pasos lentos, como ceremonial de salutación. Trenzaban las mujeres breves círculos sobre el césped. Vestidas con túnicas floreadas de albo lino, se mecían a la orilla del agua en los sotillos y oquedades. De pronto, el salto del galán, impulsado acaso por los gritos de la sangre y por los gritos de la multitud de ninfas embriagadas.
Este salto tiene un no sé qué frenético de fauno perseguidor. Después el hombre dejará caer con laxitud los brazos, mientras su cabeza erguida dirá que aún resiste.
En algunas mudanzas habría un acusado simbolismo, una evolución trenzada entre instintos y pudores. Luego, la actitud del varón se torna grave, hierática. Las ninfas dirían su sonrisa como algo sagrado, en un mohín de recato o de voluptuosidad.
Según la reconstrucción que hace Emilio Pola, la triada (dos mujeres y un hombre) que baila el pericote representa dos vírgenes con ánforas de agua en la cabeza y un ramo verde en la mano, y un genio del bosque o espíritu montaraz que las descubre.
Ellas huyen, pero vuelven, lo provocan, y en seguida muestran displicencia. El hombre es el que durante todo el baile lleva la parte activa y ceremoniosa buscando que las ninfas se enamoren de él. (Otro tanto ocurre con el bailín del corri-corri)
Hoy se ha suprimido el ánfora del agua, pero aún hace poco tiempo, las mozas de Cué, o de Pancar, bailaban el pericote con un vaso de agua sobre la cabeza, sin que se derramase una gota.
Parece ser que el pericote es propio de la región de Cué. Y también parece ser que tanto el pericote de Llanes como el corri-corri de Cabrales son ambas un resto de las danzas prehistóricas, primitivas, representadas en los viejos grabados de las cuevas. Son, o eran, un rito mitad erótico, mitad religioso.
El pericote es todo eso, pero está hoy quintaesenciado, reducido al mínimo de elementos para producir un máximo de efecto, una pura representación de arte.
Hoy se baila el pericote con gaita y tambor. La forma antigua se acompañaba de un pandero y dos panderetas grandes, tocadas por tres mujeres viejas vestidas de negro, que a la vez cantaban. A veces cantaban coplas medio irónicas, medio pintorescas. Otras veces coplas preciosas en su expresividad, como ésta:
Yo caséme y cautivéme,
cambié la plata por cobre,
cambié la mió mocedá
por moneda que no corre.
Folklore de Asturias. María Josefa Canellada.-
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El Corri-Corri
La danza ritual, necesariamente, en tanto que pervive, ha de conservar los rasgos característicos que la hicieron nacer. Porque estas danzas, o perviven o mueren. Se perdieron los condicionantes históricos y sociales que las hicieron nacer. Se perdió su significación primera y quedaron arraigadas en forma solamente mimética, pero firmísima, a los más hondos estratos del pueblo.
Tenemos tres vestigios ancestrales de danzas rituales, de incalculable antigüedad y que constituyen emocionantes y valiosísimos documentos vivos de anquitísimas experiencias humanas: (El corri-corri, el pericote y la danza prima).
En esta zona oriental encontramos los dos vestigios más significativos de vivencias ancestrales, en música y danza, que se conservan en Asturias: Son estas totalmente distintas del resto de las danzas asturianas.
La vida para el pueblo del corri-corri se reducía a la supervivencia, y esta danza es la súplica de una continuidad que se sentía en precario. Es una danza ritual de la fecundidad.
En el corri-corri el ritmo de los panderos es predominante; se impone incluso a la melodía que entonan las mujeres. La canción se ajusta exactamente al ritmo marcado por la percusión, y esto es prueba de arcaismo.
Enraizado al mismo universo tribual que el corri-corri está el pericote de Llanes. Ambas están insertas en un estrato histórico anterior all de la danza prima y a las invasiones celtas.
Para la mayoría de los autores, esta es una danza “prenupcial”. Según los relatos más antiguos se bailaba entre tres mujeres, una de las cuales era el perico frente a las otras dos. Antes era el “baile a lo llano”, pero en el siglo pasado, por la mucha emigración, no quedaban hombres suficientes para bailarlo y una de ellas hacia de virago, de macho o de perico. De ahí su nombre.-
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San Antolín de Bedón
Munio Rodriguez Can, hijo del conde don Rodrigo Alvarez de las Asturias, era un monstruo de mldad, sanguinario y cruel; mataba en la guerra por el placer de derramar sangre.
Perdido una noche de tormenta en un bosque, percibió una luz que salía de una cabaña; acercóse, amarró su caballo a un árbol y miró a través de una ventana entreabierta; una joven oraba con gran devoción, frente a una tosca imagen. Pálida, pero bellísima, aparecía a los ojos del libertino, despertándole una ola de lubricidad. La joven, huérfana de padres, esperaba, y casi sin esperanza, la vuelta de su prometido que había ido a luchar contra los musulmanes.
El conde violentó la puerta y cayó como un halcón sobre su presa. Primero, halagos y promesas, después, amenazas terribles: todo inútil. Por fin, la fuerza de la joven, en un momento de desesperación, pudo desasirse del conde y huir al bosque. Muñazán, loco de ira y de pasión, la sigue; pero un relámpago deslumbrador le ciega. Pasados aquellos breves momentos de deslumbramiento vuelve a la realidad. La oscuridad más completa la envolvía, y vaga toda la noche por el bosque sin encontrar su presa.
Apenas raya el día, busca su caballo y huye de aquel lugar, jurando vengarse. La joven, conocedora de aquel intrincado paraje, se refugió en un humilladero no distante de su choza, y pasó la noche rezando, aterida de frío.
Pasa algún tiempo. Muñazán recuerda su promesa de venganza de aquella joven que frenó sus impúdicos caprichos. Una tarde se acercó a la choza de la joven; observa por la ventana y ve un cuadro que le llena de ira y que clama venganza inmediata. Con las manos enlazadas y los rostros resplandecientes de dicha, dos jóvenes, sentados en un escaño, se miraban a los ojos. Ella era la huérfana de San Antolín; él, su prometido, llorado por muerto y esperado hasta la muerte si fuese necesario. Pronto un sacerdote uniría sus destinos.
Ruge el conde mientras prepara un dardo; lo dispara y cae la joven con el corazón atravesado. Apenas el prometido intenta socorrerla, cae herido de muerte sobre el cadáver de su amada.
Se recrea el conde a la víctima de sus víctimas mientras dura su cólera; después, oye el tirón de su conciencia que le grita: “¿qué te habían hecho?” Hasta que al fin decide dedicar todo su patrimonio a erigir un cenobio.Y así lo hizo. Enel mes de mayo de 1157, el hacha talaba el espeso bosque. En el mismo sitio que estaba la choza de la huérfana, surgió el monasterio de San Antolín de Bedón. El conde, arrepentido vistió el hábito de monje.
Llanes. Fernando Carrera Díaz. Folklore de Asturias. María Josefa Canellada.-
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Noragüena
¡Bien haya, rapaz, to nombre!
¡Bien haya, nino, la madre
Que te parió y a sos tetas
Quitóte la primer jambre!
Gaceta del mió llugar,
Campana del mió llinaxe,
Papelín d´espliegu, dime,
¿Quién te llevó a bautizate
Con ropón cuayau de cintas,
Marmota llena de encaxes
Entre mantiellos de seda
Con aguyetas d´estambre?
¿Fo ´l to bautizu solemne?
¿Ebo en él cruz y ciriales?
¿Quiés te posieren el nombre?
¿Quiés el credo te rezaren?
¡Bien haya, rapaz, la hora
En que te parió to madre!
¡Bien haya, nino, la villa
Que recudió tos pañales!
Ven, periodiquín hermosu,
A cuntanos los afanes
D´esa perlla que jallada
De los Tazones en Sable
Hoy se conoz en el mundiu
Co ´l pelativu de Llanes.
De parllanos d´esi ñeru
Tos lletras nunca abocanen;
Pórtate como quien eres
Agora que ya triunfasti
Pa que tou el que te vea
Pueda dicir al istante
Que eres astur y en tos venas
Cercula llanisca sangre.
Yo, anqu´escasu de saber,
Podiera conseyos date,
Que no se sabe por diañu
Lo que por vieyu se sabe;
Pero temo que, al jacelo,
Podiera algunu tachame
Y por eso solu vó,
Rapacín, a soplicate.
…………………
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Sobre ´l Riberu
Per deliciosu canal
cercau de casas y cuetos,
el Carroceu perezosu
esllízase terreciendo
dexar so Llanes querida
pa sumise ´n mar sedientu.
Con sos jolinas suaves
que va despaciu espardiendo
vien escontr´ elli la mar,
llambe el arenal mariellu
y enllena la guapa cuenca
que se torna en claru espeju
de la poética Villa
incan de nuestros güeyos
El agua saláu y dulce
axúntase sin estruendu
con aneos divirtíos
y monadinas y enriedos
Algo mas entra n´la mezcla
de las aguas del Riberu,
algo que debe callase
(demasiáu tresciende ello)
que e perjume nada sanu
y munchu menos poéticu.
Nuestru ilustre Monicipiu
ó por jallase algo lexos,
ó non tener nariz llarga
y sí vista gorda, ello
e´que a golor tan morbosu
no aplica prontu remediu.
Dos veces al día llenase
el deliciosu Riberu
que las lanchas pescadoras
y los vapores costeros
taraxinga en sos cristales
al son del cantar y el remu.
Dos cuadros á cual más guapu
dende mió casa contemplo,
y en velos pierdo tamien
güenos peazos de tiempu:
Unu, el del mariellu calce
ensuchu, de arena el suelu,
con algun cuetín y algunas
islinas que el Carroceu
jaz pe ´l sable cuando baxa
en surcu nada derechu.
Otru, el trasparente llagu
pobláu de mublés lixeros
con escaminas de plata
que por sos brincos y xuegos
paecen travesaos rapaces
saltando en horas de asuetu
Llegan con pescáu las lanchas,
y alegran los marineros
el puertu, el hogar, la Villa
dempués de pasar mil riesgos
pe´ la mar engañadora
que ios da muerte ó sustentu.
Y hay otru cuadru entovía
pa´mí en plácidu Riberu
cuadru interior, subxetivu
y por endi algo mas seriu,
que cuadros de reflesión
encuellen al más serenu.
Esi llenar y vaciar
que non samece un momentu,
esi vaiven tan midíu
en extensión como en tiempu,
esos llatidos xigantes
de un corazón sin semeyu,
imáxen son de la vida
po´lo variable y lo inquietu,
y parllan de eterna lucha
jecha apoder y con intentu
de perpetuar l´existencia
conformes á mandatu aneyu.
Pero, ¿á que buscar negruras
en llugar tan pintureru?
L´ ati, mar de mio tierrina
mézclate co´´l Carroceu
celebrando el maridaxe
siempre vieyu y siempre nuevu
Que en esas tos ondas rizas
puedan pavoniase prestu
grandes barcos que den vida
a la industria y al comerciu,
y el bienestar y grandeza
que merez tan maju pueblu
trabayador, animosu,
llistu, siempre al bien dispuestu,
arrogante, hespitalariu
patriota y limosniegu.
Anónimo. 19 Agosto 1896.-
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Los antierros
Yo no m´acuerdo ¿eh?, de contalo mi madre, salíen por ahí a pedir pa les ánimes, y bueno, claro, tenía que dar porque la xente tenía muchu mieo a ees coses, ¡eh!Los antierros tamién yeren totalmente distintos. Los entierros diben claro, cola caxa desde aquí hasta la parroquia…¿sabéis n´ónde ta la iglesia Limantes? Bueno, pues diben hasta allí, paraben en cada cruce, no se si había que pagar algo, echaben el responsu y había que dar perres. Si tu tabes dando
perres, taben echándote responsos continuamente. Y yera así, yera distinto . Los lutos yeren rigurosos, taben les muyeres de luto.. Aquí murió mi güelu cuando mi güela tenía trenta y seis años… mi madre tenía nueve años y pusiéronla de luto, con nueve años. Acuérdome que contaba ella que taben lllorando y sacárolnes a llorar al corredor pa que les viesen llorar. Yo tolos muertos que tuve, todos se velaron en casa. Mi madre morrió fai nueve años
y ella quiso que fuese aquí y fue aquí. Lo que pasa que, bueno, pola nueche no, ¡eh! Antes era tola nueche , la xente bebía, tomaba café, tomaba anís, tomaba copes y al final aquello yera de too menos un velatorio; pero, bueno, yera la manera de reunise la xente tamién, No, si sigue pasando agora, yo ya toi en esi puntu que hai xente que solo veo en los entierros. Toi faciéndome vieya porque ye así.
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Carta del pastor de Porrua.
Queridu Grabiel: Recibí to carta del 24 de Febreru y per ella veo que cuntas vinir agüañu á dar un viaxe co ´l jigo del maestru, y que vais dir xuntos á Uviedu y á Madril; pos no sabes entovía bien la gana que to de que vengas para ver si la jiya de Marica la de Xuncu no se rompie más la cabeza preguntándome por tí. Creime qu´está más namorada de tí que la nuestra Forgada de la xatina que tevo ´l otru día, que no jaz más qu´iñar y zapala y tienla tan consintía qu´ella no para de rebrizcar y tirar brinquinos, y la probina tien unos güeyinos tan allegres que cuando entro e´na casa de puro contento danme ganas de dila ´brazar. Pos ibate dixendo lo de Pepa la de Marica Xuncu, y ello é que no s´entretien mas qu´ en andar tras de mi dixéndome que si tevi carta tuya y si piensas vinir aguaño qu´ella tevo una carta de ti y qu´ i dicías qu´ibas vinite casar con ella. Yo teníame ya tan agurríu ´el otru día que tevila que mandar co ´l moniu, y ellla poniose muy pollítica me dixendo que i asina se parllaba á los freturos parientes y si yo ´staba eutorizau per tí pa la riñir y parllai d´aquel modu. Yo i dixi que no me remplicara nin chillárame palabra por qu´entos ibai poner la mano encima, y que no jora tan mocaroba que tu si acasu te casabas ´n esti viaxe será con d´alguna señorina de aquellas que gastan el vestiu de seda, y que l´engolan e ´na rabadilla pa que ios jaga bien abultau, y que tienen el pelo per encima la frente como las yeguas del tiu Periquín. Asina te digo, que dimpues d´eso amirame con unos güeyos como si quixérame comer, pero yo dialu el miedo y to.
Guélvote á cordar lo que te dixi e ´na otra carta, ´onque me llames empertiniente, de que me trayas un relox d´esos amariellos que tienen plintaos e ´na caxa muchos cosos; y una cadena tamién amariella con esa cosina que i pinga ´onde se amarra ´l chalecu, haber si viéndome andar tan maju y fachendosu me quier alguna mocina d´aquellas tan guapas y tan vistías que vense ´nos corredores d´aquellas casas tan repiquiadas y entintadas qu´hay e ´na villa. Lo del sombreru no to falta de dicítelo, pero ten cudiau que sea como esos que gastan los señorines de la Villa, que tienen ´l ala ´ngolada y un pocu retorcía per los llaos y derecha per alante y per detrás; home, d´esos que son muy duros, muy duros y que tienen el cogollote muy empinau.
Ropa to mucha, pero si quiies traeme snuo zapatos d´esos muy moninos que gastan los señorinos, y que son muy rellucientes, tráimelos, pero entós tráime tamien un pantalón y una chaqueta y un chalecu d´esi pañu prietu qu´e muy polín y muy blandiu, y una camisa de picos llargos con unu d´esos cosos llargos y negros que paecen correas, que s´amarran con una llezada al piscuezu, per encima la camisa.
No m´acordaba de dicite qu´aquella obeya blanca con cuernos qu´estacábamos en prau guestro del Llacín, tevo un corderín tan xuguetón que dende que nació empezó á rebircar pe la mayada que paecía una creatura humana, y tien el piscuezo tan gordu, que s´asemeya ´l d´ aquel señor cura barrigón, de Celoriu, que trexo dos rapacinos del so puelo pa ayudar á misa, que i llamaban padre. ¿Acuérdaste ya home?
Pos otra cosa. ´L otru día ´staba ´l güelu de Maravilla soley´ndose sub la castañarona del Estanqueru, qu´está e ´naquel llanín baxando pel balleyu la Pasera, y vinía la Gargosa d´Antón de las Coxas del llegu Villa, yt como ´stá tan viciosa diéreni ganas de sobase contra ella, y el probe del tíu Nino qu´estaba durmeciu, al sintila tevo tanto miedo que jui dar a una guelta tan de repente que baxó roldando pel terreru ´onde los críos coxen el barro pa jacer cabuxas, y de la juercia que llevaba siguó roldando pel balleyu abaxu hasta él camin de la junete y allí coxérenlo el tío Xuncu y el tíu Ramón de Villar que vinían de misa, y lu llevaren pa casa. Pos ahí lu tienes estévole curando unos poquinos de días don Llorenzo, y hoy ya lo tentaren los satanaes de golvese debaxu la castañar. Hasta que no dexe per allí la bexiga no ha de estar augustu.
Si no jora que to miedu d´encomodate, tovía íbate contar otru cuentu de Marica la Caleya, que l´otra nodhe andaba Consuelo buscando ´l coin´q´había comprau ´l padre ´na feria de Santa Llucia, y jui preguntar en cae la tía Xica pa ver s´istabe ente la jueya, conque Consuelo metióse ´na casa y cuando andaba regolviendo á ver si el coin horniaba jui echar un reblagatu y llevantose ´l coinon de la Yudiana y salió con ella á caballu hasta metá l´oriella ´l llagu la Corrada, y allí dexola porq´´´unos rapacinos i empezaren dar horcadazos al cochu.
No t´ escribo más per hoy por que mio madrina s´ tame ´sperando pa dir llevar l´Española á Sularriba. Ya sabes que te quiero muchu,
Porrúa 5 de Febreru 1889 Pila.
Lletres Asturianes. Nº 62. Academia de la Llingua Asturiana.
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