La Villa (Quirós)
La Villa : Barrio de la parroquia de Salcedo. |
El Faro
Desde la altura del faro
Irradia la luz tranquila,
Y á toda ansiosa pupila
Refugio brinda y amparo;
Y cuando el sol aparece
Se contempla el mar inmenso,
Que deja el alma en suspenso
Y el corazón estremece.
Que habla de la eternidad,
De lo vago y lo remoto,
Donde perece el piloto
Si arrecia la tempestad.
Como naufraga en la vida,
Cuando la pasión estalla,
El corazón que batalla
Ya sin norte y sin egida.
Mar en aparente calma,
Pasión que el deber contiene,
¡Dichoso aquel que no tiene
Tempestades en el alma!!
¡Dichoso aquel que vegeta
Como la planta en el suelo,
Y no ansía alzar su vuelo
Con las alas del poeta!
Mas, ¿dónde está la ventura?
De la tierra y los pantanos
Brotan vapores insanos,
Y el rayo nace en la altura.
Ni el hombre es planta rastrera
Ni águila para volar;
La ley que sujeta al mar
También sobre los hombres impera.
Antes que el sol esplendente
Bañara el suelo que habita,
Esa ley estaba escrita
De Dios eterno en la mente.
En leve dique de arena
Se abate el mar iracundo,
Y el genio que rindió al mundo
Fué á estrellarse en Santa Elena.
¡Soberbia de los que oprimen!
¡Loca ambición de brillar!
Ni toda el agua del mar
Borra la mancha de un crimen.
Que del mundo en la inclemencia
Brillando sobre el abismo,
El hombre lleva en sí mismo
El faro de la conciencia.
Emilia Mijares de Real.
La Ilustración Gallega y Asturiana. Madrid 18 de Febrero de 1880. Tomo II. Nº 5.-
Bernaldo del Carpio
Íbase por un camino
el valiente Don Bernaldo;
todo vestido de luto,
negro tambien el caballo:
por los cascos echa sangre,
y sangre por el bocado.
Con la prisa que traia,
atrás deja los criados.
Viéralo pasar su tío,
y á un meson fuera alcanzarlo.
-Don Bernaldo ¿dónde vás,
que así vienes preparado
con una espada en la mano
y otra en el cinto colgando?
-Voy libertar a mi padre,
que dicen que van á ahorcarlo.
-Don Bernaldo, sube, sube;
tomaremos un bocado.
-Maldita la cosa quiero
hasta verlo litertado.-
Entre que ambos descansaban,
volvieron ya los criados.
Nadie le daba razón
de donde estaba su amo,
sinon porque conocieron
el relincho del caballo.
-¿Don Bernaldo dónde está?
-Don Bernaldo está ocupado,
que está comiendo y bebiendo
y un momento descansando.
-Dígale que se dé prisa,
que á su padre van á ahorcarlo,
y en el medio de la plaza
hemos visto ya el tablado.-
Ciñó Bernaldo la espada
y montóse en su caballo:
por las plazas donde pasa,
las piedras quedan temblando.
Sus ojos echaban fuego,
y espuma echaban sus labios:
por donde quiera que pasa
todos se quedan mirando.
Llegóse al medio la plaza,
y apeóse del caballo;
diera un puntapié á la horca
y en el suelo la ha tirado
y una de las dos espadas
dióla á su tío Don Basco:
-Tome esa espada, mi tío,
ríjala como hombre honrado;
que ninguno de mi sangre
habrá de morir ahorcado!
Juan Menéndez Pidal.
Refranes
A la garapiña que non tien tabacu, mírala en tientes, y guárdala en sacu.
Baya que estás bon mazcayu, pos pa tí lo mesmo ye una tayuela que un tayu.
Bobu ye quien munchu come y mas ye quien i lo dá.
Campana por gaita y los cures por danzantes.
Con con vete al to rincon.
Domingo de Ramos, panizos comiámos: con lleche ó sin lleche, allá los tengamos.
De puru vieyu el to tratu, tien foroñu y fai el fatu.
Encuéyete que xela y ye la manta vieya.
El cura non tien camisa; la so ama el diablu d´ella; y el criadu vá diciendo todos vamos en sin ella.
Pasasti por mió puerte y estornudasti, allí estaba yo entonces. ¿Por qué no entrasti?
Sinon perdiz, panoya de maiz.
Recuerdos de la Lengua Asturiana. D. José Caveda. Gijón 1886.-
El banqueta mortuorio
Xa chiegan, Antona vechus
Pur el prau de la Vachina,
Ya sigun cuerren lus diablus,
Traen floxa la barriga.
Mialma nun sei si pa echus
Habrá abonda cumida
Qu´anque nun son mas que diez
Sei que cuemen mas que trinta.
En estu salíu Antona,
Pegando cada birrida,
Que un xatu que la escuitaba
Choraba á chágrima vica.
“¡Ay Bárbula de mia alma!
¡Ay Bárbula de mia vida!
¡Qué mozu mi chevou Dious!
D´un dulurcin de barriga!”……
Ya si lu chevara solu,
Del mal el menus ainda;
Peru chimpióume un gurraíu
Que espanzóu pa dispidida.
De una patada Farrucu,
Al dache la perlisía,
Cuandu ch´esquitou el alma
Dispués de aquecha cumida.”
Cheganun n´estu lus mozus,
Ya á poucu la cumpañía,
Que entre muyeres ya viechus
Lu menus venti sirían.
Asentánunse á la mesa
Cun toda la curtisía;
Entoncinaban de afeitu;
¡Bona dentame tinían!
Arrimeten á la xanta,
Ya sin afloxar la trincha
Deixan á Antona pur puertas
Pa lus días de so vida.
-“¡Brinduche! dixu el Reciu
A Bárbula la Puntiga,
Ya bebéuse dous cuartichus
De la primera imbestida.
Agarrou Bárbula el xarru,
Cuidando daque tenria,
Ya al tupai el fondu secu,
Hóubuche á rumper la crisma;
Que antes la galantiára,
Rigalánduche sardinas,
Ya dispues torcéulu el diablu,
Ya casóuse cun Francisca.
Embilórtanse lus dous;
Peru tercianun axina
Antes que se esnandraxasen,
Qu´echa ye moza de xixa.
Saltou nastoncias el Riescu,
Ya afloxánduse la trincha,
Pues nun cabe nus calzones,
Diz que ches falou asina:
“Morreu bien fartu Farrucu;
¿Qué che faltou n´aquel día?…..
Cumu Farrucu morreu,
Cualquier vaqueiru murría…..
“Cuatru horas fai que cumemus,
La nueite si vien incima——
Pa escanciar pur el camín
Trai, Pachu, aquecha cabrita.
“Pesca, Xuan, un chacuncin;
You chievu esta fugacina,
Pur si quiciaes el estógamu
Se afloxa cun la currida;
“Que una chegua inda falta
Pa chegar á la Vachina;
Ya del cuerpo que nun cueme,
Antona, el alma che esquita….
“Naide se chimpie el fucicu
Pa que en la braña nus digan
Que antruxamus bien: pardious,
¡Fartéistenus bien mia ficha!…
“De güey nun anu nus xuntes
Pa fer outra muntiría;
Que si cum esta Farrucu
Nun riblincara achí arriba,
“Enfórqueme el diablu, Antona,
Si en el cielu hay xusticias
Ya cum estu, adious, mia nena,
Cacha, num berres, mia ficha.”
J. M. Flórez.
La Ilustración Gallega y Asturiana. Madrid 18 de Enero de 1880. Tomo II. Nº 2.-
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