Oviñana -Cabo Vidío-Playa de la Vallina- Playa de San Pedro.
-Dibujo carro de esquirpia. Dibujo de María Josefa Canellada.
-Los astures.
-La danza prima.
-Tradiciones y leyendas.
-Carta...?
-La flor del agua.
-El carro de esquirpia.
-El bable.
-La piedra de la serpiente.
Carro de esquirpia. Dibujo de María Josefa Canellada. |
En las Asturias, un territorio poco expuesto a las incursiones árabes o españolas, de siempre han existido los conceptos de seguridad personal y propiedad. Hay pocos ladrones, que que se morirían de hambre en estas pobres y enmarañadas montañas. En función de esto los campesinos, en lugar de apiñarse en busca de protección dentro de ciudades amuralladas, viven en pequeñas granjas y muy a menudo son los propietarios de las tierras que cultivan. Los trajes de las clases bajas son de estilo suizo; las mujeres, cuando lucen sus mejores galas, se visten con corpiños amarillos o verdes que atan en la parte delantera y adornan con joyas de oro y collares de coral. Colocan sobre sus cabezas toquillas de colores oscuros y mantones negros o dengues; a veces utilizan bonitos pañuelos que atan fuertemente sobre la frente, mientras que el cabello cuelga hacia atrás en largas coletas o trenzas. Las bastas madreñas gallegas o zuecos -zapatos de madera -, son aquí sustituidos por zapatos de cuero, y también se lleva un pequeño calcetín, rematado en rojo o amarillo, por encima de las medias. Los hombres portan generalmente gorras blancas de fieltro, con el forro de color verde, y disfrutan con el juego de los bolos. De cuerpos robustos y costumbres ancestrales. Los sencillos nativos mantienen formas de vida heredadas de los viejos hábitos y que sólo perduran en estos lugares. Aquel que sienta curiosidad por las costumbres locales podría remitirse a sus medidas y colonias, o escapularios salpicados de imágenes considerados filacterías o talismanes -podría escuchar los cuentos de las xanas, hadas indiscretas o geniecillos - podría atender a filas o reuniones donde los hombres se divierten mientras que las mujeres hilan, o debería acudir a las esfoyazas, cuando los tallos del maíz son escogidos y limpiados de desechos. Podrían compartir la fiesta de Ramos o los rebosantes platos de comida o probar la oblada, ofrenda propia de los funerales donde los sacerdotes disfrutan de los mejores lugares, disponen de lo ofrecido y se guardan lo recaudado como si se tratara de su pitanza. El miedo al mal de ojo está muy presente, pero para ellos el remedio lo constituye la bebida procedente del afeitado del cuerno del venado, y es claramente en el asta donde se localiza la antigua fascinación fálica. En relación con estos y otros usos locales consúltese la obra Recuerdos de un Viaje por España, capítulo 7 y … vol I, Madrid 1849. Ambos sexos son amables, civilizados y educados, especialmente las mujeres, gentiles y atentas con los desconocidos. Sus casas pueden ser incluso humildes y sus ropas hogareñas, pero, lejos de las ciudades, las mejores cualidades de sus corazones no han sido nunca viciadas. Aquellos que no abandonan el lugar permanecen pobres, trabajan duramente y están mal alimentados, tanto los hombres como las mujeres jóvenes y adultos. Son más propensos a padecer broncocele o bocio, papera, lamparon o mal de la rosa, un tipo de escorbuto erisipelatoso, que algunos atribuyen a una insuficiencia de higiene y de vida sana, y otras a las frías sombras de las húmedas montañas, que privan a la piel de la acción estimulante del sol.
Las carreteras en Asturias, muy similares a las de Galicia, recuerdan más a los tiempos de Adán que a los de MacAdam; la fuerza locomotriz principal es la jaca, la mula o el asno, ya que las carreteras, no son adecuadas para otros transportes mas que para el carro de la Osa Mayor. La gran antigüedad de sus símbolos queda de manifiesto en los primitivos nombres de sus parroquias y en sus extraños y pintorescos santos que hacen de sus protectores, aunque sean desconocidos o hayan quedado obsoletos en cualquier otro lugar. Abandonados en su pobreza, preservados para los arqueólogos y fuera de los caminos de los ricos prelados modernistas, quedaron como fósiles de un estrato eclesiástico inicial.
El dialecto hablado por el campesinado, que defiere del de Galicia y se llama bable, fue uno de los primeros acercamientos del godo-hispánico hacia el romance y la actual lengua castellana. Es lamentable que ningún diligente alemán haya recogido o compilado los restos de esta habla, ya sea en refranes o romances, puesto que en estos, al ser el germen de una lengua, se conservan sin duda muchas reliquias curiosas de la historia y costumbres del pasado. El investigador puede consultar, en relación con esta provincia, Antigüedades y cosas memorables del Principado de Asturias, de Luis Alfonso de Carballo, y Asturias ilustrada, de José Trelles Villademoros. Viaje por Galicia y Asturias. Richard Ford. -
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Los Astures
Los astures se distinguían de los demás por su carácter altivo y belicoso, conservándose únicamente de sus primitivas costumbres las escasas noticias que nos ha trasmitido Estrabón. Según éste geógrafo eran los astures muy sobrios en comer, beber y vestir, tenían grande veneración y respeto por los mayores de edad, dándoles en todas las reuniones un preferente y distinguido lugar. Exponían a los enfermos en los caminos públicos con el laudable objeto de que si pasaba por aquellos sitios alguna persona que hubiera padecido la misma enfermedad, pudiera propinarles el remedio con que sanaría. Usaban en la guerra de espada, lanza y escudo, y de barcos de cuero en la navegación de sus costas; adoraban a un dios sin nombre a quien tributaban el culto y celebraban bulliciosas fiestas la noche del plenilunio; contraían matrimonio a estilo de los griegos, y tenían ciertas leyes para su gobierno, haciéndose únicamente mención de la severidad con que se castigaba a los autores de grandes crímenes, los cuales eran precipitados desde los picos más elevados de las rocas; los parricidas eran conducidos fuera del territorio, y después de apedreados en las márgenes de los ríos era sumergido su cadáver en las ondas. Pero ¿qué tribunales o magistrados eran los encargados de administrar la justicia y de aplicar tan terribles penas? Esto es lo que no han podido alcanzar nuestras investigaciones, porque los antiguos escritores que tanto se afanaron en describir encuentros y batallas entre diferentes regiones que ocupaban la península ibérica, no se detuvieron a examinar y meditar sobre los elementos que venían a formar la organización especial de su gobierno, y de aquí la ignorancia de sus leyes, de sus costumbres, de sus magistrados y jueces y de todo lo perteneciente a la administración de justicia en aquellas remotas edades. De presumir es, que en pueblos esencialmente guerreros, como eran los astures, hubiera en su extenso y vasto territorio jefes o caudillos de elección popular que en el momento del peligro excitaran el entusiasmo de los naturales y les llevaran a combate…….
Matías Sangrador y Vítores. (s. XIX)- Asturias vista por viajeros. Tomo III.-
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Los casamientos ofrecen varias particularidades, estando muy en uso la llamada rebodo. Alguno días antes de la ceremonia nupcial, la novia acompañada de su madrina, recorre todas las caserías del territorio en que vive, y al dar parte de su casamiento ofrece un polvo de tabaco de una caja de plata que en la mano lleva. Todo el que acepta está obligado a contribuir para el dote con un presente, que suele consistir en grano, dinero ó alguna pieza de ropa. El banquete tiene lugar en la casa de los padres de la desposada, y apenas terminado, se deposita la dote y menaje, entre el que se cuenta el lecho nupcial, adornado lo mejor posible, en un carro de bueyes, que precedido de la gaita y coheteros, y seguido de los novios, sus amigos y parientes, se dirige a la casa que aquellos van a habitar, y allí se celebra la tornaboda con baile y cena. Es una galantería, casi obligatoria, hacer los desposados durante el primer año de matrimonio una peregrinación a Covadonga, y presentar a la Virgen alguna ofrenda que las mas veces consiste en una medida de grano. También hacen muchas jóvenes solteras este devoto viaje, y beben con fé del agua que brota bajo de la cueva de Pelayo, creyendo así encontrar marido en el preciso término de un año. A esta conseja alude el canto :
¡Ho vírgen de Covadonga,
Bien de veras te lo digo
Que no vengo mas á veros
Hasta que me deis marido.
Las filas son la tertulia de la aldea. En las largas noches del invierno se reúnen a hilar todas las mujeres, en tanto que los mozos, usando de la frase del país, las galantean; y las ancianas refieren antiguas leyendas de moros encantados, ó de las batallas del Rey Pelayo, al que en Asturias no se nombra jamás con otro dictado que el de Infante. Para los gastos del alumbrado de la fila contribuyen los concurrentes con una cortísima retribución semanal.
Las esfoyazas son otras reuniones que ofrecen gran diversión a los campesinos y tienen por objeto despojar de las hojas inútiles a las espigas de maíz y enlazar estas unas con otras, a lo que se llama enristrar. En tanto dura la esfoyaza, se suceden sin intermisión los cantos y los cuentos, y terminada, se celebra con bailes y una ligera refacción de frutas y sidra. -
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Carta……?
-Canta, pega; canta, pega,
canta na figal del guertu,
qu´anque ´l capellán lo niega,
respondo de que ye ciertu
que, si cantes, carta llega.
-
Carta de Lin…..! Al salir
del puertu de Santander
miániques cudié morir…!
¡Güeyos que lu vierun dir
cuándo lu verán golver!
-
Dendes qu´ el se fo á l´Habana
escureció atristayau
el sol en la mió quintana….
y quedó como axelau
el rosal de la ventana
-
Quiero cantar pa ´sparcer,
y ¡non sé….! Debo tener
un cuélebre ´n corazón
que m´escomienza á morder
cuand´ antao la canción!
-
¡Y tóo por el dineru…
Lin quier ser un fanagueru
pa comer pan y folgar….
y al home, y al formigueru
Dios yos mandó trabayar!
-
Canta, pega; bien decía
Pepe de Pin de Piloña,
que solamientre quería
pa l´alma una romería,
y para ´l cuerpu, boroña.
-
Canta, pega, muchas veces,
y si llega la cartina
darete figos y nueces,
y darete una cestina
de fresones y cereces.
………….
Cantó la pega y marchó;
pero ¿vieno carta al fin?
Non, y ó non l´escibió Lin,
qu´hay quien diz que no ´scribió,
ó perdióse nel camín.
Bernardo Acevedo y Huelves. Almanaque Asturiano de el Carbayón. 1895.-
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La flor del agua
Mañanita de San Juan / cuando el sol alboreaba,
la Virgen Santa María / de los cielos abajaba
con una candela encesa / y un libro po ´l que rezaba;
con un ramito en las manos / para bendecir el agua.
Después que la bendició, / lavó su bendita cara;
y, después que la lavó, / estas palabras hablara:
-Bendita sea la doncella / que aquí viniera por agua;
que la llevará bendita, / llevarála consagrada.-
La hija del Rey lo oyera / del su cuarto donde estaba;
muy á prisa se vestía / muy á prisa se calzaba,
y muy á prisa llegó / donde la Virgen estaba.
- ¿Quién eres, hija querida; / quién eres, hija galana?
-Soy hija del rey, Señora; / vengo por la flor del agua.
-Si fueras hija del rey / vinieras acompañada,
de condeses y condesas / andivieras arrodeada.
Non lo fice así, Señora, / por venir más de mañana.
¡Buena compaña encontré, / tan buena no la esperaba!
-¡Como la encontraste buena, / pudieras hallarla mala;
que una mala compañía / hace á una mujer ser mala.
-Diga, diga Señora, / ¿dónde llevaré yo el agua?
-Llevaráslo tú doncella, / ´n el regazo de tu saya
y también la llevarás / en mangas de tu delgada.
La doncella como es noble / un jarro de oro llevaba;
cuando lo metió en la fuente / se volvió flor del agua.
La doncella, que la vio, / cayó en tierra desmayada.
-Non te desmayes, doncella; / non te desmayes, galana;
que yo soy la Virgen pura, / soy la Virgen soberana.
-Diga, diga la Señora, / si tengo de ser casada…..
-Casadita, sí por cierto, / pero bien aventurada.
Has de tener siete infantes, / los siete Infantes de Lara:
los ha de matar el Turco, / un lunes por la mañana.
Aunque te los mate todos, / non te llames desdichada;
que has de tener una hija / monjita de Santa Clara.
En teniendo aquella hija / te tengo arrancar el alma,
y te llevaré á los cielos / en silla de oro sentada.
J. Menéndez Pidal.-
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Asturias
En Asturias apenas hay, pues, eucaliptus. Los viejos monarcas de la selva astur aguantan el flanco oriental con ejemplar denuedo y oponen a la invasión los compactos castañares, los ansares apretados de alisos y sauces. Y los duros robles de los que se hacían quillas de naos para la carrera de las Indiasl……..
Victor de la Serna (896-1958). Asturias vista por viajeros. Tomo III.-
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El bable
I
Gústesme porque yes probe,
tan probina como vieya,
fabla dulce de mió Asturies,
encanto de la mió tierra.
Gústesme proque, homildica,
como l´homilde violeta,
que non piensa ´n ser carbayu
nin pino, nin clavelera,
vives como fai mil años
escondida nas aldeas,
sin apetecer les gales
nin cobiciar la riqueza
de to fíu ´l castillano
que t´escarnez y disprecia.
II
¡To fiu!…..¡Medráu ´stá
esi ´ngratucu fachenda!
Fosi munchos años fa
de la quintana ú naciera,
y con dotores y sabios
trabó amistá ´n otra tierra;
y ¡mal añu! inchose tanto
de vanidá y soberbia
que non quier llamate má
el mazcayu, por vergüenza….
como si non foeses tú,
anque probe y anque vieya,
cien veces mas noble q´il
y que toa la Cademia.
III
Dicen q´está ricu…… ¡al diañu
doi yo toa su riqueza!
Robóte les gargantílles
que tien, llatines y griegas;
cuando tú matabes moros
con fóces, palos y piedras,
deprendía él sos lladríos
padir lladrando á Castiella:
más tarde garró goxáes
de xiringonza francesa
y ahí lu tienes, que non sabe
de ú ye, ni aonde s´alcuentra.
Quien lu arrepare non diz
que tal madre ´n tí tuviera,
porq´ il ye mar cenagosu,
traidor y amargu ´n concencia,
y tú yes regatu mansu
de corriente clara y fresca,
onde se miren les flores
y los ablanos s´espeyan
y onde texe filos d´oro
la xana zaragatera.
IV
¡Que lu fala Castelar
y que Cervantes lu enseña!
¿Y qué? ¿Por eso ye bono
el castillán?…. ¡Ya quixera!
Cervantes y Castelar
falarín faciendu señas,
que lo gande de lus dos
non ye ´l verbo, ye la idea;
y anque ´sto non fora ansina,
cuánto illos más grandes fueran
si su pensar engarzasen
en la fabla de mió tierra
blandina, dulce, sabrosa
como la miel de l´abeya.
Facer una gran estauta
teniendo gran ferramienta
non ye, pa Dios nin pal mundo,
nin nunca fó, una gran cencia;
el méritu ´stá en que salga
con una navaya vieya,
y…… salen, porque lo dicen
nel Niño enfermo Caveda,
nel Cantar….. Xuan Acebal,
na Danza Tiadoru Cuesta;
Tiadoru, esi namoradu
del bable, esi gran poeta
que tien más premios ganaos
q´hay en el cielo d´estrellas.
V
Non, castillanos, non; mi alma,
por más que í-déis cien vueltas,
vuestra llengua fiede á moro,
y á cuchu francés apiesta,
mientres q´el vieyu llatin
solo arreciende la nuestra.
¡Ay! si como ye de pura
tuviés un poco de fuerza,
s´erguiés y se cepillara
vistiéndose á la moderna,
sería río caudalosu
d´agua traspariente y fresca
y non se trocara nunca
enjamás per otra llengua.
El castillano ¿qué yé?
¡Don Naide Muncha-fachenda!
Que güelva á Francia el francés
que se metió por Castiella,
y al moro güelva lo moro,
y el inglés á Ingalaterra;
que quede ´strañu l´strañu,
¡y á ver, dempués, que i queda!
VI
Quiérote, bable, y non sé
remediar esta querencia;
quiérote porque yes probe…..
Siempre mi atrae la pobreza
cuando ye, como tú, suave
y sencillina y melguera.
Bernardo Acevedo.
Almanaque Asturiano el Carbayón. 1890.-
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Vestiu de asturianin
Semellava una moñeca;
Fincábase en el garrote,
Entornaba la montera.
La chaqueta al recostín,
La camisa muy abierta;
Si toviera pelu en pechu
Fora mozu de la aldea.-
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La piedra de la serpiente
En el distrito de Cangas de Onís se padeció uno de los años pasados la epidemia de unos carbunclos pestilenciales, que infaliblemente llevaban a la sepultura a los que eran atacados de ellos. Hablando un cirujano, que asistía como podía a los enfermos, con don Antonio Duque, caballero principalísimo de aquel partido, sobre tal estrago, y afirmándole que aquellos carbunclos eran sin duda venenosos, pues nadie escapaba, le dixo a don Antonio que tenía una piedra de experimentada eficacia contra toda mordedura venenosa, y acaso tendría también virtud contra aquella distinta especie de veneno. Sobre éste, al parecer levísimo fundamento, se fue aplicando la piedra a muchos infestados de los carbunclos, y todos sanaron, muriendo al mismo tiempo los que no lograron este beneficio. En las cercanías de Villaviciosa, lugar distante siete leguas de esta ciudad de Oviedo, fueron mordidos dos hombres por un lobo furioso. El que más padeció esta hostilidad, porque fue herido, no sólo en una, sino en distintas partes, acudió a un caballero de aquella villa, llamado D. Pedro de Peón, el cual, sobre otros bellos talentos de que es adornado, posee un conocimiento nada vulgar en materia de medicina; preguntándole, ¿qué remedio podría aprovecharle? No ignoraba dicho caballero que cuantos se leen en los libros para la hidrofobia, o mal de rabia, cada día se experimentan inútiles; y acaso sabría también que el célebre Boerhave los desprecia a todos, afirmando, que aun no se ha descubierto alguno, que lo sea para esta horrible dolencia. Así le dixo al herido, que no sabía remedio alguno para su mal; pero nada se aventuraba en probar en él unas piedras que tenía, con que se curaban las mordeduras de las culebras, y otras sabandijas venenosas. En efecto, las aplicó una en cada herida. Sin más diligencia se curó perfectamente, y el compañero, que había sido menos herido, rabió y murió. Fray Benito Jerónimo Feijóo. (1676-1764). Asturias vista por viajeros. Tomo I.-
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