Cecos (Ibias)

Textos:
-Dibujo de Luis M. de Luarca.
-Ijujú.
-Pachu é Pericu.
-Danza prima, el galán de esta villa.
-El diañu.
-A mis queridos amigos de Asturias.
-Cantares.

Banquete mortuorio
Xa chiegan, Antona, vechus Pur el prau de la Vachina, Ya sigun cuerren lus diablus, Traen floxa la barriga. Mialma nun sei si pa echus Habirá abonda cumida Qu´anque nun son mas que diez  Sei que cuemen mas que trinta. En estu salíu Antona, Pegando cada birrida, Que un xatu que la escuitaba Choraba á chágrima viva. “¡Ay Bárbula de mia alma! ¡Ay Bárbula de mia vida! ¡Que mozu mi chevou Dious ! D´un dulurcin de barriga!”…. Ya si lu chevara solu, Del mal menus ainda; Peru  chimpióume un gurrafu  Que espanzóu pa dispidida De una patada Farrucu, Al dache la perlisía, Cuandu ch´esquitou el alma Dispués de aquecha cumida”. Cheganun  n´estu lus mozus, Ya á poucu  la cumpañía, Que entre  muyeres  ya viechus  Lu menus venti sirían. Asentánunse  á la mesa  Cun toda la curtisía; Estoncinaban de afeitu; ¡Bona dentame tinian! Arrimeten á la xanta, Ya sin afloxar la trincha Deixan á Antona pur puertas Pa lus dias de so vida. -“¡Brínduche! dixu el Reciu A Bárbula la Puntiga, Ya bebéuse dous cuartichus De la primera imbestida. Agarrou Bárbula el xarru, Cuidando daque tenria, Ya al tupai el fondu secu, Hóubuche á rumper la crisma; Que antes la galantiara,  Rigalánduche sardinas, Ya dispues torcéulu  el diablu, Ya casóuse  cun Francisca. Embilórtanse  lus dous; Peru tercianun   axina  Antes que se esnandrasaxen, Qu´echa ye moza de xixa.  Saltou nastoncias el Riescu, Ya afloxánduse la trincha, Pues nun cabe nus calzones, Diz que ches falou asina:  “Morreu bien fartu Farrucu; ¿Qué che faltou n´aquel día?……Cumu Farrucu murreu,  Cualquier vaqueiru murría……….”Cuatru horas fai que cumemus,  La nueite si vien incima…… Pa escanciar pur el camín Trai, Pachu, aquecha  cabrita.  “Pesca, Xuan, un chacuncin ;  Pur si quiciaes el estógamu  Se afloxa cun la currida; “Que una  chegua inda falta Pa chegar á la Vachina; Ya del cuerpo  que nun cueme,  Antona, el alma che  ´esquita…… “Naide se chimpie el fucicu  Pa que en la braña nus digan Que antruxamus bien: pardious, ¡Fartéistenus bien mia ficha!…. “De güey  nun anu nus xuntes  Pa fer outra muntiría; que si cum esta Farrucu Nun riblincara achí  arriba, “ Enfórqueme el diablu, Antona, Si en el cielu hay  xusticias Ya cum estu, adious, mia nena,  Cacha, num berres, mia ficha”…..  . J. M. Florez.  La Ilustracion Gallega y Asturiana . Año 1880,.
Cecos: Parroquia del concejo de Ibias, está situada en el valle del río Ibias. Comprende los núcleos de Boiro, Bustelo, Cadagayoso, Carbueiro, Cecos, Centanales, Folgueiras de Boiro, Lagüeiro, Mergulleira, Pousadoiro, El Rellán, San Esteban, Vilamayor y Vilarcebulín, con una población de 317 habitantes. Cecos fue coto señorial, al menos desde el siglo XV, perteneciente a la casa de Ron, y no se integró en el concejo de Ibias hasta el segundo cuarto del siglo XIX. Cecos se sitúa en el fondo del valle del río Ibias, a 290 m de altitud y a 3 km de San Antolín, capital del concejo. En sus proximidades hay un castro denominado El Castelo en el que son visibles restos de un edificio semienterrado, de planta absidal que recuerda otras construcciones castreñas interpretadas como cámaras funerarias.  Por doquier en el valle se dejan ver los rastros de la minería romana aurífera. La iglesia parroquial es de nave única, cubierta con artesonado de madera. El presbiterio, de aspecto turriforme al exterior, se cubre con bóveda de arista reforzada por cuatro nervios y acoge las sepulturas de varios miembros de la familia Ron, señores del coto y patrones de la iglesia, y sus respectivas esposas, Ana Bernaldo de Quirós y Beatriz de Mirada, con inscripción de 1681. En Cecos hubo una malatería de la que no hay muchas noticias, y de la que no queda recuerdo alguno. Diccionario Geográfico de Asturias. 



Huellas de la ordalia de las aguas amargas se encuentran en Asturias, en el agreste concejo de Ibias, situado entre los picos de la Cordillera Cantábrica, y que no tiene apenas más vías de comunicación que los caminos primitivos. El folklorista y y delegado de Bellas Artes, Aurelio de Llano, dice en su obra sobre costumbres y supersticiones asturianas “Algunas mujeres, cuando están encinta, raspan un ara y el polvo que obtienen lo toman con agua para salir bien del cuidado y para que el feto no venga antes de tiempo. “Don Francisco de la Peña, dueño de la capilla de Villajane, concejo de Ibias, me dijo  el 11 de noviembre de 1921 que le habían estropeado el ara del altar de tanto raspar para obtener el polvo de ella.  


                                            ¡Ijujú!
A la primitiva “danza guerrera” concurrieron los hombres armados de sus lanzas y,  después con sendos  palos del país. Desde uno á otro coro ó bando se daba y repetía el grito rudo y enardecedor del ¡ijujú!, y se gritaban ¡vivas! y ¡mueras! á pueblos y comarcas rivales, como ¡viva Pravia! y ¡muera Piloña! ó viceversa.  a la danza sucedían, y aún  suceden, riñas y palizas, que atajaban  nuestras Ordenanzas municipales y las Justicias. Este es el romance más conocido  en los concejos de Asturias para cantar en la antigua danza pero ya borroso, dislocado, incompleto á través de los siglos.  El argumento parece ser el siguiente:  El galán Antonio regresa á la villa nativa y pregunta por su adorada, hija del rey moro,  sabiendo por una prima que aquella es ya mujer de otro caballero, quien no la corresponde y , antes bien, la olvida por amores con bella dama andaluza.  Los antiguos amantes se citan para el alba en apartado lugar, camino de la fuente, disfrazada ella con el cántaro, y él con recuerdos de su antigua pasión, la “medida” y “esmeralda”, que pierde en los campos. Cuenta ella los celos y desdenes que sufre, y él la consuela. Entre tanto canta la seductora culebra.  La desventurada princesa pide al rey, su padre, licencia para caminar á Roma y lograr  se legitime y bendiga su unión con Antonio, huyendo  los amantes ante la negativa del padre infiel.  En el Camino de la Ciudad Eterna asaltan á la infantina los dolores y trance de parto, dando á luz en el pórtico de una ermita á una niña, Rosa, amparada por la Virgen Santísima.  El rey, padre fanático, logra cautivar y sujetar á la hija en rigurosa prisión condenándola á forzadas y penosas tareas….  Y queda aquí el romance sin concluir, siendo probable que de referirse á venturosa intervención de la Madre de Dios.  
“Si quieren saber, señores, 
el porte del asturiano,
buen calzón, buena montera, 
y un palo pinto en la mano.!
..........................................


“Esta noche voy de ronda, 

Escuchai bien lo que digo:
-El que cante a la mió neña, 
tien que véseles conmigo….”


¡Ijujú! Grito de triunfo que el “eco de las montañas repetía hasta los confines del valle” y que “resonaba en las entrañas de las laderas y bajo las bóvedas de los bosques, mezclándose con el canto del grillo, y el ladrido de los perros lejanos”.
“Los hombres naturalmente tímidos y amantes de su conservación, gustan de llevar consigo alguna prevención, alguna defensa contra los insultos que les amenazan. Prohibido el uso de los palos, entrará, sin duda, el de las navajas y cuchillos, armas mortíferas que hacen a otros pueblos insidiosos y vengativos y enervan y extinguen el valor y la verdadera bizarría”
Jovellanos).-
 Al desaparecer el palo de la cultura asturiana, hubo que exclamar con Jovellanos:”¡Pobre país!….”  .-


Pachu é Pericu
Pachu.- ¿Ves aquesa fumarea Que s´alza nel domedal, E tantu crestianu xuntu A carreres p´acullá? Pos yé qu´un coche sin mules  Dicen que va chár andar. Pericu.- Será que tien los diablicos O máxia ñegra será.  - Quita pa llá, non yé aqueso, Yé máquina, mió rapaz, Yé descursu de los homes. - E col coche ¿qué farán? -Van á trér desde Llangreu Carbunes xuntu la mar. - En sin mules v´a tardar. - Non, borricu,  en una hora Tou ´l camín andarán; E per caa vez que córria Mil carros pué agarrar. -¡Ay, pobrinos los de Sieru! ¿Cómo ganerán el pan? - Cudiandu d´ esti camin, Sacandu  carbon allá, Mirandu mas po les tierres, Que mas cuentes yós vá á dar. - E dempués d´esti carbon  Dime Pachu ¿qué farán? - Mandalu per tou ´l mundu, E vendelu allende ´l mar, Al francés , al italianu,  A los que manda ´l Sultán, A los de tierra de griegos, E qué sé yo cuantus más.  -E  pa cargar, tantu, tantu, ¿Los barcos donde ´ntrarán? Qu´esti puertu ye pequeñu , Muy pequeñín ¿ye verdá? -Ya darán otru mayor, Dexa, desalo  andar, Ya vedrás carbon que marcha  É que  d´oru  vien  p´acá Per  es si corries munchu Á nel domedal vedrás Á la madre de la  Reina,  Que reina  tamien fó yá; Que dicen  que fá estes coses  Pa que ganemos el pan: Pos bien é  Rey ena España  Siempre xunto  tien qu´andar . - E ¿cuantu hará  qu´un rey Non asomó  por acá?  - Dende l´ Emperador Carlos Ya mas de tres siglos fai: Yo  vi so cuartu é  so mesa, En Villaviciosa  estan  D´entro  de la casa d´Hevia Done ´l se quiso aloxar-  Vamos, corrie, vamos lluegu,  Vamos cancia  l´ domedal, Qu´está tou asturies xuntu,  Vamus á gritar allá: Viva la Reina  Cristina Qu´ asturies  vien a morar.  Plácido Jove y Hevia.  Nápoles, Junio  1852.  La ilustración  Gallega y Asturiana.  1880.-

Danza Prima 
El Galán d´esta Villa
¡Ay! un galán d´esta Villa,
 ¡ay! un galán d´esta casa,
 ¡ay!él por aquí venía, 
¡ay! él por aquí llegaba. 
 -¡Ay! diga lo qu´él quería,
 ¡ay! diga lo qu´él buscaba.
 -“¡Ay! busco la blanca niña,
 ¡Ay! busco la niña blanca,
que tiene voz delgadina ,,
 que tien la voz delgada;
 la que el cabello tejía, 
la que el cabello trenzaba”. 
-“¡Ay! trenzadicos traía? 
¡ay! trenzadicos llevaba? 
¡Ay! que non l´hay n´esta villa,
 ¡ay! que no l´hay n´esta casa,
 sinón era una mi prima,
 sinón era una mi hermana,
 ¡ay! de marido pedida, 
¡ay! de marido velada…. 
¡Ay! bien qu´ora la castiga,
 ¡ay! bien que la castigaba, 
¡ay! con varas las d´oliva,
 ¡ay! con varas las de malva!
 Es la causa otra su amiga,
 es la causa otra su amada 
que la tien allá en Sevilla,
 que la tien allá en Granada”.
 -“¡Ay! diga á la blanca niña, 
¡ay! diga á la niña blanca, ¡ay! que su 
Danza Prima 
amante la espera, ¡ay! 
que su amante la aguarda 
al pié d´una fuente fría, 
al pié d´una fuente clara 
que por el río corría que 
por el río manaba, 
donde canta la culebra, 
donde la culebra canta”. 
 Por arriba d´una peña, 
por arriba d´una mata, 
donde canta la culebra,
 donde la culebra canta, 
vi venir una doncella,
 es hija del Rey d´ Arabia. 
¡Ay! llegó á la fuente fría, 
¡ay! llegó á la fuente clara, 
Ya su buen amor venía, 
ya su buen amor llegaba 
por sobre la verde oliva,
 por sobre la verde rama,
 por dond´ ora el sol salía, 
por dond´ora el sol rayaba,
 ¡ay! mañana la tan fría, 
¡ay! mañana la tan clara. 
¡Ay! Antonio se decía, 
¡ay! Antonio se llamaba;
 á su cuello  una medida,
 á su cuello una esmeralda.
 Predicara entre la yerba,
 perdiérala entre la rama. 
Hallárala  una doncella,
 hallárala una zagala, 
 la qu´ el cabello tejía, 
la qu´ el cabello tentaba.
Danza Prima 
 ¡Ay! agua la depedía,
 ¡ay!  agua la demandaba;
 ¡ay! agua de fuente fría, 
¡ay! agua de fuente clara.
 ¡Ay! lo que allí le decía! 
¡ay! lo que allí le falaba! 
y celos la depedía, 
y celos la demandaba: 
 -“¡Ay! trájola de Sevilla,
 ¡ay! trájola de Granada, 
¡ay! de mano de su amiga, 
¡ay! de mano de su amada”. 
-“¡Ay! yo te la mercaría,
¡ay! que yo te la mercaba, 
¡ay! más galana y pulida,
 ¡ay! más pulida y galana,
 ¡ay! si quies mi compañía,
 ¡ay! si quies la mi compaña”.
 -“¡Ay! sí, por el alma mía, 
¡ay! si, por la vuestra alma;
 ¡ay! qu´el que me dió la cinta, 
Danza Prima 
la guerra, aquel 
qu´en la guerra andaba
 con espada y con rodela 
 con rodela y con espada! 
El se fuera y non venía, 
él se fuera y non tornaba;
 muy tiernas cartas m´envía,
 tiernas cartas me enviaba:- 
“Non te me cases, mi vida,
 non te me cases, mi alma; 
 presto será mi venida,
 presto será mi tornada”. 
 ¡Ay! fuese á la romería, 
¡ay! fuese á la roma santa
 con el que ella más quería,
 con el que ella más amaba. 
¡Ay! la niña estaba en cinta, 
¡ay! la niña en cinta estaba.
 ¡Ay! llegáronse á la ermita, 
¡ay! llegáronse á  la sala,
 ¡ay! dond´el abad diz misa,
 ¡ay! dond´el abad misaba; 
 ¡ay! misaba  en la montiña,
 ¡ay!  misaba en la montaña: 
¡ay!  el molácin l´audiba,  
Danza Prima 
¡ay! el molácin l´audaba. 
 ¡Ay! vueltas las que darían,
 ¡ay!  vueltas las que le daban, 
 á redores de la ermita,
 á redores de la sala; 
¡ay! que el parto le venía, 
¡ay! que el parto le llegaba. 
 -“¡Santa María es mi madrina! 
 ¡Santa María es mi abogada!”
-  Un niño en brazos traia,
  un niño en brazos  llevaba;
 Jesucristo le decía, 
Jesucristo le llamaba; 
el niño rosas traía, 
el niño rosas llevaba,
cuatro ó cinco  en una piña, 
 cuatro ó cinco en una caña. 
De la caña más florida,
 de la caña más granada, 
¡ay! dale á la blanca niña, 
¡ay! dale á la niña blanca; 
¡ay! pues ella estaba en  cinta, 
¡ay! pues ella en cinta estaba. 
¡Ay! parió una blanca niña, 
¡ay! parió una niña blanca:
 bautizo en agua fria, 
 bautizóla en agua clara; 
 púnsole en nombre Rosina,
Danza Prima 
 púnsole  en  nombre Rosaura;
 qu´el niño  rosas traía,
 qu´el niño rosas llevaba. 
 ¡Ay! mandara el Rey  prenderla,
 ¡ay!  mandara el Rey brindarla, 
 en cadenillas meterla, 
y en cadenillas echarla
 ¡ay! arriba en l´alta mena, 
¡ay! arriba en la mena alta. 
 Quier que le sirva  á la mesa,
 quier que le sirva á la tabla,
 ¡ay! con la taza francesa, 
 ¡ay! con la francesa taza; 
que file paños de seda, 
que file paños d´Holanda, 
 que rueca la de madera, 
con rueca la de su casa;
 los que filaba la Reina, 
 los que filaba la Infanta 
¡ay!  con el tortoriu d´oro,
 co´ el tortoriu d´esmeralda. 
 ¡Ay! tortoriu trae de piedra;
 ¡ay! tortoriu, fusu y aspa! 
Llabra en él la seda fina, 
llabra en él la seda clara; 
¡ay! al Rey le fay  camisa, 
 ¡ay! al Rey le fay delgada, 
¡ay! del oro  engordonida , 
¡ay! del oro engordonada.  
El Diañu
-¡Ay, Nolon, llégrome vete! Cúntame por Dios el pasu, pos témbrame tou el cuerpu, el llance que rellataron. ¿Foi verdá? - Y tan verdá como xuntos aquí estamos. -¡Non me lo digas, por Dios!¡¡Tú vives ya de millagru! ¿Cómo viesti  y  non morristi al mirate al par del Diañu? -Diva yo per tras la iglesia en coses de mio pensando, yun tufu, yun agolíu  arrecendíame al paso como los pelos de lobo  cuando s´avienta el ganau.  -¿Daba tufu á montésin ? -Más pior era el olfatu.  Yo tusía y retusía tenía el pasa-pan  tornau, y al dar vuelta tras d´un sueu afayo de frenti  al Diablu. Quedéme , nieña del alma, como si yo fora un bárganu: pegaos los pies á tierra, yo non daba pié nin brazu. El aliendu ño abarquina, y los pelos esplumaos, y al reedor de los miós güeyos tudu vá cabeza abaxu.  -¿ Tú ñon fiziste la cruz? -¡Qué mal conoces al Diañu! Siy tien cuenta fer les suyes sienta plaza de cristianu. - ¿Cuérdeste d´ él  como yera? - Voy  facét el só retratu: tien cabeza puntiaguda, los mechos del pelo ralos, con repuelgos de la tiña que tevo cuando rapazu.  Ena frente tien dos cuernus, los güeyos contrapuntiaos,  unu verde, utru paxizu que remiella  fartu gafos. Tien la nariz remangáa como taranques los llábios; ye una tenada la boca con dientes de garabatu, y con barbes de castron  que y pinguen  per end´ abaxu, la só color  del pelleyu  ye como caldu de sarru. De los dos llombos y  cuelguen  secos y llargos los brazos, y al estremu de los dedos uñes de Ferre y Milanu,  regüeltes y arrefilaes pa facer meyor el ganchu. Les vanielles  del só pechu encorvaes facen arcu, y  sotripau  pa dientro jaz  una poza  el só bazu.  Los cadriles , les rodiyes, y dend´ aquí  para  baxu, son garavitos  y zanques  como les d´un saltapraos . Esta  ye la só frontera; voy  dar güelt´al  utru  llau. De la ñuca a les  varíes ye un argadiellu  cuayau de güesos  que sey enrrieden  y dan por remate el ráu, que suena como cacíos  cuando los lleven á rastru.  ¿ Qué te paez del compadre? ¿ qué te paez  del mostrariu? -Yo non sé,  Ñolo  del alma, cómo estás  para  contallu! -Pos verás, replicó  Nolo,  si pasé solu  isti  tragu.  Al mirare  el enemigu dió  un xiblíu , en pos  un saltu,  sacudiendo  pe los aires el estallidu  del  rau,  que s´asemeyó  un glaidu cuando bufa y miaga el gatu. -¿Viénose a tí? - Ñon  por ciertu: en menos de dos reblagos, entre la tierra y el muriu metióse en el  Campu  Santu, que ye tan malu  el demoniu  que dempués de despeñanos , al que morrió  siendo  bonu róyei  los güesos  rabiau. Fui golviendo  pocu á pocu, tentéme  co entrambes  manes, y les plantes de los piés fóronse despegandu. Santigüéme, y  como pudi  dixi la Salve  á  peazos; coyí  fuerces  y el sentíu, non corrí, fui pasu  a pasu;  y al colar  pel  sitiu en donde  fezo  só furacu el Diañu, vilu aguruspiau  en elle como en só cueva  está el sapu.  Dend´allí  dióme un bufíu, pónxome mirando gafu,  y echó fumu  pe la  boca qu´afogaba  con el tastu , pos yera pez, yera ´zufre engüeltu en  cuernu  quemau………Ñon vi mas-  Bastante viesti:  doy  el llance al mas plantau. ¿Y ñon diesti cuenta al cura?  -Aventóme al primer pasu:  vióme  llegar a só  casa  absorvíu y traspasáu. - ¿Qué traes Nolo? - me dixo. Yo dixe-  traigu un millagru. -¿Vienes  de Tiñana Nolo? - Ñon  me lo meta  á baratu,  que non so la Virolana  que fexo  aquelli  espantayu,  porque  les coses  de Dios  han tratase  por despaciu  y  debiera la xosticia sentái de firme la manu. El mio fué rial, d´efecion:  vime  frenti  á frenti al Diañu. -¡Ay, Nolon - contestó el cura,- esi nunca fói  millagru. ¡Si al menos  vieres á Dios, eso casi á l´otra manu ! mas  ver al Diañu,  Nolon, ye  llavor  muy  cotidianu.  Elli  acue  á  toes  partes, en  la feria y  en mercau;  vá  a la fila y esfoyaza, que ye  truchiman  muy  llargu, y  á  les muyeres en misa tientales  con el pigazu, Mas  donde  tien só  collecha, tien  pacion  y tien  segau,  y  Nolon , co  los  uciosos  que viven  Nolon  folgaos,, que revicien  de fartucos,  y que yos sobren  los cuartos.  En Uvieu y pel Madril  lu  encuentres  á  cada pasu:  unes  veces ye señor ,  otres veces  ye llacayu, pos  que como ya te digo, él  va donde sobra  el granu. ¡Pero , Nolon,  en la Aldea,  siñon hay  mas  que ñarbasu, fame,  trabayos  y peches ¿qué collecta  quea  al Diañu? ¡Si  tu fofres prestameru ó pluma  del Escribanu, ó compraor  al Goviernu de los que foren  mios mansos! Pero tú, Nolon, yes bonu, andes  siempr´al bon mandau, y  trabayes  noche  y dia y ñon  t´ abasta el  compangu. ¡Si  refalfares  siquiera como Lin  el mayorazgu! Pero el to pote,  Nolon ,  ñunca peca  pe lo untao………. Y por fin, y  pa la postre , voy  date  un  conseyu  sanu:  calla la boca ñon  digas  que t´afayaste col  Diañu, pos si lo  saben los neños  van á tirate  pel sayu y  van  cantate  al oidu,  “¡ Ah,  Nolon! ¿cómo ye el Diañu? “ y perderás la pacencia y  sáquet´arrematau - Ño  me dixo mas el cura: ya sabes cómo fó el casu, y si dálgun  te  intrugare por  Dios que  y  no des traslau - El ciego de  Sobrescobio. Diciembre de 1878. La  Ilustracion  Gallega  y  Asturiana. - 1880.-


Á mis queridos amigos de Astúrias
I
¡Es ella!….. Espléndidamente por todas partes la anuncia del suelo suyo sagrado la portentosa hermosura. Con agua de Covadonga -ya templo , si ayer fue cuna- ella bautiza de España la frente noble y augusta. ¡Es ella! …. Por sus montañas el eco inmortal retumba del ¡Ijujú!, grito  santo en otras gigantes luchas. ¡Es ella…… Bajo sus robles, hogar de raza no espera, de las viejas libertades el fuego se perpetúa. ¡Te he visto, al fin!… ¡De rodillas y la cabeza desnuda, te saludo y te bendigo!¡Dichoso yo si me escuchas! Porque decirte yo quiero, ya que  llanto que no enjugas, como á Galicia, tu hermana, la pálida faz te inunda: -“Contra el desmayo  que sientes y  entibia tu fé robusta, del patrio ¡Ijujú! a los ecos, “¡Cierra, Asturias!”
II
 Camimando, caminando por tus soledades rústicas, llegó una voz á mi oído  sumiéndome en pena mucha. Ya era ronca y penetrante, ya débil y gemebunda, ya cual rugir de leones, ya como un ¡ay! de ternura. ¿De donde esta voz venía en cuyas notas se aduna de tan contrarios efectos las causas ciertas y ocultas?…… Una carreta chirola a, que azotó ventisca dura, penosamente subiendo cuesta escabrosa y adusta. ¡Qué sudar los tardos bueyes tirando con fuerza hercúlea por la carga en que su dueño  suerte más próspera funda! Si el cansancio  los rendía porque la carga era suma, otra vez - siendo acicate que los anima y los punza- repetía la carreta  su triste y salvaje música, y los mansos animales seguían la áspera ruta. Así contra los que cedan al desaliento y la duda, grite ¡Ijujú! formidable:  -¡Cierra, Astúrias! 
III 
¿Qué pueblo habrá que no llore? ¿Qué espíritu que no sufra? Respondan los más felices, pregunta á todos, pregunta. ¡Mas cuánta alegría, cuánta sus infortunios no endulza? ¡Cuándo el dolor no fué padre de sus grandezas futuras! En tus verdes pumaradas  que brisas del mar  arrullan he visto á la danza-prima lanzarse jóvenes turbas. ¿Acaso   es vaga memoria, imagen de fieras pugnas entre cristianos y moros lo que la danza figura?……  Frente á frente las parejas, en rueda  ordenada y junta, se miran como dos bandos que para la lid se agrupan. Pues doncellas y mancebos  forman cadena que ondula,  y en viejas trovas cantadas se requiebran y disputan;  y avanzan,  y retroceden  imitando ataque y fuga, sin que hasta el fin  de la danza la cadena se interrumpa. ¿Y la tristeza? ……..Va huyendo  del ¡Ijujú!, que cual hurra,  contra ella gozoso    grita:  -¡Cierra Astúrias!
IV
¡Pobres hijos de estos valles y estas montañas abruptas, cuyas altas cumbres, olas de irritado mar simulan! No oigáis el pérfido canto que os brinda loca fortuna en tierra de otro  hemisferio,  de España insaciable tumba.  Canto de sirena ha sido;  amadla de lejos, nunca sintaxis de cerca su beso que mata cuando más gusta. Preferid vuestra miseria al oro con que os deslumbra,  y vuestro cielo apacible al suyo ardiente y sin brumas. Al negro pan  de la patria no hay otro que sustituya; amarla, es partir con ella sus goces y desventuras. Id por las chozas nativas, recorred una por una:  ¡qué de hermanas sin hermanos! ¡qué de huérfanos y viudas! De tantos como partieron  ¡qué menguada es ¡ay! la suma ! Unos,  en el mar hallaron  y otros allá sepultura.  Si el labio de la sirena dulces promesas formula,  el ¡Ijujú! le responda:  -¡Cierra,  Astúrias!
V
¡Asturias! No en la molicie, ni en lágrimas infecundas; en la fé y en el trabajo remedio á tus males busca. En tu redención confía; el que imposible la juzga , niega á Dios y niega al siglo que al hombre dicen:- ¡Plus ultra!- ¿No ves, pobre ciega,  cómo tus horizontes se azulan? ¿No ves rayando ya el cielo un alba risueña y pura?…… Ya á la grave sinfonía del Cantábrico, se junta la gran voz de los talleres, del arte y de las industrias. La rada locomotora vida y riqueza te augura, y por su boca  de bronce el cañón fundido en Trubia. Para tus noches y nieves luz y calor te asegura, pródiga, la madre tierra en sus hulleras profundas. Por hilos de alambre atada - leve yugo de tus nupcias-  con el alma de otros pueblos unísona  tu alma pulsa. ¡Anda……. y…..llegarás! La calle subiendo de la amargura, tu ¡Ijujú! lanza á la muerte:  -¡Cierra, Astúrias!.- Ventura Ruiz Aguilera.  Octubre 1880.- La ilustración Gallega y Asturiana.  1880.- 
Cantares 
Tres veces cogí la pluma; Tres veces cogí el tintero; Tres veces puse tu nombre, Tres veces caí en el suelo. 
 En medio del mar salado  Tengo una malva de olor: Tiene pena de la vida El que le quite la flor.
 Los ojitos tengo secos De mirar hacia el camino, Y no veo yo venir El espejo aonde me miro. 
 A lo lejos que te vea Se me alegra el corazón; Donde ceniza se hizo Siempre rescoldo quedó. 
 Amor que pasa de un año Olvidarlo no es razón, Porque es preciso que deje  Raíz en el corazón.
  Más valía a un hombre ser  Ladrón en Sierra Morena, Que no venir á buscar Amores en tierra ajena. Vete ya, que canta el gallo; Vete ya, que viene el día; Adios, morena del alma;  Adiós, morenita mía. Te echo la despedida  Y en ella doy á entender  Las piedras se vuelven rosas Donde tú pones los pies.  
























































Palacio de Ron está situado a 325 m de altitud, en las inmediaciones del pueblo de Lagüeiro y dominando el valle del río Ibias y el pueblo de Cecos. El origen del linaje se remonta al siglo XI, al menos. El palacio, que ha sufrido numerosas reformas, conserva su estructura de dos tres unidas por crujía. En un escudo del Palacio de Ron aparece un caballero tocando un cuerno a la vera de un castillo. La imaginación popular, concibieron una leyenda para explicar el enriquecimiento de los propietarios del palacio.




















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