Llanes-Celorio (Senda costera)

Textos:
-Dibujo de la Ilustración Gallega y Asturiana.
-Los Asturianos. Gasset.
-La viudita se quiere casar.
-Cogiera tres arenillas.
-"Recuerdos de infancia"
-Los más valientes.
-El pericote.
-El corri-corri.
-San Antolín de Bedon.
-Noragüena.
-Sobre ´l Riberu.
-Emigrantes.
-Los Antierros.
-Carta del pastor de Porrua. 
-Sobre ´l Riberu.

Dibujo de la Ilustración Gallega y Asturiana.

Llanes paseo de San Pedro-Poo- playa de San Martín- Celorio - playa de las cámaras.-


Los asturianos
Durante este verano he vivido mes y medio en Asturias. Ese tiempo y otro tanto más son insuficientes para conocer el cuerpo y el alma de una comarca, aun dedicándolos por entero a su estudio. Si se trata de Asturias, donde los paisajes y los corazones están tejidos  con raros matices y transiciones, la insuficiencia resulta mucho mayor Ahora bien:  yo no he dedicado  ese mes y medio a estudiar la vida asturiana, sino más bien  a lo contrario a descansar de mi vida castellana.........
Queramos o no queramos, no hay en toda Europa un paisaje que como Castilla exija tan imperativamente la presencia del guerrero. Ahora, en cambio, vamos hacia un paisaje que pide ser mirado con ojos de propietario. Vamos a un pueblo sensual, amigo de la vida y lleno de necesidades…..
Un estrecho  valle de blando suelo, verde y húmedo; colinas redondas, apretadas unas contra otras, que lo cierran a los cuatro vientos; aquí, allá, caseríos  con los muros color sangre de toro y la galería pintada de añil; al lado, el hórreo, menudo templo, tosco, arcaico, de una religión muy vieja, donde lo fuera todo el Dios que asegura las cosechas. Unas vacas rubias. Castaños, castaños cubriendo con su pompa densa todas las laderas. Robles, sauces, laureles, pinedas, pomares, hayedos, un boscaje sin fin, en que se abren senderos recatados, donde al fondo  camina una moza que desde el fondo vuelve dulcemente el rostro para miraros. Sobre las altas mieses, unas guadañas avanzan y siegan la luz en reflejos.  Y como si el breve  valle fuera una copa, se vierte en él la bruma suave, azulada, plomiza, que ocupa todo el ámbito. Porque en este paisaje el vacío no existe; de un extremo a otro forme una unidad compacta y tangible. Sobre la sólida tierra está la vegetación magnífica; sobre ésta, la niebla, y ya en la niebla tiemblan prendidas las estrellas lacrimosas.  Todo está a la mano, todo está cerca de todo, en fraterna proximidad y como en paz; junto a la pupila  de la vaca se abre  el lucero de la tarde. ¡Oh, admirable unidad del valle, pequeño mundo completo y unánime que se reconcentra para escuchar una carreta lejana, los ejes de cuyas ruedas cantan por los caminos…! Y el valle entero se estremece.
Hay comarcas que despiden  al hombre del campo y lo recluyen en la ciudad. Esto acontece en Castilla: se habita en la villa y se va al campo a trabajar bajo el sol, bajo el hielo, para arrancar a la gleba áspera un poco de pan.  De esta manera se engendran las soledades castellanas, donde el campo se ha quedado solo, sin una habitación o humano perfil durante leguas y leguas. En Asturias, opuestamente,  el campo es el aposento, lugar doméstico de estancia y de placer. La tierra es un regazo, donde el hombre trabaja y descansa, sueña y canta.
¡La canción! Los valles cantábricos  se hallan siempre resonando canciones de mil años que se escapan como pájaros por los claros de la fronda.  En Castilla es el campo mudo. 
Yo imagino que uno y otro paisaje se increpan mutuamente,”¡Campo sin soledad y sin olores!”, dice al de Asturias el castellano, ebrio de aislamiento y de agudos perfumes: tomillo, cantueso, mejorana.!¡Campo sin canciones!”, responde desdeñosamente el vallecito astur a la imperial lontananza de la meseta.
Esta capacidad que la tierra asturiana posee de mantener al hombre en la campiña ha influido hondamente en el alma del pueblo que la habita.  El florecimiento económico  va erigiendo urbes deliciosas sobre el haz del Principado; hay en él ciudades viajes y próceres -como Oviedo y Gijón- que prolongan una brillante tradición de cultura refinada. Y, sin embargo, yo encuentro, más o menos oculto, en todos los asturianos un fondo rural que perdura.  Bajo los modales de la ciudad continúan latiendo corazones labriegos…..

José Ortega y Gasset (1883-1955). Asturias vista por viajeros. Volumen II.-
Fenómenos estacionales en Asturias
Febrero: se desenvuelven los esguinos (crías del salmón).
Marzo: aparece la cigüeña; se desarrollan los carabus y los pieris; se retira la langosta del mar, y se aparean las aves.
Abril: vienen las golondrinas. Si la estación es tardía, sucede otro tanto a los fenómenos citados en el mes anterior.
Mayo: ya hay crías de pajarillos, de mamíferos y de los Grillus campestris y talpa en la primera quincena, y en la segunda se dejan ver la codorniz, la típula, los renacuajos y el vencejo. Los salmones suben a los ríos.
Junio: salen los lagartos, y se recolectan el Cervus volans, los abejorros cicindelas. La oropéndola entona su canto de amor.
Julio: los agrion y libélulas revolotean por los juncales y charcos. Se ven algunas culebras y víboras. Empieza en la costa la pesca del bonito.
Agosto: marcha el vencejo. Desovan los salmones.
Septiembre: desaparece la codorniz, la golondrina y el bonito.
Octubre: huye la sardina  y sale de los ríos el salmón con los hijos del año anterior, pero dejando hecha la postura que ha de desenvolverse en febrero. Se acerca a las peñas de la costa la langosta marina, y aparece el besugo.
Noviembre, diciembre, enero y aun febrero, en muchos años; no hay otra cosa más que grandes rebaños de gorriones que inundan los caseríos; los grajos, cuervos y chovas que llenan los prados revolviendo la freza del ganado,de malvises que se reconcentran en sitios de espinera para comer la majuela,y de alguna ave viajera del norte de Europa  en años muy fríos. 
El reloj del Fauno se puede marcar en este país por los fenómenos siguientes:
La Alauda arborea, la golondrina y otras avecillas saludan al albor matutino;las cicindelas andan por los campos desde las  nueve hasta que cae el calor en el verano.De las diez hasta las cuatro todo es silencio. A las cuatro empieza a resonar sus alas el Grillus campestris; a las seis se oye el cuco; a las siete silva el sapo; a eso de las ocho entona su triste acento el mochuelo y autillo, y poco más tarde la lechuza. En los crepúsculos  sale el oso, los lobos y demás alimañas, y recorren hasta media noche los parajes de sus rapiñas.
Apuntes sobre la fauna asturiana (1859) Pascual Pastor y López.

Asturias vista por viajeros. Tomo II.- 

La viudita se quiere casar….
Con el Conde, Conde de Cabra……
¡Ay,, que dexáte neñina, 
capullín d´una azucena,
capullín tímidu y fráxil,
botón de flor en promesa!
El llucerín que dexé 
hoy ye esplandeciente estrella.
¡Ay, quién se viera en tos güeyos
como antañu yo me viera!
¿Por quién guardes esi lutu
que naide sabe n´aldea?
Por ti dexé yo estes tierres;
porque yeres tú tan neña
que temí que c´ol mió aliendu
tus ilusiones rompiera.
¿Alcuérdeste d´aquel besu
que te di frente a la escuela?
Dítelu, como otres veces,
comu a una hermana pequeña;
pero aquel día picóme
n´ el corazón y en la llengua.
Que non yeres rapacina
díme entonces cabal cuenta.
Los llabios tuyos quemaben.
Ya no era un besu de neña.
Aquel besu yo engolvílu
en un pañuelín de seda,
y temiendo al  reconcomiu
punxe, de por mediu, tierra.
Y por todos los caminos
qu´en mió caminar hobiera
llevé siempre xunto al pechu
aquél pañuelín de seda.
Por tí golví a esti llugar.
¡Por saber d´aquella neña
qu´empezó a ser ya mocina
cuando diba pa la escuela!
Dime, viuda sin casar,
díme, mió viudina bella,
¿por quién guardes esi llutu
si entovía yes doncella?
¿Que ya el lutu vas quitar?
¿que dasme el tu mantu en prenda?
¿que yes viuda d´aquel mozu
que dexóte siendo neña?
¿qu´entovía no apagaste
el fueu d´aquella foguera?
Entóncenes, ven acá;
vamos, mió blanca azucena,
a repetir aquel besu…..
… agora frente a la iglesia.
Sol en los pomares. Matías Conde.-

“Cogiera tres arenillas”
-Válgame Nuestra Señora
“y” la Vírgen Soberana….!
Don Pedro de Salazar,
caballero de gran fama,
pidiera la hija al rey,
y el rey no quisiera darla.
Siete años pasó con ella
en quererla y regalarla,
sin poder alcanzar de ella
ningún favor de importancia.
Un día que estaba paseando
en el balcón de su casa.
Don Pedro que la veía,
Don Pedro que la miraba.
Don Pedro  Pedro que la veía
y los ojos le llevaba,
cogiera tres arenillas 
del casco  de una avellana,
cogiera tres arenillas, 
y con una le tirara….
-Quien me tira bien me quiere,
si en los ojos no me daba,
mucho me quiere Don Pedro,
mi querer al suyo iguala…!
Mañana, día de los Reyes,
córrense toros en Pravia,
y si quieres ir a  ellos,
yo te  empeño mi palabra.
Llevarás caballo blanco,
la silla verde y dorada:
llevarás zapato blanco
que en el  pie te navegara,
y en el ala del sombrero 
una serpiente pintada
que parece que va muerta
y a los vivos amenaza…..
Preguntó el rey  a los suyos:
-De donde es aquella planta?
-Don Pedro de Salazar,
caballero de gran fama,
Mandó el rey  soltar un toro,
el mejor de la manada
que tenga los ojos negros,
la vista remolinada
y las astas bien agudas
para que más daño  le haga.
D. Pedro se encara al toro,
D. Pedro al toro se encara,
D. Pedro se encara al toro,
D. Pedro le derribara.
-Pídeme, Don Pedro, pide,
no seas corto de habla,
no me pidas a Sevilla,
ni me pidas a Granada,
ni me pidas la corona, 
que sin ella no soy nada…
-No le  pido a Sevilla,
ni le pido a Granada,
ni le pido la corona,
Dios le deje bien lograrla……
Por esposa  y mujer quiero
a tu hija Doña Juana.
-No me  pudieras pedir
cosa que más daño me haga!
di me pidieras la reina, 
diérala de mejor gana.
El amparo de mis hijos, 
y el gobierno de mi casa….!
Por ser palabra  de rey,
nunca será revocada,
y desde hoy te ofrezco
las entradas de mi casa,
y para el día de la boda
siete mil duros de arras;
que la reina dé otros tantos
para guantes de la dama….
Válgame Nuestra Señora
“y” la Virgen Soberana…!-

“Recuerdos de l´infancia”

“¡Cuántu nos divertiremos
corriendo de fiesta en fiesta!
¡Agua se me jaz la boca
pensando qu´han de ser ciertas
las ilusiones qu´agora 
el corazón alimenta!
Hoy comerás tú en mio casa
el prebe a la marinera,
y yo mañana  ´n la tuya 
llacón, pantrueque y morciella.
Diremos da cuando a níos
como ´n nuestra edá primera 
y picaremos el cuayu
corriendo pe la campera.
Cuando se cuella ´l maíz
diremos a la desjueya,
mejor dichu, á l´escapulla
que se diz n´aquella tierra.
Hemos de dir a las jilas
en ´as noches que las heba,
y el domingo pe la tardi
a xugar a la bolera…….
“Diremos en compañía
el día de la malena
a bailar la giraldilla
n´esconce de la plazuela, 
qu´e´donde van las rapazas
más majas que las estrellas
y enlloquecíos de gustu,
a eso de las tres y media,
axuntaremos las manos
cada llau con una jembra 
y cantaremos muy altu
si estamos sin carraspera:
“Morenito  es Jesucristo,
morena la Magdalena, 
morenos los mis amores,
viva la gente morena”.
No dexaremos pasar 
sapercibida la fiesta 
de la gloriosa Sant´Ana 
y danzaremos en ella
con más gustu qu´el cagoche
se calumba so la Vieya.
Y San Roque? ¡Dios me vala,
m´ampare  y me favoreza!
no hay ´n el mundiu conocíu
una función  como aquella. 
Ya ´l  día de Nuestra Señora
cuando se sal de l´iglesia
s´atopan los xigantones
al llau de l´alcarcel vieya
y suena más tiroteu
qu´hebo pocu aque ´n Estella……”
El pozu del Alloral. Angel de la Moría. Llanes 1892.-

Los más valientes
Munchu tardas en mudate,
Pepe, calmosu te veo 
pa dir baillar á San Xurde, 
patrón del Valle y del pueblu.
-Non, padre, non quiero dir…….
-¡Caracas! Con tan güen tiempu,
y estando sanu …..¿qué diantre
de mal humor se ti puenxo?
¿Quiés jacer vida de flaire
y echar panza?
-Non por ciertu;
e que entovía mi dura
aquel penosu recuerdu
de la desazón que di
á un padre que tantu quiero.
-¡Ah, sí! ´n ´a pasada feria 
que, xugando co´´l civiellu,
crimesti á Xicón el Trasgu
por babayu y parllateru.
Pocu faltó pa que al pozu
jora á dormir llargu sueñu,
hebo dichos y demandas……
reburdieti….. porque quiero
que entiendas, jiyín  del alma,
que el valor de más apreciu
y la juercia meyor, van 
gobernadas con aciertu
po´la razón y prudencia,
non po´revesinos ciegos.
Juercia que prebala veas
sin falta, á cada momentu,
ó se gasta ó desmerez,
sin acanzar nada güenu.
Mira ´l ríu cuando hay hinchente 
mil estropicios jaciendo,
llenando de griju y sable
los praos, vegas y güertos,
arrincando alisas, chopos
y puentes, nin más nin menos 
que si ´l mesmu Satanás
i hubiera mandau jacelo.
Míralu qué diferente
onde hay presa, qué serenu
y mansín corre pe´ ´l calce,
moyando xunclos y berros, 
regando herbas y florinas, 
y en otra parte moviendo
eléctrica maquinaria
pa llabores muy diversos.
Así, la juercia, Pepín,
da so frutu malu ó güenu,
según corre desbocada
ó lleva prudente frenu.
Jacer casu de un mordián
que non tien pizca de sesu,
ó del que jila simplezas
cuando ya la sidre i puenxo
los trasgos  en ´a mollera
á regolver pensamentos;
Eso non e ser valiente, 
ni e conocer los máleficos
trestornos que la bebida
jaz en algunos cerebros.
Y al trabayador honrau
así munchas veces venlu
pe´ las reyas de la ´lcárcel
por nonadinas y enriedos,
y pierde ´n aquella xaula
cariñu, vergüenza y creitu.
Pero si algún ambiciosu,
con diabólicos intentos 
quier quitati lo que e tuyu,
ya la vida, ya el dineru,
ó la de los tos vecinos, 
defiéndilo con empeñu,
que así jacen los soldaos
co´los malos extranxeros.
-Si, pero están bien armaos,
y nosotros non podemos
llevar armas; los ceviles
quítanlas; vien un magüetu,
plántase ´n una caleya
y déxanos sin aliendu.
-Ciertu, mió jiyu, debieran
permitir que hombres serenos,
que los xuiciosos y honraos
llevaran armas de jueu.
Pero tú no´necesitas
nengún d´esos estrumentos, 
nin regolves ni´escopetas, 
nin sables ni otros aperios.
Verbi ´n gracia: aquella tardi
en que Ramón del Restiellu
con un navayón de á vara
y los demonios en cuerpu,
júi el coco de la fiesta
armando belén y mediu.
Elli ajuracó el tambor, 
y la pandereta jezo
ciñiscos, pinchó unos cuantos
y quedó del campu dueñu.
Tú, Pepín, tú solu justi 
quien adomó aquel becerru,
tú, Pepe ´l de tíu Xeromo, 
con un güen  xorde de acebu
y esi brazu que non tembla
y e bien fornidu y bien diestru,
y cuando todos dicían
¡va matate!….. ¡Pepe!…. ¡déxalu!…..
lleguesti á pasos midíos, 
muy plantau y muy serenu.
Tú i peguesti ´n ´a navaya
que jui, bien llueñe de un vuelu,
y dempués…. ¿qué llampreazos
darías en aquel cuerpu,
que ya pidía por Dios
perdón, de rodillas puestu?
Dende aquel día eres tú 
el más valiente del pueblu,
y todos te quieren munchu,
y tiénenti gran respetu.
Todos son á emponderate;
mozos, mozas, críos, vieyos; 
xente de juera, xusticia 
y hasta los ceviles mesmos, 
dixeren: en esi pillu
muy bien está ´l  escarmientu;
si hubiera ´spurríu la pata 
nengún llorara, por ciertu.
Y e que cuando la razón 
manda al brazu xusticieru,
no´hay valentía más grande 
nin juercia de más apreciu.
Ahora, Pepín, ve á mudate, 
pesca ´l bárganu tremendu,
corri á la feria y al baille,
que ´n ´a prazuela del pueblu
ya cantan: viva San Xurde, 
patrón de los caballeros.
Jueyinas del mió güertín. Amable González Abín- 1911.-

El Pericote
En las noches de luna, durante el solsticio invernal,  simbolizaban los danzantes  el poder generador de la naturaleza, bailando alrededor de un peñasco idolátrico, saltando sobre el fuego purificador.  Cuera parecería loco de rebullicio de ixuxús retumbantes  en las concavidades de la montaña.
Comenzaban  con pasos lentos, como ceremonial de salutación. Trenzaban las mujeres breves círculos sobre el césped. Vestidas  con túnicas floreadas de albo lino, se mecían a la orilla  del agua en los sotillos y oquedades. De  pronto, el salto del galán, impulsado acaso por los gritos de la sangre  y por los gritos de la multitud de ninfas embriagadas.
Este salto tiene un no sé qué frenético  de fauno perseguidor. Después  el hombre dejará  caer con laxitud los brazos, mientras su cabeza erguida dirá que aún resiste.
En algunas mudanzas  habría un acusado simbolismo,  una evolución  trenzada entre instintos y pudores. Luego, la actitud del varón se torna grave, hierática. Las ninfas dirían su sonrisa  como algo sagrado, en un mohín de recato o de voluptuosidad.
Según la reconstrucción que hace Emilio Pola, la triada  (dos mujeres y un hombre) que baila el pericote  representa  dos vírgenes con ánforas  de agua en la cabeza  y un ramo verde en la mano, y un genio del bosque o espíritu montaraz que las descubre.
Ellas huyen, pero vuelven, lo provocan, y en seguida  muestran displicencia.  El hombre es el que durante todo el baile lleva la parte activa y ceremoniosa  buscando que las ninfas se enamoren de él. (Otro tanto ocurre con el bailín del corri-corri)
Hoy se ha suprimido el ánfora del agua,  pero aún hace poco tiempo, las mozas de Cué, o de Pancar, bailaban el pericote con un vaso de agua sobre la cabeza, sin que se derramase una gota.
Parece ser que el pericote  es propio de la región de Cué.  Y  también parece ser que tanto el pericote de Llanes como el corri-corri de Cabrales son ambas un resto de las danzas prehistóricas, primitivas,  representadas  en los viejos grabados de las cuevas. Son, o eran, un rito mitad erótico, mitad religioso.
El pericote es todo eso, pero está hoy quintaesenciado, reducido al  mínimo de elementos para producir un máximo de efecto, una pura representación de arte.
Hoy se baila el pericote con gaita y tambor. La forma antigua se acompañaba de un pandero y dos  panderetas grandes, tocadas  por tres mujeres  viejas vestidas de negro, que  a la vez cantaban. A veces cantaban coplas medio irónicas, medio pintorescas. Otras veces coplas preciosas  en su expresividad, como ésta:
Yo caséme y cautivéme, 
cambié la plata por cobre, 
cambié la mió mocedá
por moneda que no corre.
Folklore de Asturias. María Josefa Canellada.-

El Corri-Corri
La danza ritual, necesariamente, en tanto que pervive, ha de conservar los rasgos característicos que la hicieron nacer. Porque estas danzas, o perviven o mueren. Se perdieron los condicionantes históricos y sociales que las hicieron nacer. Se perdió su significación primera y quedaron arraigadas en forma solamente mimética, pero firmísima, a los más hondos  estratos del pueblo.
Tenemos  tres vestigios ancestrales de danzas rituales, de incalculable  antigüedad y que constituyen  emocionantes y valiosísimos documentos vivos de anquitísimas experiencias humanas: (El corri-corri,  el pericote y la danza prima).
En esta zona oriental encontramos  los dos vestigios  más significativos de vivencias ancestrales, en música y danza, que se conservan en Asturias: Son estas totalmente distintas del resto de las danzas asturianas.
La vida para el pueblo del corri-corri se reducía a la supervivencia, y esta danza  es la súplica de una continuidad que se sentía en precario. Es una danza ritual de la fecundidad.
En el corri-corri el ritmo de los panderos  es predominante; se impone  incluso a la melodía que entonan las mujeres. La canción se ajusta exactamente al ritmo marcado por la percusión, y esto es prueba de arcaismo.
Enraizado al mismo universo tribual que el corri-corri está el pericote de Llanes. Ambas están insertas en un estrato histórico  anterior all de la danza prima y a las invasiones celtas.
Para la mayoría de los autores, esta es una danza “prenupcial”. Según los relatos más antiguos se bailaba entre  tres mujeres, una de las cuales era  el perico frente a las otras dos. Antes era  el “baile a lo llano”, pero en el siglo pasado, por la mucha emigración, no quedaban  hombres suficientes  para bailarlo y una de ellas hacia de virago, de macho o de perico. De ahí su nombre.-

San Antolín de Bedón
Munio Rodriguez Can, hijo del conde don Rodrigo Alvarez de las Asturias, era un monstruo de mldad, sanguinario y cruel; mataba en la guerra por el placer de derramar sangre.
Perdido una noche de tormenta en un bosque,  percibió una  luz que salía de una cabaña; acercóse, amarró su caballo a un árbol y miró a través de una ventana  entreabierta; una joven oraba con gran devoción, frente a una tosca imagen. Pálida, pero bellísima, aparecía a los ojos del libertino, despertándole una ola de lubricidad. La joven, huérfana de padres, esperaba, y casi sin esperanza, la vuelta de su prometido que había ido a luchar contra los musulmanes.
El conde violentó la puerta y cayó como un halcón sobre su presa. Primero, halagos y promesas, después, amenazas terribles: todo inútil. Por fin, la fuerza de la joven, en un momento de desesperación, pudo desasirse  del conde y huir al bosque. Muñazán, loco de ira y de pasión, la sigue; pero un relámpago deslumbrador le ciega. Pasados aquellos breves momentos de deslumbramiento vuelve  a la realidad. La oscuridad más completa la envolvía, y vaga toda la noche por el bosque sin encontrar su presa.
Apenas raya el día, busca su caballo y huye de aquel lugar, jurando vengarse. La joven, conocedora de aquel intrincado paraje, se refugió en un humilladero no distante de su choza, y pasó la noche rezando, aterida de frío.
Pasa algún tiempo. Muñazán recuerda su promesa de venganza de aquella joven que frenó sus impúdicos caprichos. Una tarde se acercó a la choza de la joven; observa por la ventana y ve un cuadro que le llena de ira y que clama venganza inmediata.  Con las manos enlazadas y los rostros resplandecientes de dicha, dos jóvenes, sentados en un escaño, se miraban a los ojos. Ella era la huérfana de San Antolín; él, su prometido, llorado por muerto y esperado hasta la muerte si fuese necesario. Pronto un sacerdote uniría sus destinos.
Ruge el conde mientras prepara  un dardo; lo dispara y cae la joven con el corazón atravesado. Apenas el prometido intenta socorrerla, cae herido de muerte sobre el cadáver de su amada.
Se recrea el conde a la víctima de sus víctimas mientras dura su cólera; después, oye el tirón de su conciencia que le grita: “¿qué te habían hecho?” Hasta que al fin decide dedicar todo su patrimonio a erigir un cenobio.Y así lo hizo. Enel mes de mayo de 1157, el hacha talaba el espeso bosque. En el mismo sitio que estaba la choza de la huérfana, surgió el monasterio de San Antolín de Bedón. El conde, arrepentido vistió el hábito de monje.
Llanes. Fernando Carrera Díaz.  Folklore de Asturias. María Josefa Canellada.-

Noragüena
¡Bien haya, rapaz, to nombre!
¡Bien haya, nino, la madre 
Que te parió y a sos tetas
Quitóte la primer jambre!
Gaceta del mió llugar,
Campana del mió llinaxe,
Papelín d´espliegu, dime,
¿Quién te llevó a bautizate
Con ropón cuayau de cintas, 
Marmota llena de encaxes
Entre mantiellos de seda
Con aguyetas d´estambre?
¿Fo ´l to bautizu solemne?
¿Ebo en él cruz y  ciriales?
¿Quiés te posieren el nombre?
¿Quiés el credo te rezaren?
¡Bien haya, rapaz, la hora 
En que te parió to madre!
¡Bien haya, nino, la villa
Que recudió tos pañales!
Ven, periodiquín hermosu,
A cuntanos  los afanes
D´esa perlla  que jallada
De los Tazones en Sable
Hoy se conoz en el mundiu
Co ´l pelativu de Llanes.
De parllanos  d´esi ñeru
Tos lletras nunca abocanen;
Pórtate  como quien eres
Agora que ya triunfasti
Pa que tou el que te vea
Pueda dicir al istante
Que eres astur y en tos venas
Cercula llanisca sangre.
Yo,  anqu´escasu de saber,
Podiera conseyos date,
Que no se sabe por diañu
Lo que por vieyu se sabe;
Pero temo que, al jacelo,
Podiera algunu tachame
Y por eso solu vó,
Rapacín,  a soplicate.
…………………




Tráinos, por Dios, cuando vengas
A aportar a estos llugares, 
Engüeltos  en tos dobleces,
De esos regatos los ayes, 
Los sones de las campanas, 
Los escuchos de los llares,
El rutir de los cachones
En la llastra al estrellase, 
De las juentes los bulleros,
Los murmullos de los árboles, 
Del xilguerín y el miruellu
Los cánticos celestiales,
El runcir del saltapraos
Y del grillu el son constante,
Y, en fin, los ecos de todo, 
Que hay aquí quien se rellame
Cuando i jablan de la tierra 
En so nativu llinguaxe.
Párllanos tamién,  morenu,
De l´Iglesia y sos altares:
Dinos cuándo la novena,
De los Dolores se cante, 
Cuándo empieza el Miserere
Y cuándo entonan la salve;
Si canta tovía Marcelo 
Con so  vozona de chantre
Qu´igual no tevo ´n ´a  Villa
Ni tampocu ´n otra parte, 
Pos de todas estas cosas
Son nuestros recuerdos tales,
Qu´el corazón en el pechu
Gozosu al oirlas llate.
Dinos si van a la mar
Las lanchas y lo que traen;
Si están las añadas güenas,
Si no cabe´n los llagares
La sidre,  si las panoyas
Sálense de los disvanes.
Párllanos  del Samartín
Y l´escapulla con arte;
Dinos algo del mercau,
Si hay muncha xente ´n la calle,
A cómo val la  mantega,
Si el quesu é de güena clase,
Cuántu val  el de Porrúa 
Y a cómo está ´l de Cabrales;
Qué piden  po ´l celemín
De jabas, a cómo valen
Los prunos y las cerezas
Y si se venden por pares
Entovía las ablanas
Y el tocín val a dos riales.
Cúntanos  si va la xente
A la Vega a solazase,
Y, cuando al son zalameru
Del tambor haya quien baile
Un pericote llaniscu,
Únvíanos en pa cá un  ¡Válame!
Y al mesmu  son bailaremos
Lo mesmu  chicos que grandes,
Que hay aquí vieyos, muy vieyos,
Que no son con so badaxe
Y pa ´char un¡ijujú!
Non hay tovía  quien yos gane.
Asina mesmu te pido
Que de las fiestas  nos parlles,
Con sos majos  pelegrinos, 
Con sos llogos y xigantes
Con sos ramos y jogueras, 
So  salea y sos cantares.
No se t´olvide, tampocu,
El decinos  lo que hacen 
La xente d´Ayuntamientu
Con sos escribas  y alcaldes;
Y repréndilos, morenu,
Cuando quieran apartase
Del camín  que seguir debe
Quien de gobiernar  s´encargue.
Sé mayuelu d´apellique
Qu´en arpeyos sin iguales
Lleve pa ´l mundiu los sones
D´esas llosinas sin pares;
Y si lo jaces así,
Fasta una oreya apostare
A que tendrás  más veceros,
Como premiu a tos afanes,
Que puntadas  en so vida
Tien dadas Xuanín el sastre;
Que han de sobrate lletores
Que te veneren y ensalcen,
Quienes,  a un impulsu mismu
Y a una misma  voz, unánimes
Bendeciremos to nombre, 
Basaremos tos carates
Y más y más  cada día
Nuestru amor  será más grande
A medida  que a to jueu
Nuestru corazón s´inflame.
Ángel García Peláez ( Ángel de la Moría)
(Llanes 1858-1895.
Antología del Bable. Tomo I.-

Sobre ´l Riberu
Per deliciosu canal
cercau de casas y cuetos,
el Carroceu perezosu
esllízase terreciendo
dexar so Llanes querida
pa sumise ´n mar  sedientu.
Con sos jolinas  suaves 
que va despaciu espardiendo
vien escontr´ elli la mar, 
llambe el arenal  mariellu
y enllena la guapa cuenca 
que se torna en claru espeju
de la poética Villa
incan de nuestros güeyos
El agua saláu y dulce
axúntase sin estruendu
con aneos  divirtíos
y monadinas y enriedos
Algo mas entra n´la mezcla
de las aguas del Riberu,
algo que debe callase
(demasiáu tresciende ello)
que e perjume nada sanu
y munchu menos poéticu.
Nuestru ilustre Monicipiu
ó por jallase algo lexos,
ó non tener nariz llarga 
y sí vista gorda, ello
e´que a golor  tan morbosu
no aplica prontu remediu.
Dos veces al día llenase
el deliciosu Riberu
que las lanchas  pescadoras
y los vapores costeros 
taraxinga en sos cristales
al son del cantar y el remu.
Dos cuadros á cual más guapu
dende mió casa contemplo,
y en velos pierdo tamien 
güenos peazos de tiempu:
Unu, el del mariellu calce
ensuchu, de arena el suelu,
con algun cuetín  y algunas 
islinas  que el Carroceu
jaz pe ´l sable cuando baxa
en surcu nada derechu.
Otru, el trasparente llagu
pobláu de mublés lixeros
con escaminas de plata 
que por sos brincos y xuegos
paecen travesaos rapaces
saltando en horas de asuetu
Llegan con pescáu las lanchas,
y alegran los marineros
el puertu, el hogar, la Villa
dempués de pasar mil riesgos 
pe´ la mar engañadora
que ios da muerte ó sustentu.
Y hay otru cuadru  entovía 
pa´mí en plácidu Riberu
cuadru interior, subxetivu
y por endi algo mas seriu,
que cuadros de reflesión
encuellen al más serenu.
Esi llenar y vaciar
que non samece un momentu,
esi vaiven tan midíu
en extensión como en tiempu,
esos llatidos xigantes 
de un corazón sin semeyu,
imáxen son de la vida 
po´lo variable y lo inquietu,
y parllan  de eterna lucha
jecha apoder y con intentu
de perpetuar l´existencia
conformes á  mandatu aneyu.
Pero, ¿á que buscar negruras
en llugar tan pintureru?
L´ ati, mar de mio tierrina 
mézclate co´´l Carroceu
celebrando el maridaxe
siempre vieyu y siempre nuevu
Que en esas tos ondas rizas 
puedan pavoniase prestu
grandes barcos que den vida
a la industria y al comerciu,
y el bienestar y grandeza
que merez tan maju pueblu
trabayador, animosu,
llistu, siempre al bien dispuestu,
arrogante, hespitalariu
patriota y limosniegu.
Anónimo. 19 Agosto 1896.-

Emigrantes
Una maleta ena mano cola ropa y las iniciales marcadas enas mudas, una lata de chorizos, promesas, ilusiones y la cabeza gacha con las llágrimas reventando por salir. Esti era ´l equipaxe d´estos porruanos camín de Celoriu rumbu l´América soñada…. Atrás quedaba la familia esperando aquella carta que tardaría  un mes en llegar, onde 
cuntaban que al desembarcar ena Guaira paecía-yos qu´estaban ena Tornería.
La mayoría de los trabayos qu´allí yos esperaban eran de sirvientes, mesoneros o arbañiles. Cuntan algunos de  estos emigrantes que cuando diban a pidir trabayu preguntaban-yos: ¿Y usted qué sabe hacer? Mala respuesta tenía  la pregunta, nada de lo qu´ellos sabían jacer vaía, a no ser la gran voluntá que tenían.  Estas y muchas más joren las 
dificultaes d´aquellos rapaces que dexaren el palu de pastor, la guadaña y l´aráu, el día enantes de salir de Porrúa. 
Pasando algunos años, los de mejor suerte golvían d´indianos cola ilusión d´abrazar ´l sueñu d´asomar pela Concha  con un “haiga”. Otros vinían a casase cola moza qu´años enantes habían dexáu  apalabrada, y toos ellos, cola emoción de golver a oír la gaita y el  tambor y tomar un culín de sidra enas romerías del veranu. 
Porruanos so jabla y sos costumbres. Rogelia Martínez Fernández. -
Los antierros
Yo no m´acuerdo ¿eh?, de contalo mi madre, salíen por ahí a pedir pa les ánimes, y bueno,  claro, tenía que dar  porque la xente tenía muchu mieo a ees coses, ¡eh!Los antierros tamién yeren totalmente distintos. Los entierros diben claro, cola caxa desde aquí hasta la parroquia…¿sabéis n´ónde ta la iglesia Limantes? Bueno, pues diben hasta allí,  paraben en cada cruce, no se si había que pagar algo, echaben el responsu y había que dar perres. Si tu tabes dando 
perres, taben echándote responsos continuamente. Y yera así, yera distinto . Los lutos yeren rigurosos, taben les  muyeres de luto.. Aquí murió mi güelu cuando mi güela tenía trenta y seis años… mi madre tenía nueve años  y pusiéronla de luto, con nueve años. Acuérdome que contaba ella  que taben lllorando  y sacárolnes a llorar al corredor pa que les viesen llorar. Yo tolos muertos que tuve, todos se velaron en casa. Mi madre morrió fai nueve años
y ella quiso que fuese aquí y fue aquí. Lo que pasa que, bueno, pola nueche no, ¡eh! Antes era tola nueche , la xente bebía, tomaba café, tomaba anís,  tomaba copes y al final aquello yera de too menos un velatorio; pero, bueno, yera  la manera de reunise la xente tamién, No, si sigue pasando agora, yo ya toi en esi puntu que hai xente que solo  veo en los entierros. Toi faciéndome vieya porque ye así. 
Carta del pastor de Porrua.
Queridu Grabiel: Recibí  to carta del 24 de Febreru y per ella veo que cuntas vinir agüañu á dar un viaxe co ´l jigo del maestru, y que vais dir xuntos á Uviedu y á Madril; pos no  sabes entovía bien la gana  que to de que vengas para ver si la jiya de Marica la  de Xuncu no se rompie más la cabeza preguntándome por tí.   Creime qu´está  más namorada de tí que la nuestra Forgada de la xatina que tevo ´l otru día, que no jaz  más  qu´iñar y zapala y tienla  tan consintía qu´ella no para de rebrizcar y tirar brinquinos, y la probina  tien unos güeyinos  tan allegres  que cuando entro e´na  casa de puro contento danme ganas de dila ´brazar. Pos ibate dixendo lo de Pepa la de Marica Xuncu, y ello é que no s´entretien mas qu´ en andar tras de mi dixéndome que si tevi carta tuya y si piensas vinir aguaño qu´ella  tevo una carta de ti y qu´ i dicías qu´ibas vinite casar con ella. Yo teníame ya tan agurríu ´el  otru día que tevila que mandar co ´l moniu, y ellla  poniose muy pollítica me dixendo  que i asina se parllaba á los freturos  parientes y  si yo ´staba eutorizau per tí pa la riñir  y parllai d´aquel modu. Yo i dixi  que no me remplicara  nin  chillárame palabra por qu´entos ibai poner la mano encima, y que no jora tan mocaroba que tu si acasu te casabas  ´n esti viaxe será con  d´alguna señorina de aquellas que gastan el vestiu de seda, y que l´engolan e ´na rabadilla pa que ios jaga bien abultau, y que tienen el pelo   per encima la frente como las yeguas del tiu Periquín. Asina te digo, que dimpues d´eso amirame con unos güeyos como si quixérame comer, pero yo  dialu el miedo y to.
Guélvote á cordar lo que te dixi e ´na otra carta, ´onque me llames  empertiniente, de que me trayas un relox d´esos amariellos que tienen plintaos e ´na caxa muchos cosos; y una cadena tamién amariella con esa cosina que i pinga ´onde se amarra ´l chalecu, haber si viéndome andar tan maju y fachendosu me quier alguna mocina d´aquellas tan guapas y tan vistías que vense ´nos corredores d´aquellas  casas tan repiquiadas y  entintadas qu´hay e ´na villa. Lo del sombreru no to falta de dicítelo, pero ten cudiau que sea como esos que gastan los señorines de la Villa, que tienen ´l ala ´ngolada y un pocu retorcía per los llaos y derecha  per alante y per detrás;  home, d´esos que son muy duros, muy duros y que tienen  el cogollote muy empinau.
Ropa to mucha, pero si quiies traeme  snuo zapatos d´esos muy moninos que gastan los señorinos, y que son muy rellucientes, tráimelos, pero entós tráime tamien  un pantalón y una chaqueta y un chalecu  d´esi pañu prietu qu´e muy polín  y muy  blandiu, y una camisa de picos llargos con unu d´esos cosos llargos y negros que paecen correas, que s´amarran con una  llezada al  piscuezu, per encima la camisa. 
No m´acordaba de dicite  qu´aquella obeya blanca con cuernos qu´estacábamos en prau  guestro del Llacín, tevo un corderín tan xuguetón  que dende que nació empezó á rebircar pe la mayada que paecía una creatura  humana,  y tien el piscuezo tan gordu,  que s´asemeya ´l d´ aquel señor cura barrigón, de Celoriu, que trexo dos rapacinos    del so puelo pa  ayudar á misa, que i llamaban padre. ¿Acuérdaste ya home?
Pos otra cosa. ´L  otru día ´staba ´l güelu de Maravilla soley´ndose sub la castañarona del Estanqueru, qu´está e ´naquel  llanín baxando pel balleyu  la Pasera, y vinía  la Gargosa d´Antón de las Coxas del llegu Villa, yt como ´stá tan  viciosa diéreni ganas de  sobase contra ella, y el probe    del tíu Nino qu´estaba durmeciu, al sintila tevo tanto miedo que jui dar a una guelta tan de repente que baxó roldando pel terreru ´onde los críos  coxen el  barro pa jacer  cabuxas, y de la juercia  que llevaba siguó  roldando pel balleyu abaxu hasta él camin de la junete y allí coxérenlo el tío Xuncu y el tíu Ramón de Villar que vinían de misa, y lu llevaren pa casa. Pos ahí lu tienes estévole  curando  unos poquinos  de días  don Llorenzo, y hoy ya lo tentaren los  satanaes  de golvese debaxu la castañar. Hasta que no dexe  per allí la bexiga no ha de estar augustu.
Si no jora que to miedu  d´encomodate, tovía íbate contar otru cuentu de Marica la Caleya, que l´otra nodhe andaba Consuelo buscando ´l coin´q´había comprau ´l padre  ´na feria de Santa Llucia, y jui preguntar en cae la tía Xica pa ver s´istabe ente la jueya, conque Consuelo metióse ´na casa y cuando andaba regolviendo á ver si el coin horniaba jui echar un  reblagatu y llevantose ´l coinon de la Yudiana y salió  con ella á caballu hasta metá l´oriella ´l llagu la Corrada, y allí dexola porq´´´unos rapacinos i empezaren  dar horcadazos al cochu.
No t´ escribo más per hoy  por que mio madrina s´ tame ´sperando pa dir llevar l´Española á Sularriba. Ya sabes  que te quiero muchu,
Porrúa 5 de Febreru 1889 Pila. 
Lletres Asturianes. Nº 62. Academia de la Llingua Asturiana.





Sobre ´l Riberu
Per  deliciosu canal
cercau  de casas y cuetos, 
el Carroceu perezosu
esllízase terreciendo
dexar so Llanes querida
pa sumise ´n mar sedientu.
Con sos jolinas suaves 
que va despaciu espardiendo
vien escontr´´elli la mar,
llambe el arenal marielllu
y enllena la guapa cuenca 
que se torna en claru espeju
de la poética Villa
incantu  de nuestros güeyos.
El agua salau y dulce 
axúntase sin estruendu
con aneos divirtíos
y  monadinas y enriedos 
Algo mas entra ´n la mezcla
de las aguas del Riberu,
algo que debe callase
(¡demasiáu tresciende ello!/
que e perjume nada sanu
y munchu menos poéticu.
Nuestru ilustre Monicipiu
ó por jallase algo lexos,
ó non tener nariz llarga
y sí vista gorda,  ello 
e que a golor tan morbosu
no aplica prontu remediu.
Dos veces  al día llénase 
el deliciosu Riberu
que las lanchas pescadoras 
y los vapores costeros 
taraxinga en sos cristales
al son del cantar y el remu.
Dos cuadros á cuál más guapu
dende mió casa contemplo,
y en velos pierdo tamién
güenos peazos de tiempu:
Unu, el del mariellu  calce
ensuchu, de arena el suelu,
con algun cuelín y algunas 
islinas que el Carroceu
jaz pe ´l sabe cuando baxa
en surcu nadá derechu.
Otru, el trasparente llagu
poblau de mubles lixeros
con escaminas de plata 
que por sos brincos y xuegos
paecen travesaos rapaces 
saltando en horas de asuetu.
Llegan con pescáu las lanchas, 
y alegran los marineros
el puertu, el hogar, la Villa
dempués  de pasar mil riesgos
pe´la mar engañadora 
que ios da muerte ó sustentu.
Y hay otru cuadru entovía 
pa´mi en plácidu Riberu
cuadru interior, subxetivu
y por endi algo más seriu,
que cuadros de  reflesión 
encuellen al más serenu.
Esi llenar y vaciar
que non samece un momentu,
esi vaiven tan midíu
en  extensión  como en tiempu, 
esos llatidos xigantes,
de un corazón  sin semeyu,
imáxen son de la vida 
po´lo variable y lo inquietu,
y parllan de eterna lucha 
jecha apode, y con intentu
de perpetuar l´existencia
conforme á mandatu aneyu.
Pero, ¿á qué buscar negruras 
en llugar tan pintureru?
L´ati, mar de mió tierrina
mézclate co´ ´l Carroceu
celebrando el maridaxe
siempre vieyu y siempre nuevu.
Que en estas  tos ondas  rizas 
puedan pavoniase prestu
grandes barcos que den vida
á la industria y al comerciu,
y el bienestar y grandeza 
que merez tan maju pueblu
(trabayador, animosu,
llistu,  siempre al bien dispuestu,
arrogante, hespitalariu  
patriota y limosnniegu.
A.
El Oriente de Asturias. Domingo, 9 de Agosto de 1896.-





































































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