Cudillero -Asturias
Textos:
-Cudillero.
-El camino de los fantasmas.
Cudillero. Está a 50 km de Oviedo. Es un pueblo que parece hecho por milagro, con sus viviendas escalonadas en un anfiteatro entre dos colinas, con sus torcidas y estrechas callejuelas y escaleras de piedra; con sus pasadizos y calles mágicas, como Las del Contorno, Las Regueras, Salsipuedes. La villa estaba dividida en dos barrios: el habitado por los pixuetos (las familias pescadoras), que ocupaban las zonas próximas al puerto, y el de La Cai, poblado por gentes de oficios, a los que se llamaba Los caízos o terrestres, con quienes aquéllos vivían en completo apartamiento, al igual que con los labradores comarcanos. Los caízos, no tenían derecho alguno, ni podían llevar ningún santo ni estandarte en las procesiones. Cudillero está dotado desde 1984 de un amplio y seguro puerto, por el que luchó durante siglos.
El patrimonio artístico de Cudillero cuenta con: La Capilla del humilladero s. XIII, es el edificio más antiguo de la villa. A ella acudían los los pescadores junto con sus familias tras librarse de una galerna. Las fiestas patronales de San Pedro, San Pablo y San Pablín, se celebran del 28 de junio al 1 de julio, y los actos tanto religiosos como profanos que durante los cuatro días se desarrollan, el más importante es el del tradicional y secular sermón laico de L´ Amuravela, que se pronuncia cada 29 de junio en el puerto.
Diccionario geográfio de Asturias. |
Cudillero23 es un concejo, parroquia y localidad de la comunidad autónoma del Principado de Asturias, España. Limita al oeste con Valdés, al sur con Salas y Pravia y al este con Muros del Nalón y Pravia de nuevo. El concejo tiene una población de 5183 habitantes (INE 2017), sus núcleos principales son: la villa de Cudillero (Cuideiru en asturiano), que es su capital, Villademar (Villamar), La Atalaya (La Telaya) y Aroncés.
Relevante puerto pesquero, durante los meses de verano es un importante atractivo turístico. Entre sus monumentos más destacados hay que citar la Quinta de Selgas, lujoso palacio del siglo XIX con amplios jardines y cuadros de Goya.
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El camino de los fantasmas
Es una experiencia atemorizadora el subir por el pueblo y por la colina arriba hasta el cementerio, siguiendo el serpeante “camino de los fantasmas”, y yo nunca quise hacerlo solo, pero caminé por él varias veces acompañado de un viejo pescador llamado Xuanín, para escuchar sus historias. Xuanín, al que yo solía también visitar, era un viejo marino, duro y mordido por el tiempo, que vivía con su mujer y cinco hijos en una de las casas viejas y ásperas de lo que yo solía llamar el “círculo superior” del anfiteatro del pueblo. Era aquella una casa surrealista que podía haber sido trazada por Heath Robinson. Tenía dos entradas, una baja y otra alta, porque el camino que bajaba al pueblo formaba círculo por encima del tejado, hacía un giro alrededor de la casa y pasaba por delante de la puerta principal de entrada, que estaba abajo. Las mulas de Xuanín, cuando volvían a la puesta del sol de pastar, entraban por el piso superior en el desván de la casa, que les servía de establo, y la familia entraba por la puerta del vestíbulo en su cocina y principal cuarto de estar. En los días corrientes, Xuanín era arisco y reconcentrado, pero los días de fiesta, especialmente por la feria de San Pedro, el 29 de junio, y en la fiesta de Santa Ana, a finales de julio, caía en un éxtasis de borrachera y era beatíficamente indulgente y espléndido.
La mujer de Xuanín era extraordinariamente supersticiosa. Al preguntarle yo si creía en el ojo maligno me enseñó un número de ciguas que solía coser en las ropas de sus hijos cuando éstos eran pequeños…
Comprendo la fascinación que las leyendas locales, los milagros, los mitos y las supersticiones debieron de ejercer en los peregrinos de los tiempos antiguos que caminaron a lo largo de esta carretera, que está todavía embrujada por reliquias de antiguas leyendas. El peregrino moderno, que es un viajero receptivo, para no decir inquisitivo, las absorbe no menos que sus antecesores los peregrinos santiaguistas y gozan con la aguda sabiduría tradicional de los pescadores montañeses, y de una manera especial de las poblaciones nómadas que encuentra en su ruta por el norte de España. Mis viajes me han enseñado la verdad de la frase shakesperiana: “Es gentil, nunca docto y sin embargo ilustrado, lleno de nobles proyectos”. Los pescadores como Xuanín reciben su única educación de la misma naturaleza. Su sabiduría brotó del suelo y es independiente de la palabra escrita. Cualquiera que ande, aun hoy, por España absorberá gradualmente esta antigua filosofía de la naturaleza…..
Walter Starkie (1849-1976). Asturias vista por viajeros. Volumen Segundo. -
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