Ruta molinos del Profundu (Villaviciosa)
Refranes asturianos alusivos al molín
- A fornada del mezquín, vay dúas veces al molín.
- A la fuente y al molín, derramay un poquiñín.
- Al molín y a la muyer siempre yos falta algún menester.
- Camín del molín, val más la atadura que ´l trigo.
- Con agua del molín, la molinera engorda ´l coín.
- El que en casa almuerza en el molín cena.
- Molín que non tien maquila ye como güé sin esquila.
- Molín parau, non gana.
- Rabila más Manolín que la rueda d´un molín.
- Val más ser amu de un molín que criau d´un palaciu.
- Al llende y al molín, siempre va el más roín.
- Co ´l cigarru ´ncendíu fui pal molín; apagóse ´l cigarru y perdí ´l camín.-
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“…. las montañas que por todas partes cercan a las Asturias….y quien las ha visto entiende cuán grande hazaña es pasarlas en tal sazón, con un ejército para meterse en tierras de sus enemigos….; hay tales montañas que no es nada me hayan parecido a mi extrañas en ser altas y fragosas si no hubiese oído a personas que lo han andado todo, cómo de aquí a Alemaña no las ay más terribles”…..
El hombre primitivo (y los astures son primitivos todavía) tuvo una concepción dramática de la naturaleza. Cada elemento de esa naturaleza, que el hombre de hoy acostumbra a ver como algo indiferente y alejado, es para el hombre primitivo algo directo y emocional, unido a su propio vivir, ligado a su vida misma. Aún no hace muchos años, cuando mi abuela veía acercarse una tormenta, trazaba una cruz con la ceniza de la fornica ante la puerta de la casa para espantar la ñube o el ñuberu.
Es muy fuerte la ligazón entre el sitio, el ambiente y lo que pasa en él. Y eso no se deshace fácilmente. Hay que ver el Pielgu Negru desde las orillas del río Piloña, y recordar allí “las leyendas trágicas que saben en Infiesto” para de verdad apresurar el paso y pasar en silencio.
Por otra parte, queda el espacio, el hueco, el sitio mismo en que estas tradiciones vivieron: quedan los castañeos oscuros, la medrosísima sombra inexplicable de les riegues en total verde-semi-oscuridad permanente. Y el mismo castañeu, con sus árboles huecos, bosque lleno de ruidos incógnitos o de silencios angustiosos. El castañeu ya era así en el tiempo del comienzo y sigue siendo así. -
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Las Atalayas
La pálida luna
preside la fiesta;
esa luz de las sombras amiga,
de estúpido rostro, de faz macilenta.
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Esa luna que ostenta en su disco
de luz medio muerta,
negras manchas, que en ella parecen
las runas que artera
descifraba Wola,
la decrépita saga del Edda.
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Esa luna que el druida invocaba,
extendiendo la mano hacia ella,
murmurando del rito sagrado
palabras secretas.
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Esa luna que orlaba de fuego.
las nubes aquellas
en que Ossian el Eskalda miraba
pasar con pereza
de Fingel y Malvina las sombras
errando del éter en la calma eterna.
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Esa luna de faz arrugada
cual vieja hechicera,
dormitando del cielo en la altura,
preside la fiesta.
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Ella tiñe de luz melancólica
el valle y la selva,
y al bañarlos su luz moribunda
ideales contornos les presta.
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A su fulgor, crecen
gigantes las sierras,
se retuercen las hayas del monte,
y séres medrosos sus troncos semejan.
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Los negros pantanos,
las fuentes serenas
del bosque escondido,
que mohosos peñones sombrean,
fosforecen con lívida llama
de lumbre siniestra:
los ríos son fuego,
cristales las peñas,
é invisibles fantasmas cabalgan
en fugaces girones de niebla.
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Cuando el gallo negro
que habita en la selva
canta á media noche,
los génios despiertan:
asoma algun duende
su enorme cabeza,
de la gruta en que yace escondido,
por la rota quiebra;
y al ver el silencio
reinar por doquiera,
con sonora y fugaz carcajada
dá la voz de alerta.
Los demás espíritus
á lo lejos repiten la seña.
Y en sus formas sutiles envueltos
recorren la tierra.
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El soto pelado
que zarzas rodean
y alumbra la luna
con luz soñolienta,
cual la agonizante
de una candileja;
al sonar de aquel gallo los cantos,
de brujas se puebla,
que á caballo de sucias escobas
del aire descienden con sombras envueltas;
y allí el aquelarre,
retozando en fantástica rueda,
ahulla y se inclina,
con extrañas ridículas muecs,
en redor de aquel Macho cabrío
que rúmia impasible mirando la escena.
-
De las claras fuentes
que bajo las peñas,
y entre plantas y sombras ocultas,
con monótono són gorgolean,
surgiendo las xanas,
allí prisioneras
de algún moro al poder misterioso,
se ponen en vela
á la margen del agua lavando
del oro más puro brillantes madejas;
y entre tanto, con voz melodiosa
y en dulces cantares, relatan su pena.
-
Las errantes almas
de los muertos, llegan
al calor del rescoldo humeante
que aún dan las hogueras.
-
Danzando los duendes,
en las rocas torcidas y escuetas,
del monte las cumbres
ú su rudo compás bambolean.
-
Y las Atalayas,
gentiles doncellas
que encantadas mansiones habitan
ocultas en cuevas,
arden hoy como llamas azules
entre la maleza,
y violetas de fuego parecen
que al paso del áura se agitan y tiemblan.
-
Así como el sueño
que embarga la idea,
produce en el alma
visiones etéreas,
séres intangibles,
de ignota existencia,
que son realidades y puras quimeras;
así, cuando duerme
la Naturaleza,
en la noche aún serena y tranquila,
las sombras engendran
esos vanos terribles fantasmas
de luz y tinieblas,
que se agitan cual sueños del mundo;
terrores que pasan si el mundo despierta.
Juan Menéndez Pidal. Diciembre de 1883.
Almanaque asturiano el Carbayón. 1884.-
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El probe y los diablos
A un probe que andaba pidiendo limosna, llegó-y la noche al pie d´un molín. Entró ´nél y después de rezá ´l rosariu, echóse na monxeca.
A la media noche llegó al molín el diablu mayor y los diablinos y sentárense nos sacos de maíz pa facer conceyu.
-¿Que ganasti hoy, ´preguntó-y el diablu al más pequeñu.
-Gané una corona.
-¿Y tú? -preguntó-y a otru.
-Yo gané l´alma d´una señora qu´está muy mala, pues gracies a mín, va a morrer sin confesase. Nadie acierta co la melicina que la puede sanar. Ye muy fácil. Si toma tres taces de lleche de cabra prieta, sana enseguida. Y si no la toma, muerre y llévala el diablu.
Fueren corriendo a buscar les tres taces de lleche, diéron-yles y sanó enseguida. La señora, al vese sana, dió-y al probe una casa, tierres y ganáu. Un día acercóse a pidir a la puerte un hombre que reconoció al dueñu de la casa, y díxoi:
-Ma, entós ¿tú no eres aquel qu´andaba pidiendo como yo pido ahora?
-Sí, soy yo, pero no estés a la puerte, entra na mió casa y cenarás con nosotros, y dormirás en buena cama.
Después de cener preguntó-y el probe al dueñu de la casa:
-¿Cómo te arreglasti pa salir de probe?
-Durmiendo una noche na monxeca del molín del robledal.
A la noche siguiente, el probe fúi pa ´l molín del robledal, echóse na monxeca, y pónxose a dormir en sin rezar el rosariu. Al pocu llegaren los diablos y fexeron el conceyu:
¿Qué ganasti hoy? -preguntó-y el diablu mayor a un de los piquiñinos.
-Un copín y unes nueces.
-¿Y tú? -preguntó-y a otru
-Yo, dos copinos d´ablanes.
-¿Y qué faremos con tantes ablanes y ñueces?
-Cascales encima les ñalgues del qu´está durmiendo na monxeca. Sacáronlu d´ellí, y toa la noche ´stuvieren franciendo ñueces y ablanes encima de les so ñalgues.
Cuentos populares asturianos. María Josefa Canellada.-
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Cuntaba mi güela, que en una ocasión que fué mi güelu y otru paisanu a buscar el agua de Fresnosa. Y al salir pe la tardi dixo mi güela:
-Dir con Dios.
Y ellos contestaren: _O col diablu.
Cuando diben a mitá ´l camín oyeren nun molín música y folixa y muncha iluminación. Acercárense al molín y entraren. Ellí non encontraren a naide. Taba tou deshabitau. Pero oyeren algo como un bramíu, y vieren que al mismu tiempu saltaba una cabra del teyau.
Era el diañu burllón.
Folklore de Asturias. María Josefa Canellada.-
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Los molinos en Asturias
Ocupan de ordinario situación pintoresca y merecen la reproducción del pincel del artista; y los hay de construcción tan original y rudimentaria, con su arcaduz de mohoso ahuecado tronco, su perímetro liliputiense, su caperuza de choza, su tosquísimo artefacto, que casi mueven a risa al verlos a horcajadas, y en guisa de coloso de Rodas, sobre el cauce, casi ahogado por el ramaje de las orillas, en que juega el agua bulliciosa……..
Monografía de Asturias. Félix de Aramburu y Zuloaga.-1899-
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En el molino
En la actualidad no hay tanta animación como hubo antaño en las molinadas nocturnas.
Ancianas, mozas y mozos, se reunían en el molino para moler su grano. Y mientras la oscilante tarabica movía el cuernu para que cayera el grano sobre el frayón, y la muela giraba y despedía la blanca harina por medio de la fuerza centrífuga, y todo aquel armatoste trepidaba, los jóvenes de antaño, como los de ahora, arrullados por el ruido de los molares y del agua, entonan canciones “molineras”:
-Vente conmigo a la fuente
que está detrás del molino,
y al son del agua que corre
háblame de tu cariño.
Estoy ronco arronquecido,
arronquecí en el molino,
no sé si fue la parola
si el serenito del río.
Los molinos están construidos en sitios solitarios, al cobijo de un peñasco, o en la cañada umbría. Y la fantasía popular, ha forjado en ellos, durante las molinadas nocturnas, infinidad de cuentos supersticiosos.
La siguiente copla señala la situación de los molinos y confirma que en ellos se pela la pava:
Los molinos no son casas,
porque están por los regueros,
son cuartitos retirados
para los mozos solteros.
Del Folklore Asturiano. Aurelio de Llano Roza de Ampudia.-
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Los molinos nun son cases
porque tán pelos regueros,
son cuartinos retiraos
pa los mozos solteros.
………………….
Vente comigo al molín
y sedrás la mio molinera,
echarás el trigu arriba
mentres yo pico la muela.
……..
Esta nueche fui al molín,
nun perdí la caminada,
dormí cola molinera
y molí lo que llevaba.
……………..
Tengo que dir al molín,
al molín de le moces
y tengo que maquilar
una de les más hermoses.
………
Esta nueche voi dir
al molín, molinera,
a ver una neña roxa
que nel molín se queda.
…………….
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El Molín
Onde hai fabes hai maíz
onde hai maíz hai panera
onde hai panera hai molín
onde molín molinera.
……….
En el güertu de la casa
chucuría un paxarín,
muxe na cuadra una vaca,
lladra un perru nel camín,
canta ´l gallón mañaniru
so agudu quiquiriquí
y, mui lloñe ruxe ´l ruíu
de la ranga del molín.
…..
Y al lado del molino
llorando la encontré,
como era tan guapina
de ella m´enamoré
enamoréme de noche
y la luna me engañó,
otra vez que m´enamore
será de día y con sol
¡no será de noche, no!
……….
A la puerta del molín
hay un ratón en madreñes
mirando la molinera
cómo maquila los fuelles.
……..
Roxa como una pavida,
tienra, ñidia y colorada
yera Inés la Moliñera
cuando casó con Maraxa,
un maguetón más celosu
que gallu de pura castra,
arteru como ´l raposu
estornilláu, fuín y mandria;
que fartucu de trebeyos,
cancallos y moxiganga
entamó ´l condenáu d´elli
de confesar la rapaza,
entrugándo-y por cuestiones
de la so vida pasada,
fasta que la pobre neña
dexóse cayer na trampa,
cuntándo-y daqué folixa,
que non cumpliera cuntalla;
y ansina que ´l maguetón
deprendió lo qu´entrugaba,
llanzando fanfarronaes,
salióse pa la corrada
y encañudó: -Que yo sépia
denguno m´allugó albarda
nin con cornal, nin sobéu
me cincho de calabaza,
con que ahí dexo al que venga,
facienda, muyer y casa,
que yo empobino hora mesmo
derechicu pa l´Habana.
…………..
El galán que m´adora
ye molinero,
ta preso per mio causa,
¡munchu lu quiero!.
……………….
Aunque la Virgen sea molinera, muela yo la mio cebera.
………..
Materiales d´antropoloxía. Alejandro Miyares Fernández.
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