San Antolín de Ibias

Textos:
-Las brañas.
-El mal de Pachu.
-Rústica marrullería.
-Banquete mortuorio.
-La boda.
-Antón de Xico.
-En el acebo.






San Antolín de Ibias. Parroquia y capital del concejo de Ibias. La delimitan las parroquias de Marentes, por el Norte; Seroiro, por el Este; Cecos, por el Sur y Sudeste y Sena por el Oeste. El río Ibias discurre por sus tierras en dirección sur-norte abriéndose camino entre la sierra de Busto y la sierra de Andeo, hacia el río Navia. Se encuentra a 153 km de distancia de Oviedo. Con 358 habitantes es la más poblada del concejo. En la plaza La actual iglesia se remonta a principios del siglo XIII. Tiene una sola nave rectangular con cubierta interior de madera. La fachada principal está formada por una portada , con el relieve del santo patrono, precedida de un pórtico cubierto prolongado por el lado meridional. Cada primer domingo de mes se hace una feria ganadera. 

Las brañas 
Un “señorito” que se había acercado (era el dueño de uno de los grandes cafés de la Puerta del Sol de Madrid) apareció como un salvador, pero la carta de recomendación del Excm. Sr. Ministro  que yo exhibí como carnet de identidad no le impresionó lo más mínimo: ni quería ni podía ayudarnos. Al fin un miserable  pobre que estaba en la cuneta nos dio la aclaración de  toda la comedia diciendo: -Para mendigos aquí no  hay cama. Entonces reconocimos nuestra falta. De repente habíamos caído desde el mundo arcaico, que hasta entonces nos había acogido tan amistosamente, en el círculo radiante de la civilización,  sin darnos cuenta de ello.  Los forasteros llegan aquí en automóviles ingleses o americanos o en una caballería. Por el contrario nosotros habíamos venido andando. ¡Lo hubiésemos debido saber! Pues ya en 1797 nuestro compatriota Leopol Anton Kaufhold en su Spanien wiie es gegenwartig escribió estas palabras dignas de recuerdo: “En general todo el viaje sobre una mula o caballo  no está tan expuesto a las bromas y al desprecio que en gran medida debe soportar el humilde caminante”.  Este particular suceso tuvo para nosotros una  gran ventaja. Nos empujó  hacia adelante, a lo alto de la montaña, y nos condujo desde la esfera  de la moderna cultura a un mundo montañoso que superaba en originalidad todo lo que hasta entonces  habíamos visto y vivido y no pera poco.  Cuando llegamos cerca del puerto de Leitariegos nos llamó la atención a nuestra derecha  una pequeña aldea  de un sello muy particular, de casas alargadas y cubiertas de paja que se plegaban en la escarpada pendiente, como si buscasen  apoyo y con la misma factura y alienadas en el mismo sentido, Las Brañas.  Encontramos en el puerto, en la casa del peón caminero, un modesto, pero acogedor hospedaje y,  a la mañana siguiente, volvimos al pueblo que dista como un cuarto de hora…..
De las brañas y los vaqueiros  se han ocupado  también posteriormente otros investigadores, pero parece  como si al tratar  el aspecto legendario que fácilmente  ha sido adjudicado a un pueblo montañoso que vive tan solitario como los vaqueiros,  no se hubiese tenido bastante en cuenta la exacta metódica observación de sus usos  y costumbres: lo mismo ocurre  al hablar de los maragatos. En todo caso se trata,como ya el nombre vaqueiros deja que se han hecho sedentarios  y ahora habitan  las aldeas encaramadas  en la cumbre de la montaña  donde siguen viviendo como antes,  de la agricultura.  En el Puerto de Leitariegos se pueden comprobar claramente ambas formas de vida pastoril: en la  vertiente sur existe junto a la carretera  una hilera de cabañas  en terreno  de extensos pastizales que están cercadas  por bajos muros de piedra. Sirven  de lugares  de acomodo para el ganado y los pastores en tiempo de pastos en el puerto, es decir,  de residencias temporales; se les podría denominar brañas. En la vertiente norte , por el contrario, encontramos el poblado permanente de Las Brañas, en cuyas casas conviven hombres y bestias, a 
excepción de la temporada de pastos.
La cuenca del río Ibias, un valle encajonado en las montañas, sin conexión  con el resto del mundo, o como aquí y allá suele decirse, “el último rincón del mundo”. Como aquellas regiones, también el valle del río Ibias,  que tiene una extensión de cerca de 50km., está separado  de sus alrededores por enormes cadenas de montañas. Por el Norte se levanta a su frente  una cordillera sobre la cual sólo  estrechos senderos de mulas conducen  a la Venta Nueva (Posada);  a decir verdad, se utiliza un solo camino, el que de Cecos (por San Antolín de Ibias) trepa sobre Cendenales por el Alto del Couño,  y de allí conduce luego  a la gran vía de Comunicación de Cangas de Tineo. Los prácticos  necesitan un día entero para hacer este camino a lomo de una mula. Hacia el Este  del valle está cerrado por el Alto de Cerredo, que forma al mismo tiempo el límite de las provincias de Oviedo y León. a pesar de este obstáculo, la comunicación con Villablino es la más frecuente. Sin embargo, el tránsito con el próspero y modernista Villablino, situado al otro lado del puerto, no ha ejercido hasta hoy  una decisiva influencia  sobre la vida del valle. En la localidad de Caboalles se encuentran todavía numerosos testimonios  vivos de que también esta región, hoy en día eminentemente minera, poseía no hace mucho tiempo una cultura pastoril y agrícola primitiva, ya en vías de disminución a causa del triunfo de lo moderno. Completamente diferente es el vecino del valle del río Ibias, donde las formas de vida moderna  apenas han arraigado. En el Sur la muralla que se levanta  es todavía resistente. Una enorme cadena  de montañas estrecha  aquí el valle del río Ibias y lo separa casi completamente de la vecina región leonesa.  Solamente un par de senderos de mulas conducen al otro lado; además, durante  el largo invierno  éstas no son transitables y también en otras épocas del año se vuelven inaptos  para el tránsito regular; a lo sumo son usados por los arrieros  de mulas para llevar a la feria anual de El Bierzo los productos  de trabajo local,  como zuecos y vasijas de madera  de todas clases.  La sierra limita al riacho también en el Noroeste, de tal modo  que la salida  del valle hacia  la provincia gallega de Lugo sólo se hace posible  costeando el curso del río hacia Marentes. 
El valle del río Ibias ofrece un extraordinario  contraste  con la citada Cabrera. El riacho queda comprimido entre la masa de montañas que se yerguen a pique a uno y otro lado de sus orillas.  Los caminos que las acompañan, a derecha e izquierda, marchan a lo largo de los valles laterales por infinitas  vueltas en lo alto de las escarpadas pendientes. Por ello el río mismo  se convierte en límite de comunicación, de tal modo que no queda lugar en la cuenca del mismo  para las poblaciones. En general , estas poblaciones, ampliamente esparcidas y encerradas en sí mismas, están adosadas  a pequeños bosques  de castaños que crecen  espléndidamente a la sombra de los valles.  Las cimas están cubiertas en su enorme extensión de pequeños robles, diversas variedades de brezos y otras plantas propias de las montañas.  En ellas se encuentra el ganado de la aldea el mezquino alimento; el campesino , el combustible para su hogar. Ocasionalmente se cultiva en estas comarcas la vid. Fritz Kruger (1889-1974). Asturias vista por viajeros.  Tomo II.-

El mal de Pachu
N´el mes d´Octubre postreru  po les feries de Llaviana, a les que fái munchos años  que por ná de ´l mundiu falta; atopóse “Lin del Puente” con “Pachu ´l coxu” de Lada cuñáu d´un prima del xenru del maridu de la ´rmana, col que munches veces diba  de fartures y parranda. Entrumiolu  ´nt los brazos, que cudié que l´afogaba  y complido l´entrugase, como xentes de crianza, por vaques, gochos, reciella, muyer y demás canaya, entamánon  los dos socios esta xugosa falancia:  -¿Qué rayu te pasa, Pachu, qu´aseméyes una llaña con isos güeyos saltones, el focicu que s´allarga, y la pinta aborrecida de presona atristayada? A más, fuxes de la xente, non sales pa ná de casa, nin vas siquier a la sidre, que, por ciertu, tá que plasma! (y non diglo “por lo bona” que lo digo “po lo cara”) ……… ¡Me cá…….. so  ´n  la i….. ¿qué tienes que páz  que te vió la Güaxa? - Yo non sé….. Diz el curiosu, de ´lli de Ciañu-Santana, que tos apiértu del pechu d´arresultes  d´una  carga. Illo ye que, magar hizo ¡la de Dios! pa que ciarrara….  el que va ciarrase d´esta soy yo….  dientru  de la caxa………. -Home non  va a ser pa tantu, qu´iso  non ye cosa mala!……. Lo raru  ye que non cure dimpués  de pon  ´la faxa,  los emplastos ó les bizmes  en ´costazu y e´na  ´spalda,  que ye lu que manda siempre y escurro que te mandara. ¿Será ´ntós que non acierta  col´ “aquellu” que t´agafa? Vamos a ver: ¿Tú  qué sintes?  - Tanto ye lo que m´ avala,  qu´ a querer facéte ´storia  nin un añu m´ algamaba: Toy  floxu  y estallazáu  que non puedo con el alma; enllenóseme tó de manches  pe la frente  y pe la cara; endelgazo…. y agomito sobe tó pe la mañana;  delles veces  páz  qu´amorio  desque salgo de la cama; y el dolor de los reñones  non   me dexa  facer ñada; tengo ´l gustu tó ´stragáu  y non  com´ una migaya  más que dulces o petites y cosines d´antoxanza……..- Pos non sigues  más p´allantre  que la cosa tá bien clara…. ¡Tas igual que la mió Pepa!………. -¿Y qué tien? - ¡Tá  ´mbarazada!!!- Cuentiquinos del escañu, melecina casera.  Antonio García Oliveros. 


Rústica Marrullería
Por el caleyón abaxo de Perlora pa Coyanca, Pericón el de Maruxa vien cantando la praviana per delantre de les vaques, de la Pinta y de la Parda, que xuncides van tirando por el carro de la vianda. Los tenreros, les nuvielles, la Garbosa y la Galana, rebilincando van delantre de Perico que les fala pal corral, porque  se avera de la noche la somanta. Canta el carro, les esquiles, col repique  que acompaña  la canturria de Perico van marcando la sonata con el paso casimente del puntero de la gaita. Va contento Pericón qu´esmadreña con cachaza la llamuerga del camín, cual si fos per una  sala, tan ufano, satisfecho, fachendoso  de so facha, de su ficha, de su fecha, que non sabe lo que-i pasa. Trai colgando la zapica  del currión, y la guiada traíla en riba del costazo satisfecho de la traza que se dan los llabradores que refalfen una cuarta con los frutos de la tierra que se vienden e´na pllaza por un precio tan enorme como nunca se soñara. Cuando apara de cantar o de char una tonada  fala solo y col ganao: -Parta Pinta, parta Parda, ten Garbosa, ten Morica, ten Cordera, ten Gallarda…….. Pos siñor, así me salve vamos bien E na quintana sobra todo, de magar que, en dejándolo pa en casa lo que abonda y otro tanto  pa que nada faiga falta, tien un precio la cosecha , que, me caso con mi alma, hai que velo, Ye una mina por entero la labranza. La tenrera que a cuando renta pesos algara, val ágora mil pesetas como un cuarto. La jornada non se amasa la boroña, que se fai pan d´escanda; y ha tar tierno, que sinón casamiento non se marca mas qu´en sopes y cafeses, pel estilo de l´Habana. Una pita val dos pesos; val un güevo un rial de plata; los arbeyos, les pataques y les fabes y la grasa tan si precio, pa vendeles a lo que un-i dé la gana…. Si esto dura tan siquiera  siete meses y la parva, micro yo la casería, porque  l´ama tá empeñada, según diz hasta los güeyos casimiente de la cara sin que alga pa venir co la renta  que se-i paga Val bien eso de la guerra, con qu´el mundo s´esmigaya, pa dalgunos. Los que muerren , enterrándolos, abasta. Si unos muerren, viven otros; conque  al cabo, total pata. ¡Viv´Asturies! ¡Viva Cardo! ¡Viva el Valle! ¡Viva Pravia! hai que char la de coyer……… ¡Ixuxú! La Soberana. Agora val el que tien; el que tuvo non val nada. Dexó el canto Pericón, de repente, por la causa de que vió baxar al mérico del concejo  pe la carcoma del camín de la Llorona, caballero en burra blanca. Hai vexigues: el dolor  nin sosiega nin descansa; nin de día nin de noche, casimente non apara, y por eso vine el home de Tamón y  Llargozana. - Dios lo guarde, Pericón- diz el mérico. - Si cuadra, el Siñor lo guarde todo de la peste. -¿Vas pa casa? -Sí, siñor, ¿y vusté bien de vesita? Mucho gana cuando hai post´el cerujano: pero mialma lo trabaya…… - Si pagaren les vesites…. ¿Non i paguen? -Home, calla. Gana más un jornalero cuatro veces, por semana, que n´un año gana el mérico, aunque más enfermos haiga  que de payes el payar  tener puede cuando cuya la cosecha por entero de la erga. - Vaya, vaya, don Alfonso, por lo visto tá el negocio noramala…. Non se haga  probeta que dengún-i pide nada.  -Ye tan cierto  lo que digo, Pericón, me caso en Sama, como tres y dos son cinco y dos medies una vara Mas dexando  coses tristes que non valen una cádaba, ¿Tás ya  fuerte? - Si, siñor, y non tengo  pa pagaila  entodavía   la salú que-i la debo…….- D´eso, nada. ¿Cuál y´el xato, Pericón, que xurásteme na cama que habís dame si quiciavis de la muerte te apartaba? - Home, mire, don Alfonso, ¿quier tentáme? -Nin migaya. Son testigos los vecinos de que dist´ esa palabra. -Non lo niego que-i  la diera, Puede ser, que l´home fala delidiando  abondes veces… Pero  ¿dixe-i  eso, mialma? Taba malo por entero  cuando asina  delidiaba.  Marcos del Torniello. Obra Asturiana. 

El Banquete Mortuorio
Xa chiegan, Antona, vechus Pur el prau de la Vachina, Ya sigun  cuerren lus diablus, Traen floxa la barriga. Mialma nun sei si pa echus Habirá abonda cumida Qu´anque  nun son mas que diez Sei que cuemen mas que trinta. En estu salíu Antona, Pegando cada birrida, Que un xato que la escuitaba Churaba á chágrima viva. “¡Ay Bárbula de mia alma! ¡Ay Bárbula de mia vida!¡Qué mozu  me chevou Dious D´un dulurcin de barriga!” Ya si le chevara solu, Del mal el menus ainda; Peru chimpióume un garrafu  Que espanzóu pa dispidida De una patada Farrucu, Al dache la pirlisía, Cuandu ch´esquitou el alma Dispues de aquecha cumida.” Cheganun  n´estu  lus mozus, Ya á poucu  la cumpañía, Que entre mucheres ya viechus Lu menus venti sirían, Asentánunse á la mesa Cun toda la curtisía; Estoucinaban de afeitu; ¡Bona dentame tinian! Arrimeten á la xanta, Ya sin afluxar  la trincha  Deixan á Antona pur puertas Pa lus dias de su vida.  -“¡Brínduche! dixu el Reciu A Bárvula la Puntiga, Ya bebéuse dous cuartichus  De la primera imbestida. Agarrou Bárbula el xarru, Cuidando daque tenria, Ya al tupai el fondu secu, Hóubuche  á rumper la crisma; Que antes la galantiára, Rigalánduche sardinas, Ya dipués torcéulu el diablu, Ya casóuse cun Francisca. Embilórtanse lus dous; Peru tercianun  axina Antes que se esnandraxasen Qu´echa ye moza de xixa. Saltou nastoncias el Riescu, Ya afluxánduse la trincha, Pues nun cabe nus calzones, Diz que ches falou asina: “Morreu bien fartu  Farrucu; ¿Qué che faltou n´aquel dia?……..Cumu Farrucu  morreu  Cualquier vaqueiru  murría….. “Cuatru horas fai que cumemos, La nueite si vien incima…. Pa escanciar pur el camin Trai, Pachu, aquecha cabrita.  “Pesca, Xuan, un chacuncin; You  chivu  esta fugacina. Por si quiciás el estógamu Se afloxa cun la currida; “Que una chegua inda falta Pa chegar á la Vachina; Ya del cuerpo que nun cueme, Antona, el alma che esquita…. “Naide  se chimpie el focicu Pa que en la braña nus digan Que antruxamus bien: pardious, ¡Fartéistenus bien, amiga…….! “De güey  nun anu nus xuntes Pa fer outra montiría; Que si cum esta Farrucu Ñun riblincara achí arriba, “Enfórqueme el diablu, Antona; Si en el cielu hay xusticia. Ya cum estu, adious, mia nena…. Cacha, nun berres, mia ficha.”

La boda
Unda nun amanecera; Impricipiaban lus gachus A  cantar; dalgunus perrus Remungaban pur lu baxu: Las calandras ya lus niervus; Cuasi á chumbisas ´n el campu, Guminzabn á xiplar Un alburada de Mayu. La nueiti touvera fresca; Peru Xuaca ´n un vintanu Magar el guisu, esperaba La chegada del sou Pachu. Chadranun  reciu lus perrus, Lus paxarinus cachanun; Espurríu Xuaca el piscuezu, Cuntuvu el fuelgu, ya al cabu Parecieuche que escuitaba Achí acuchó cumu pasus; Meteuse nastoncia dientru: Seis menutos non pasanun, Cuandu sutruméuse toda Cun catorce escupetazus Que i sultanun á la ourecha Chamuscándula lus tacus. Ya dispués con ixuxús, Cun birridas ya cun saltus, Dénunche una sirinata Que nun si virá dacuandu. Féixuse Xuaca de nuevas; Asumouse pul furacu, Ya dixu: Quién aguardaba Que chegaseis tan timpranu! Vou abrirus, que untavía Tengu  la xente runcandu…. Entrou el primeiru Pachu Ya echa, pur afalagalu, Sultouche dos bufitones Ya tres plizcus en un brazu; El, cumu ye rigular, Nun quixu quedar de baxu: Vulveuche dous turniscadas; Dispués que se saludanun, Sacouches Xuaca la parva Ya ´n esto funon chegándu. Mas de vinti cunvidaus. Asumouse Fonsa al cuartu Ristrigánduse lus güechus, Ya dixu: Rapaces, vamus? Andrisin vinrá detrás Cun dous pecheyus ´n el machu. Ya agora, pa facer boca,  Vou á iscanciavus un vasu. Ibus lus mozus dilantre, Nun seya que, reblincandu Cun las mozas, nun cheguemus A la parroquia ´n un anu.  Impizou la purcision, Todus á pata ya andandu, Ya de dous cheguas se ouían Lus gritus ya escupetazus; De modu que lus más viechus, Si Dious  mi salve, cuidanun  Que yera outra Franciscada. Al subrin del Madrilanu Chevoi dous deus un pistolu Que che lu estañara Xuacu El de Ferreiro de Arganza, Tapánduche dous  furacus. Espatarrouse Anxilin, Que á poucu  lu chieva el diañu al estachai na vidaya  Un rivinton qu´el só hermanu  Che trouxera de Madril. Unda nun deran seis pasus, Cuandu estoupou  un rivólvere Esquitándui de la manu, Ya faciéndui  dous tutúmbanas A Xabilm el Chaparru…. Si nun chiegan á la iglesia, Sei que nun queda home sanu. Arricibíulos el cura, Rizánduches latinazus; Pouxénunches la surticha, Dénunse un puñau de cuartus. Xuncénunlus pur la nuca, Díxuches en castichanu  Una cousa que i chamaba La pistola de San Pablu, Que reza que la mucher Ye la muyer, ya ´l home el amu. Salénunse  bien cuntentus; Andoubu bien listu el xarru! Beichanun más de tres horas, Dénunse  abondus abrazus; Peru pa turnar pa casa, Nun si fonun tan dispaciu: Afluxárais la barriga, Ya asperaba el Madrilanu; ¡Qué extrañu  ye que lus probes Currieran cumu unus diablus! Cumu cuemen  lus vaqueirus ¿Sirá minister cuntalu¿Ricurdais á Farruqin? Pues achi houbu más de cuatru. Composiciones en dialeto vaquero . José M. Flórez y González. 

La araña es el sitio, la tierra, el lugar-morada del vaqueiro. Aquel vocablo, dice por la Academia, que se deriva del celta “breen” pasto con humedad; de “brava” lugar empinado. Si están las brañas en la cima de pequeñas montañas con pobres  habitaciones, algunos prados y reducidos huertos ahora, á donde se llega por estrechos senderos desde los pueblos del llano. Lo mismo el humilde lugar hacia la costa que el mas humilde del interior, al que emigran en verano, se llaman brañas, si los habitan vaqueiros, sin que esto estorbe a que, por extensión, igualmente se llaman alguna vez así los pastos veraniegos de otros concejos de Asturias, en que no viven vaqueiros. Las brañas legítimas son de la región occidental de Asturias, entre el Nalón y Navia, aunque algunas muy contadas se hallen fuera.  La pobre casa, continuación del establo en la braña de invierno, y la miserable choza  en la alzada del verano, constituyen el pueblo- albergue de estos legendarios pastores, hoy habitado más constantemente que en tiempos sin memorias, Ya en su  mayoría no quedan desiertas las bragas en los meses estivales  y solamente parten los ganados, cometidos a uno o dos guardianes de cada casa, mientras que antes, al decir del autor, la caravana era completa y aquellas desdeñadas gentes todo lo llevaban consigo desde el lugar de la marina al lugar del interior. 

Anton de Xico
N´el Prencipau d´Asturias, Más acá de la metada, Qu´e lo mismu que dicir Per onde ´l sol s´allevanta, Hay un pueblín ó un llugar, O como vos dé la gana, Cuyu nombre no haz al casu Pa ´l ojetu de mio parlla, Con mas jayas que vecines Y con más juentes que casas.  En esti maju llugar, No muy lluendi de l´entrada, Hay una casina nueva,  A la que casina llaman, Que tien al llau un güertin Donde Dios con abundancia, Con el ayuda del cuchu, Sos beneficios derrama, Pos da tou el añu berzas, Jabas de Mayu y patatas, Arbeyos y catadores, Cebollas, puerros y jabas Y, en fin, cuantu  heba que ar l´a disipo en dos patadas. En ´a casa un matrimoniu  Vive en paz de dios y en gracia Con cuatro soles de jíos  Que son la flor de la casa, Mas polos y más  tresnaos  Que los jiyos d´un Monarca, Porque, sea dichu en razón Y sin mentir en migaya, Nunca yos faltó compangu  Ni borona dientro l´arca.  Llámase  ´l maríu Antón Y so muyer Mari Xuana, y la recicla qu´el cielu Los dió pa bien de sos almas, Quiro se lama el primeru Y la segunda Colasa, El tercer Periquín, Y Nel el cuartu se llama.  Va á cumplir los venti Quiro Los deciocho Colasa,  Tien Perico deciseis Y Nel de catorce pasa. Quiro ya xuga á los bolos y cortexa á las rapazas, Va  á luchar cuando s´obres Y lo mismu: ra que salla, Frande  terrones y siega. Y de so padre en compaña, Va á todas las escapallas  En las que ningunu  i gana. A jacer riestras, que tevo. Y por ello á Dios da gracias. Un padre que pa enseña Las cosas de la Llabranza Nunca dexó  de ser jinete Ni anduvo con medias tazas, Colasa ya va á las jilas De so madre acompañada; Ella  e la que va ´l molín Y la que la torta masa, Pon al jueu y espuma l´olla, Frega y enjuga la casa, Llava cuando hay que llavar, Pon y quita la colada Y al diariu  de la fuente Trae dos ó tres jarradas. Sabe cortar escarpines Y pespuntiar unas sayas,  Jaz  las camas y la ropa  De sos hermanos repasas, Teniendo ´n  ella so madre, Como ella diz, una alhaxa  Y ya hay pe ´l pueblu un motín Que por ella se desnata. Periquín anda delantre Y va á tropa  la tonada, Mesa  ´l arrincu  ´n  el prau Y allenda  y cudia las vacas,  Y Nel, que tovía  l´ iscuela Dexó  jaz una semana, Ayuda  en tou lo que puede  A trabayar  á so hermana.  Probe era Antón al casase, Probe tamién era Xuana, Pero, como qu´el trabayu E de riqueza esperanza, Y el qu´e probe, trabayando Puede ser ricu mañana, Antón, a juercia do ajorros  Trabayos y malas caldas, Si no llegó á vese ricu, Al respetive no i falta Nada de cuantu apetez, Siendo siñor  de so casa. Y,  malhora, qu´e más ricu El con so probeza sana  Que más de cuatro señores Llenos d´orgullu y falancia: Que val más borona secu Anqu´beba jambre atrasada Que salpicón salpicáu Con las llacerías  del alma.  Jizo Antón  con sos ajorros So casina, la más maja Que , según la xente diz, Hay per aquella comarca. Tien abaxu  la bodega  Donde muy bien colocadas Vais á ver las jerramientas Al llabrador necesarias. Trencas y palas de dientes, Zarciellos, guinchos  y  zadas  Los lladrales  y el aladru, Maconas, cestas y zardas, Badiellu y tablas pa ´l carru, El podriellu y las guiadas, El hugu  con sos muhías, El sobeu y las campanas, Jorcas, pradiegas y joces,  El cachapu  y la guadaña, Las piértigas pa dimir Las nueces y las castañas, Jacha  pa jender la lleña,  Cuerda pa arbelar la carga Y otras cosas del oficiu Que solen ser necesarias. Pa dientro está la cocina  Con so masera  y so arca, El llar pa char  la borona  Y encima del llar  la zarda.  Donde esperan las mayucas Que ios llegue so sonada.  Pingando siempre so ´l llar  La clamillera  ajumada Que los rapaces no tocan Por mieu á mixar la cama.  El vasar está pa un llau, Pa´l  otru están las jarradas, En un rincón está ´l  arniu  Y en el mediu  está la banca. Xunta ´l  llar  una tayuela  Y cuatro ó cinco  roñadas  Y , espitau  en la parea,  El candil llena de grasa.  Arriba  tien la salina  Dada de blancu  y tillada  Con medi´ ocena  de sillas De maconeru  muy majas, Un taurete de madera,  So mesa de cuatro patas,  Trabuquera  y encaniellu,  Anqu´ esti  ya no  ja falta;  Santinos  pe las pareas, En los extremos  dos arcas, Riestras colgadas del techu,  Pinguinos  pe las ventanas Y n´el corredor  las  ollas  Donde  la llechi  haz nata. En los cuartos, que son dos,  Hay entre los dos tres camas Y en unu  durme  ´l tiu  Antón Con sos peazos  d´entraña Y en  el otru so muyer  Co la so jia  Colasa.  Una escalera de pasos,  A la parea arrimada, Ascensu  da pa ´l  desván  Que está ´l  probe á  tema  vana Donde guardan la porreta, Las nueces y las ablanas, L´oriéganu y los arbeyos, Las jabas  y las patatas.  Tien la corte del ganau  A la vera de la casa  Y en ella un par de xatinos  Viven  con un par de vacas Que dan manteguina  y llechi PLa comer todos á  jarta;  Y á más  unas diez  oveyas  Que dan á sos amos llana Pa medias y pa escarpines Y d´aqué  mantiellu  ó manta.  El cubil, en qu´está ´l  cochu,  Tienlu  al entrar  pa la cuadra  Y á la puerta d´l  el durernu Pa el  jariellu  y la esllavacia. So la corte esta ´l penal  En el que l´herba  se guarda,  El murau  está delantre Y detrás una cabada.  Junta  ´l  murau  está ´l  horriu,  Donde hay  riestras y manzanas,  Y co ´l  carru  que debaxu  Del horriu quietu  abocana  Completan de Antón de Xico  Lo que elli diz so Quintana.  Los señorones  del mundiu,  Qu´ entre placeres sin tasa,  Gastan abondu  el dineru Sin jallar  sosiegu  y  calma,  Dirán  al ver mió  rellatu, Que tou esto no val nada. ¡Ay!  val esto más qu´el oru,  Esto val mas que la plata,  Más  qu´ el mundiu  y  sos placeres, Que aquí está la paz del alma. En la quintana d´Antón Todo á su manera  canta:  Todo alegre allí s´ arríe, Todo allí recude  salvia.  Allí no pincha  el escayu De la concencia  gravada, Ni crez  la mala  jortiga, Ni salpica  la llamacia. ¡Ay! probe del qu´en el mundiu  So vida lixeru  acaba Sin una flor en so güertu, Sin una berza en so jaza,  Y cuando acuerda consigo  Non tien un pelu en so calva,  Ni una planicie en so frente, Ni un ñubladín  en so barba, Pero tien el corazón Todu desjechu en migajas !. A teya  vana. Angel  de la Moría. 

En el Acebo
Xuntáranse mas vaqueirus En el Acebo ´l outru anu Que pelus tien una cabra Ya fuechas vinti castañus.  Hóubulus de Buxinan, La Feltrosa ya Lus Chanus, Brindimiana ´l Acebal, De Cheiriecha ya ´l Rechanu….. Chegaban de todas partes; Ya tamien lus asturianus Facían bon formigueiru: Nun se cabía ´n el campu. Achí taban las de Cangas, Vendendu los bochus brancus, Escabeche ya rusquías. Cun lus percheyus ´n el carru Habia trinta tabiernas: Salía un tufu dacuandu De murluza que tustaban Ya de fabas cun muscanciu, Que rusucitaba un muertu. Unus prigonan rusarios, Outrus vienden augua fresca En xarrus prietus cun ramus; Lus ciegus tocan ya cantan, Lus tambores, ridublandu, Acumpañan á las gaitas; Ya todus falan tan altu, Que aquechu ye Babilonia. Las campanas impizanun A chamar la xente á misa; Lus del Acebal intramus; Ya tucandu lus pandeirus, Chevandu  un ramu bien maju, Cantamus tous esta xácara  Que sacou un madrilanu: “A la Virxen del Acebu Este ramu chi intrigamus, Pa que nus guarde las vacas Que nus críen bonus xatus.” Lus vaqueirus de Cheiriecha  Chevanun tamien un ramu; Peru nun valenun cousa Las coplas que chi cantanun.  Durou la misa una hora, La purcision un bon ratu: You esquitei las alforxas, Que taba mediu  burrachu De la solfa de la misa, Lus vuladores ya ´l flatu, Las birridas ya la bucha: Nun cuspía de sicañu. Atrapánunme  las mozas Cun la bota intri las manus; Ya, sin deixame siquiera Que rimuchase lus labius, Rifrigánunme el fucicu Cun natas ya queisu blandu. You imbilurtieme cun una, Ya intrambus lus dous rudamos, Púxichi de carantueña Una escudiecha de palu Que trouxeran con cuachada, Ya unda chi  quidaba algu; Peru cheganun las outras, Lus mozus tamien tircianun, Ya mialma que custou  trunfus Disfacer aquel cutarru.  Sintámunus á xantar, Ya cabu á nos lus de Ubachu:  Lus caniles nun paraban; Las botas, xarrus ya vasus Sicábanse tan axina; que asumiyaba milagru. Esguilaban lus feisuelus Pur lus gargüelus abaxu, Cuandu cheganun  dous mozus, (Yeran Pila, el de Lus Chanus Ya Picus de Buxinan)  Ya dixenun: ¿Nun beichamus? Alzánunse  tous de afeitu, Lus viechus ya lus muchachus: Yéramus vaqueirus solus, Nin siquiera un asturianu. Cantaban cun lus pandeirus La mucher del Marabayu Ya la ficha de Catorce, Peru tintoulas el diañu Indilgaches una copla A las rapazas de Ubachu, Que dicia:  (Así you miedre, Ainda me tembla el cuayu)  “Las muciquinas de Ubachu  Nun saben filar el cerru:  Ah mal anu para echas, Ya que bien peinan el pelu!” Armouse tal granizada De muquetes ya de palus, Patadas ya murdiscones, Que d´unu ya d´outro bandu Poucus  salienun en secu. Lus de Vachau ya Triscastru, Que yeran d´echus, gritaban: “ Agora vireis burrachus, Si en Ubachu  filan bien  La estoupa, el cerru, ya ´l cáñamu;! “ Ya acumpañaban las voces Cun abondus garrutazus. Nosoutrus, al cuntistaches, Tampoucu  yéramus mancus, Que dábamus  réciu ´n echus  Cumu  quien frada un castañu.  Quixu metese  pur mediu  El vistor de San Xulianu; Peru mayánunche el chombu  Cun ochu ou diez estacazus, Que lu tumbanun ´n  el suelu. Las mucheres  intri tantu  Esmesábense de afeitu: Sei que andaba sueltu el diablu. Gritou unu: ¡La xusticia! Ya tous  nus agazapamus; Peru Xuanin  de la Pinta Díxuches á lus cuntrarius: “Puede amarrase un vaqueiru, Si quereis, cun tres ou cuatru; Peru da diente cun diente, Cuandu  indilga un escribanu. “La pilutera acabouse; Vulvede de güey ´n un anu,  Ya mientristantu, que filen Las muciquinas de Ubachu. Composiciones en Dialecto Vaquero. José Florez y González. 






























































































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